La Maldición de las Cortes (the Courts #1)

CAPITULO 19. Impreciso.

Kyle Frio.

Habíamos sido convocados a una reunión de emergencia. Yo era el hijo menor de los Frio y por ende debía de estar en la mesa redonda como representante de mi Corte, así como estaba la hija de la Corte de Primavera y los gemelos de la Corte de Otoño, todos junto a nuestros reyes y hermanos, todos capaces de poner alguna especie de orden a excepción del príncipe menor de la Corte de Verano y el príncipe heredero de la Corte de Invierno. Ahí estaba el problema.

El rey de la corte de otoño estaba poniéndonos en problemas, desde hace un rato que alega de la traición de la Corte de Invierno, buscando a quien culpar pero tenía razón, en parte teníamos la culpa aunque no era completamente por parte de la Corte de Invierno. Al parecer mi madre no había logrado hacerle entender los detalles pero mi padre, quien hasta ahora estaba en silencio me observaba porque él sabía que muy probablemente yo tenía tanta culpa como los que habían robado el cetro.

Sentí la exposición de su cuestionamiento pero no duda porque mi padre era justo y no juzgaba.

Por otro lado mi madre que a su vez era más débil pero también más cariñosa que mi padre trataba por todos los medios de tranquilizarlos a todo.

– No estamos llegando a ningún lado – hablo la reina Summer.

No tenía un poder abrasador como el de los demás reyes que habían gobernado por mucho. Su inexperiencia salía a flote e inevitablemente mi mente corrió a pensar en Aglae, en como ella hubiese reaccionado para evitar las peleas y si sería capaz de gobernar.

Por otro lado, aunque Summer tenía mi edad y se notaba que no tenía experiencia, estaba esa parte poderosa de la Corte de Verano que la respaldaba. Su luz era fuerte y eso bastaba para tratar de opacar a los demás reyes, después de todo, ninguno brillaba tanto como con la Corte de Verano.

– No está en poción de decir eso, reina Summer, teniendo en cuenta que su hermano está desaparecido – ataco otoño.

– Soy la reina de Verano, rey de Otoño, por ese simple hecho merezco todo su respeto.

No era extraño que los rumores de la desaparición del príncipe Kalay nos afectasen así, después de todo no se le podía encontrar y según tengo entendido, podía resultar hasta peligroso pero yo tenía un indicio de en donde podría encontrarse. No me atreví a decirlo.

– De todas maneras, ¿cómo se hará responsable la Corte de Invierno? Robaron el cetro en sus tierras y nos estamos quedando sin energía tratando de colocar al mundo en marcha otra vez – hablo la reina de primavera.

– Mi hijo mayor se está encargando de traerla de vuelta. Solo debemos aguantar – hablo padre y todo el tenso silencio pareció frágil.

– Eso explica la falta de presencia del príncipe Rae – hablo la princesa de la corte de primavera.

– ¿Cuánto debemos aguantar? – pregunto la reina Summer y me encontré viéndola de nuevo.

Cabello rubio largo y claro pero al mismo tiempo desbordando la fuerza de su corte. Ojos increíbles de un tono verde y la postura de toda una reina y guerrera. La encontré similar a Calíope pero también a como Aglae mantenía su fachada.

Summer era hermosa y considere prudente alejarme por eso mismo. La parte egoísta de mi gritaba que la poseyera, después de todo no debía de ser difícil. Puede que hasta yo fuese más fuerte que ella pero me negaba a darme ese gusto enfermo.

Summer no era Aglae, ella era su hermana y ambas eran muy diferentes.

– Príncipe Kyle, ¿le gustaría decir algo al respecto? – cuadre mis hombros frente a la insinuación de mi padre y los destellantes ojos de mi madre llenos de esperanza.

– Deje que pasara – respondí pensando en las reacciones que traería consigo. Como lo esperaba, primero el silencio antes de que todos aclamaran una explicación. Podía darles eso pero no podía darles más esperanzas que las que yo tenía.

– Silencio, dejemos que explique – hablo Summer para que después una sonrisa en los ojos del guardia que estaba detrás de ella se mostrasen. Un elfo alto con presencia.

– Vi venir el robo del cetro de las estaciones y estoy seguro de que si lo hubiese deseado habría evitado que la robasen.

– ¿Entonces por qué no lo hizo? – exclamo la reina de otoño.

– Porque si lo hacía era muy probable de que asesinaran a la reina Summer – mis ojos se encontraron con los de ella y una inexplicable confianza paso entre nosotros. Ahora me daba cuenta de porque no podía dejarla morir.

– ¿Qué tiene que ver la reina Summer en esto? – pregunto mi  madre.

– Fue hecha una promesa por parte de dos personas. Ninguno fue débil y he de admitir que fue la mejor decisión que tomaron porque una vez que la reina Summer hubiese muerto el resultado sería el mismo e incluso peor y más rápido. Le di mi visión al príncipe Kalay – todos ahogaron un gemido de sorpresa pero continuaron prestando atención – y él confió.

– ¿Fue Kalay?

– Creo que todos en esta sala sospechábamos que se trataba de él – hablo mi padre.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.