Esta era Sara, una niña de 7 años, que siempre tenía lo que quería. Desafortunadamente, su padre murió en un tragico accidente de coche. Su madre, cuando se enteró que su marido se había muerto, ella cogió una depresión. Sara, tuvo que irse con sus abuelos, por parte de madre. Como Sara era todavía muy pequeña, la madre decidió ocultarselo hasta que fuera un poco más mayor. Sara estaba confundida. -Mamá, ¿por qué me tengo que ir con los abuelos, y no quedarme contigo?- dijo Sara. Su madre le dijo que ella se tenía que ir a trabajar, y que iba ha hacer horas extra en el trabajo, y vendría muy tarde. Sara no pensó de que le ocultaba algo su madre. Ella se fue con sus abuelos a su casa. Cuando empezó el colegio, ella pensaba que le encantaría y que haría muchos amigos. Eso no fue así. Sara empezó a no querer ir al colegio, a pesar de las excelentes notas que siempre sacaba. -Hola, me llamo Sara, ¿y tú?- dijo. -Hola, yo me llamo Martina. ¿Quieres ser mi amiga?- dijo Martina. Sara aceptó. Empezaron a ser amigas y cada día se conocían mejor y encontraban más cosas que le gustaban a las dos. Sara, ya se está graduando. Al volver a casa con Martina, se paró frente una furgoneta negra que daba un poco de miedo, pero no le dieron importancia. Cuando ellas avanzaron el de la furgoneta las vió. Ellas iban charlando tranquilamente por la cera, el loco las cogió y le puso un gas para que estuvieran un rato medio dormidas. Cuando se despertaron, estaban en un sótano con el y otra persona. -Tienes que elegir a alguien de las dos- dijo el loco. El chico no quiso elegir a nadie. El mató a las dos. Con 10 apuñaladas en el corazón a cada una. La policía las encontró tiradas en el suelo desangrados. Cuando encontraron al loco, se lo llevaron al manicomio para siempre.