La Mansion

CAPITULO 4: LIBERANDO EL PODER

Desperté al sentir una áspera lengua en mi rostro, empuje lo que fuera con mis manos y abrí poco a poco mis ojos, me encontraba en mi cuarto, me senté y mire hacia adelante encontrando a mi padre, Eliot y a leila mirándome… leila… Todos los recuerdos de la noche anterior llegaron a mí, sentí como mis ojos se empañaban, nada había sido un sueño. -le…-lleve mis manos a mi garganta, me duele ¿Qué paso?-i…-duele, pero quiero decir su nombre, sentí como las lágrimas bajaban por mis mejillas al recordar cuando creí que todo había sido un simple y hermoso sueño-la-termine, ella enseguida vino y se restregó mojando mi rostro; ella también está llorando, le sonreí aun sollozando en voz baja para que no me duela, suspire mentalmente ¿enserio todo lo malo me debe pasar a mí? -no te esfuerces-dijo Eliot sentado a mi lado, ¿Cuándo lo hizo? Me ofreció un pequeño tablero y un marcador- cuando quieras hablar usa esto-dijo; lo tome y escribí, ¿Qué paso? -estaba preocupado porque no habías llegado-me dijo mi padre sentándose a mi lado izquierdo, leila estaba en mi regazo dormida, parece cansada-eso fue a las seis, luego de unos minutos cuando decidí ir a buscarte leila llego volando rápido, parecía preocupada, como yo no soy tu, no entendí nada de lo que dijo con sus chillidos, digamos que pasamos así una media hora-sonrió avergonzado y rascándose la mejilla que estaban levemente sonrojadas- hasta que leila se arto y salió volando, para que yo la siguiera, lo hice; paso más de una hora-sus ojos estaban tristes pero preocupados también-y no te encontrábamos, pero cuando estábamos a punto de llegar a la mansión, del bosque salió una sombra, leila se escondió detrás de mí, cuando la luna lo ilumino era un chico con una capucha roja y un pañuelo, parecía un cazador-ese chico, el antipático, sonreí mentalmente parece que no es malo después de todo-lo que me preocupo es que te estaba cargando, se acercó a nosotros y te entrego, y simplemente se fue-dijo, en sus ojos vi la curiosidad. -“¿Y mi garganta?”-escribí. -digamos que estabas empapada, y pues te refriaste-dijo restándole importancia, claro como a él no es al que le duele como mil agujas la garganta, lo mire mal. -dormiste dos días-agrego Eliot, lo mire levemente sorprendida, ya es raro que yo duerma y ¿dos días? Enserio estar en este pueblo me está afectando enormemente. Falte dos días al colegio, no me gusta perder clases o siquiera atrasarme en algo. -“¿y el colegio?”- escribí, mi padre y Eliot se encogieron de hombros al mismo tiempo quitándole importancia; le tire el marcador a mi papa y a Eliot el tablero. -¿Por qué lo hiciste?-pregunto Eliot con un puchero y sobándose la cabeza que supongo le dolía, después de todo use el tablero, me encogí de hombros; algo que no me gusta es faltar a clase y esos dos actúan como si no les importara. -no lo preguntes o si no te vuelve a pegar-le aviso mi padre que estaba a su lado, supongo que vio que estaba a punto de tomar la almohada, suspire. -¿Qué…-dios duele-…día es?-pregunte, se cual es pero quiero asegurarme. -viernes 2 de agosto-respondió Eliot, solo asentí y mire hacia afuera, se acercan las vacaciones de verano, en Miami me daban los dos meses de vacaciones, aquí es uno y medio. -toma-dijo mi padre dándome un vaso, lo tome y lo olí por prevención, una vez ese viejo loco me iba a envenenar por el simple hecho de que quería hacer el jugo y pues digamos que la salsa negra no es muy rica en bebidas, recuerdo que mi mama le prohibió entrar a la cocina, mi papa puede ser bueno en la cocina y en realidad el mejor que conozco, pero cuando se trata de bebidas es un caso perdido, por eso o la comprábamos o mi mama lo hacía. -“¿Qué es?”-escribí otra vez en el tablero, el contenido del vaso huele bien, pero a veces el olfato engaña. -un jugo de menta, es bueno para la garganta, yo lo hice-dijo Eliot y sentí como se desvaneció un peso de mis hombros, al menos no me moriría. Sin muchas dudas me tome todo el contenido del vaso y debo decir que es simplemente esquicito, parece que el pequeño Eliot tiene buena mano para la medicina, lo cual lo veo muy obvio porque él quiere ser médico en el futuro; ahora que recuerdo no he pensado que quiero hacer con mi vida. -zinerva-escuche un grito en mi oído, me tape oído pero antes le di un puño a quien sea que me haya gritado, me voltee aun con las manos en mis orejas, viendo como a Eliot le sangraba un poco la mandíbula, sin poder evitarlo me reí levemente por las caras raras que hacía por el dolor. -zinerva-me llamo mi padre, lo mire-¿Qué te paso? Parecías perdida-dijo, me levante y me acerque a mi pequeño amigo, ayudándolo a levantar a un riendo de forma leve, el simplemente siguió en las risas. -nada solo pensaba a lo que me voy a dedicar-dije en voz baja, logrando hablar, ese jugo de Eliot es milagroso ¡quiero la receta! -ya solo te falta un año-dijo mi papa fingiendo llorar-mi bebe se está creciendo-dijo comenzando a deprimirse de verdad, suspire. -no llores-dije de forma indiferente-ni que me fuera a ir- el me miro-la idea de mama y tuya era que yo estudiara aquí ¿verdad? Yo cumpliré el deseo tuyo y de mi madre, y…-me interrumpió un abrazo de mi padre, sonreí levemente no cambia con nada, le devolví el abrazo escuchando sus sollozos hasta que después de unos minutos la habitación se puso en total silencio, se había dormido. -a veces creo que tú eres la adulta-opino Eliot a mi lado, le sonreí levemente, mi padre podía tener la actitud de niño, siempre la tuvo, pero empeoro cuando mi madre se fue de este mundo, él se hizo el fuerte por mí, y yo me hice fuerte por él, si uno cae el otro lo levanta y viceversa. -no importa ayúdame a acostarlo-ordene, tardamos unos veinte minutos, a pesar de ser de contextura delgada es demasiado pesado; Eliot estaba a mi lado moviendo sus hombros. -quien diría que tu papa pesa-dijo haciendo una mueca de dolor. -lo sé, me acostumbre…mama y yo éramos la que lo llevábamos a la cama, cuando se dormía antes que nosotras, lo cual era muy seguido, ya fuera en los viernes de películas, cuando veíamos serias, piyamada, o cuando hablábamos…recuerdo una vez en la que mi mama me estaba contando una historia, yo no tenía sueño fue divertido ver como mi papa se dormía antes que una niña de siete-dije de sonriendo de forma nostalgia. -¿Qué le paso a tu madre?-pregunto dudoso, me quede callada unos momentos mirando a ningún punto en específico, adentrándome poco a poco en mis más felices recuerdos- lo siento no debí preguntar-dijo apenado, suspire. -no importa, te lo contare-dije intentando sonar confiada. -no tienes porque, fue muy inapropiado de mi parte preguntarte algo de lo que no te gusta hablar, disculpa-dijo bajando la mirada, tapando su mirada con su flequillo. -de verdad, está bien-sonreí al ver como levantaba su mirada mirando directamente a mis ojos supongo que buscando algún indicio que diga que miento, al final asintió resignado a que le diría todo o la mayoría-era un día cualquiera, yo en ese tiempo me estaba preparando para ir a la piscina con mis amigos, mi papa por un asunto del trabajo mi mama iba a buscar unas cosas, estábamos a comienzos del verano, siempre íbamos a una cabaña en el bosque para relajarnos, en realidad está a punto de cumplir un año de muerta-dije reteniendo el fuerte nudo de mi garganta-no sé cuánto paso, pero yo me estaba divirtiendo con mis amigos-apreté mi mano clavándome la uñas, sentí como la piel se me desgarraba y un poco de sangre se liberaba-solo sé que cuando mi papa me llamo, diciéndome que mi madre había tenido un accidente fui corriendo, aún recuerdo el horrible sentimiento de pavor que me había atormentado, era horrible…… cuando llegue encontré a mi padre en la sala de espera estaban operando a mi madre, había tenía un accidente en el auto, después de casi doce horas, en donde habían llegado todos mis amigos impaciente pero no tanto como yo y mi padre-cerré los ojos intentando eliminar las lágrimas-fue el 13 de agosto- apreté mas mi agarre en mi mano- casi 14 cuando me dijeron que mi madre no había sobrevivido-termine de contar, lanzando un suspiro al aire. -zinerva-susurro Eliot con lágrimas en los ojos, me miro de forma diferente a como todos me miraba luego de que ella se fuera, todos siempre me miraban con pena, pero Eliot tiene un brillo de……….orgullo-sufriste mucho y aguantaste por tu padre, eres más madura de lo aparentas, aun tienes cuerpo de una adolecentes pero conciencia de un adulto-dijo regalándome una gran sonrisa- te pareces a mi hermano nuestros padres fueron asesinados cuando yo solo tenía 7 años, él tenía 10, el solo nos sacó a ambos de la muerte muchas veces, él es mi héroe-sus ojos mostraron emoción al mencionar a su hermano- cuando te vi por el pasillo el primer día me pareciste muy fría, y si te soy sincero me pareciste intimidante, pero me causabas curiosidad a la salida cuando unos chicos de decimo me empujaron, tu a pesar de que dabas miedo, me diste un gran sentimiento de seguridad que solo tengo con mi hermano, aunque hable mucho yo…no confió en muchos, aprendí a desconfiar; pero cuando me sonreíste y me acariciaste la cabeza, entendí que eras solo una chica que sufrió mucho-dijo concluyendo su pequeño relato, unas cuantas lagrimas bajaban por mis mejillas, pero yo solo podía verlo a él un niño de solo 13 años pudo ver dentro de mí, cuando nadie lo hace, sin poder evitarlo lo abrace dejando que mis lágrimas se liberaran. Quedamos así una media hora hasta que el teléfono del más joven sonó. -¿hola?-contesto secándose con su mano izquierda los ojos que estaban rojos por las lágrimas-estoy bien, no es nada…-sonrió levemente-tranquilo hermano, ya voy, si nos vemos hay, adiós-pulso un botón del teléfono, supongo que el de colgar. -¿tu hermano?-pregunte a pesar de saber la respuesta, el asintió. -a veces es muy sobreprotector conmigo-dijo levantándose, lo acompañe hasta la puerta. -si quieres te llevo- me ofrecí, el parecí un poco dudoso. -no se-se rasco la nuca. -llegaras rápido-canturree en voz baja, el suspiro resignado ¡genial! Conoceré al hermano de mi pequeño pitufo rojo. -está bien, así podrás conocer a mi hermano-dijo un poco más emocionado que antes. -vamos-le dije mientras cerraba la puerta y me dirigí a mi bella moto, me subí a los segundos ya tenía a un Eliot pegado a mí; sonreí- y dime ¿A dónde vamos?- le pregunte, prendiendo mi moto. - a mi casa-respondió-yo te guio- asentí y arranque de modo rápido, sentí al comienzo a Eliot tenso, pero poco a poco se fue relajando hasta soltarse un poco de mí y levantar uno de sus brazos y gritar emocionado. Luego de unos minutos él me dijo que entrara en un camino que estaba en medio del bosque, me adentre bajando un poco la velocidad por precaución, luego de muchos “gira a la derecha” “gira a la izquierda” y “sigue hacia adelante” pude contemplar delante una mansión un poco más pequeña que la mía, hecha de madera y parecía antigua, pero tenía su encanto, al llegar a unos metros apague y los dos bajamos, Eliot estaba girando con una gran sonrisa en su rostro, respire profundo. Aire puro. -ven vamos zinerva-me dijo emocionado, simplemente me acerque al portón donde Eliot se encontraba impaciente. -bonica casa-dije al estar a su lado, tocando la baranda también hecha de madera. -lo sé-dijo feliz, saco sus llaves y abrió, dándome paso para entrar, le agradecí con un movimiento de cabeza y entre admirando toda lo que mis ojos podían ver, la casa por dentro era roja, tenía muchos cuadros de cuatro persona y entre ellas reconocí a Eliot, supongo que el niño que lo está abrazando es su hermano, y los dos adultos que los veían desde lejos sus padres. -tenia 6, ese día habíamos decidido hacer un picnic, recuerdo que jugué toda la tarde hasta que me dormí del cansancio- se rio mirando nostálgico al retrato de los dos adultos; le acaricie su cabellera, sin mirarlo. -ellos si se fueron era porque su tiempo había llegado, aunque no los veas ellos siempre estarán protegiéndote, después de todo un padre ni una madre nunca dejan de proteger a su pequeño capullo, el amor de los padres es más fuerte que cualquier otro-dije recitando lo que mi madre me había dicho hace muchos años. -que sabía-escuche una voz conocida, pero no encuentro de donde, me voltee encontrando a un chico de más o menos mi edad, pelinegro, de piel blanca parecida a la de Eliot y unos ojos cafés muy claros contrarios a los negros oscuros de mi amigo, usaba un suerte negro, unos jean café y unos tenis blancos, tiene estilo. En sus ojos raramente había curiosidad, duda y alivio, supongo que sí es hermano de Eliot debe ser igual de raro ¿Por qué siempre estoy rodeada de raros? ¿Es porque yo soy rara? Puede ser, igual me acostumbre. -gracias, zinerva Wilson- me presente extendiendo mi brazo, el tomo mi mano, correspondiendo el saludo. -Bastián Méndez, gracias por cuidar a mi hermano-se presentó y agradeció, no sé porque pero al agradecerme sentí como mi rostro se calentaba ¿me había sonrojado? Yo nunca me sonrojaba, separa rápidamente su mano de la mía, e intentando disimular un poco, me tape con mi capucha. -no es nada, solo me encariñe con el pitufo rojo-dije restándole importancia. -¿pitufo rojo?- vi un poco de curiosidad y notable burla mirando a su hermano que se escondió detrás de mi usándome como protección, me di cuenta que estaba rojo como una tomate, creo que hasta le ganaba. Sería divertido si… -pues claro, le gusta mucho el rojo aparte de que cuando está cerca de una señorita que no mencionare ahora, tal vez más adelante, su rostro se vuelve completamente rojo como el de ahora-dije sonriendo triunfante al ver como el pequeño niño salía de detrás y me miraba. -¡zinerva!-me grito, yo solo me reí-sabes que no hay ningún chica-dijo haciendo un adorable puchero, lo tome de ambas mejillas deshaciendo el puchero. -lose, lose, solo me gusta molestarte pitufo rojo-dije sonriéndole levemente-le digo pitufo rojo…-me dirigí esta vez a su hermano-es porque en una broma que hicimos hace varios días, alguien termino pintado por completo de rojo, y pues su estatura y su color favorito también tuvieron que ver un poco-dije volviendo a mi inexpresivo rostro. -ya veo, vamos asentarnos y seguimos platicamos, zinerva….pitufo rojo-dijo para luego salir corriendo seguido de un enojado Eliot, yo solo me dirigí por donde ellos se habían ido, encontrando una pequeña sala, con un sillón de L y un televisor plasma, pero pequeño tal vez unos 13 centímetros cada lado. Los hermanos se encontraban corriendo, simplemente me senté en la mitad del sillón a esperar que los dos se cansen y no espere mucho a los diez minutos llegaron cansados o al menos Eliot cansado, Bastián parecía como si nunca hubiese corrido ni siquiera tenía ni una sola gota de sudor. -sigues lento-regaño el mayor a su hermano, Eliot solo le saco la lengua en respuesta; me reí por la conducta tan infantil de ambos hermanos. -¡no te rías zinerva! –chillo Eliot con un gran sonrojo en las mejillas, producto (supongo) por vergüenza o enojo. -lo siento, es que se comportan como dos niños pequeños-intente excusarme pero me gane una mala mirada por parte de un dramático Eliot, que se alejó y se colocó en un rincón de la sala, murmurando cosas; a veces da miedo. -eso lo hace cuando se enfada- comento Bastián mirando a su hermano, solo asentí. -lose, una vez se quedó así en mi casa por más de una hora, hasta que lo saque del rincón a patadas-dije recordando el suceso hace una semana, digamos que se enojó conmigo porque me comí su torta de chocolate cuando él fue al baño. -¿de verdad?- parecía sorprendido, solo asentí- ya…-se quedó pensando un rato- ¿Qué le hiciste?- -me comí su tarta-respondí. -¡aún estoy enojado por eso!-grito Eliot desde su lugar, Bastián me miro y yo a él, para luego nos reímos, de verdad Eliot solo es un niño. -¿Cómo se conocieron?-pregunto- mi bobo hermano no me ha querido contar-dijo sentándose a mi lado. -pues era mi primer día, y en la salida Eliot termino encima mío, lo empuje y pues me ofreció disculpas, las acepte y luego me invito a comer y conocer la ciudad, por cierto cocinas delicioso-dije sonriéndole, el me miro con curiosidad-tu hermano me llevo a una cafetería y pidió por mí, y dijo que eras el chef-explique. -Eliot-susurro sonrojándose un poco-gracias por el cumplido, supongo-dijo mirando a otro lado ¿a este chico que le pasa? -nunca ha recibido halagos de parte de una chica-dijo como si me hubiera leído la mente Eliot a mi lado ¿Cuándo llego? -cállate mocoso- bufo más sonrojado que antes. Pase la mañana hasta las once, dure tres horas hablando y riéndome de lo infantiles que podían llegar a ser esa pequeña familia; me despedí de ambos y me adentre al bosque por el camino que Bastián me había explicado para salir. -na, na, na-canturreé la canción que me cantaban mis padres cuando tenía pesadillas, recuerdo que de pequeña todas las noches tenía una nueva pesadilla, una más horrible de la anterior, gracias a eso desarrolle un gran insomnio; mi papa después de llevarme con muchos doctores en diferentes partes, no encontraron la respuesta, los analgésicos no hacían efecto y tampoco ningún tipo de medicamento, a pesar de tener unos seis años, sabía que tenía algo grave y que estaba preocupando a mis padres, una noche, no grite al despertar de una pesadilla, simplemente me levante de mi cama y me dirigí al cuarto de mis padres, al entrar me encontré a mis papas dormidos, me acerque a la cama y sacudí suavemente a mi mama, la cual a los segundos despertó mirándome con una sonrisa de comprensión, hay recuerdo que me llego el pensamiento de que ella ya sabía lo que yo tenía, pero lo había ignorado por completo cuando ella me cargo colocándome en el centro de ambos y me comenzó a cantar esa melodía, desde hay casi nunca tuve pesadillas. -¿Dónde…?-pregunte al fijarme que no sabía dónde estaba, estaba a punto de tomar mi teléfono para contactar a mi papa, cuando el sonido de agua corriendo me llamo la atención, arranque yendo de forma lenta y a los minutos ya me encontraba al frente del rio, sentí un escalofrió en mi espalda al recordar cómo se sentía el agua rodeándome por completo. -pensé que no te volverías a acercar a este lugar, luego de casi ahogarte- escuche una voz, me voltee encontrándome al mismo cazador que antes, apague mi moto acercándome al chico, que me miraba con cuidado y curiosidad. -(me voy a arrepentir por esto) gracias…por haberme salvado-dije mirando hacia los árboles, esto mata mi orgullo. -¿Qué dijiste? No te oí- dijo mirándome con burla, este chico… -lo siento, pero no repito y menos si ya lo escuchaste-dije sonriendo. -igual, una vez es suficiente…por ahora-dijo sonriendo bajo la tela que le tapaba la mayoría de su rostro. -créeme no lo repetiré otra vez-de eso estoy segura. -no estés tan segura princess-dijo, fruncí el ceño ¿Por qué me llama princess? -mi nombre no es “princess”-reproche cruzándome de brazos. -lose, pero no me sé el tuyo, además me gusta princess, más te vale acostumbrarte princess-dijo mientras desaparecía entre los árboles; no me dijo su nombre el bobo ese. -idiota-dije haciendo un leve puchero, no me gustaban los sobrenombres, pero ¿Por qué no me molesto cuando él lo dijo? –Deja de pensar estupideces zinerva-susurre mirando el cielo, el sol está brillando con una gran intensidad, molesta a los ojos. Tome mi moto y comencé a caminar, a la hora y media ya había llegado a la carretera, encendí mi moto y arranque de forma rápida tome fuerza y velocidad, a los minutos ya estaba en mi casa, mire mi teléfono, 12:00, entre… El fin de semana pasó rápido, y muy entretenido, por la mañana del sábado y domingo desde las nueve hasta la una, estaba con los hermanos Méndez riéndome de sus bobadas, y recorriendo todo el pueblo jugando y divirtiéndonos, y al llegar a la casa de ellos o a la mía, obligábamos cocinar a Bastián que resignado nos complacía, y tengo que decir que fue delicioso las dos veces que cocino, luego de una a seis, me encontraba con el cazador y aunque era fastidioso me daba un gran sentimiento de tranquilidad y protección que nadie me ha dado nunca, y creo que somos amigos, pero nos odiamos un poco, lo que lo vuelve un poco enredado ese asusto, pero aun lo regañaba cuando me decía princess y lo terminaba persiguiendo por todo el bosque. En estos momentos estoy en el descanso con Eliot y Bastián que estaban hablando creo que de los exámenes, yo simplemente no dejo de pensar en que pronto será el aniversario de la muerte de mi mama, en ocho días…… ¿tan rápido pasa el tiempo? Siento como si ayer ella aun estuviera abrazándome cuando me rechazaban por mi extraños looks, o sus besos todas las noches, también sus sonrisas...y….y… -¿zinerva, que tienes? ¿Por qué lloras?-dijo un preocupado Eliot a mi lado ¿en qué momento…? parpadee un par de veces y me toque la mejillas, si estoy llorando, ni me di cuenta. -nada-el me miro entre preocupado y enojado-solo…..recordaba que pronto se celebra un año-dije con ganas de llorar otra vez. -zinerva-el tono de mi amigo cambio de enojado a compresivo, me abrazo yo solo deje, Bastián nos estaba mirando preocupado, pero no decía o preguntaba nada, le agradecí mentalmente. -valla, valla ¿la chica mala se volvió una nena llorona?-enserio ¿no podía venir a molestar en otro momento? Me limpie las lágrimas de las mejillas. -¿Qué quieres?-dije levantándome tranquilamente mirándola. -nada solo averigüe algo muy…interesante- la mire indiferente-¿verdad…que pronto es cuando murió tu madre?- ¿Cómo supo…? Sentí como una descarga se despertó en mí, simplemente baje la mirada. -déjala-me defendió Bastián; sentí como el aire se me estaba escapando, quiero al bobo cazador, él me puede calmar, el…solo el….quiero a Reed Weld, lo quiero conmigo. -¿un nerd defendiendo a una nerd? Dios que bobada, pero igual mi problema no es contigo así que esfúmate; ¿sabes? –Levante retándola, hablaba más y no iba a sobrevivir-creo que tu madre no se murió… se suicidio porque no querría tener a una hija tan inútil como tú-dijo con burla; eso no es verdad, mama me amaba, ella ¿me amaba? No caigas zinerva solo te quiere lastimar, solo no caigas. -eso es mentira-dije susurrando, la mire a los ojos, sentí como mi vista se comenzaba a nublar por las lágrimas, no dejare que me vea llorar.- eso es mentira-dije más fuerte. -¿de verdad? No lo creo ¿y ustedes chicas?-le pregunto a su sequito que solo negó con diversión-apuesto que el siguiente será tu papa y,…-la interrumpí con mi grito, sentí como la corriente de hace rato se intensificaba y recorría todo mi cuerpo de pies a cabeza, pasaba por mis dedos, por todos mis cabellos, mis músculos y hasta mis huesos, simplemente sentí como un gran poder se apoderaba de mí, envés de tener miedo, me sentí ……Libre; pero eso no era lo que me importaba, solo la idea de que mi padre, mi único familiar me dejara…. Sentí como las lágrimas bajaban de mi mejilla, pero yo seguía gritando que aumentaba poco a poco, no sé de donde saque tanta voz, pero seguí gritando, no sé si había pasado horas, segundos o minutos y no importaba, solo quería ver a mi mama y mi papa juntos otra vez, mi papa fastidiándome y mi mama reteniéndome para no ir a perseguirlo mientras se reía, detuve mis gritos al sentirme completamente mareada y tenía un pequeño ardor en la nuca, me la toque notando una pequeña jeringa ¿Qué…? Lo último que escuche fueron gritos, risas, suplicas y oscuridad…completa oscuridad………..



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En el texto hay: amor y magia

Editado: 03.07.2018

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