La Mansion Nublada

Llega su Amor.

RICARDO…

La escucho hablar por teléfono y no entiendo lo que dice, solo que no quiere que ese hombre venga a su casa, me da curiosidad si tanto lo ama porque no le permite venir?

-Está bien Ele me avisas cuando vengan.- Escucha lo que le responde Elena, me extraña pensé que hablaba con Celen la creadora estrella de los mejores perfumes de la empresa. –Amor pórtate bien, te vienes con tu tía no le des problemas, te amo-

Cuelga la llamada y se queda mirando el paisaje sin buscar manera de entrar, me acerco pero esta tan ida que no se da cuenta que estoy detrás de ella.

-Te sientes bien? Le pregunto al oído, y da un salto.

-Dios! Ricardo me asustaste.- Se agarra el pecho imagino que se le acelero el corazón.

Me rio bajito pero ella me escucha y me fulmina con la mirada.

-No fue mi intención, ya vamos almorzar te vine a buscar.

-Bien entremos.- Se aleja de mi pero la detengo por el brazo.

-Estas bien? Estabas distraída.- Niega con la cabeza y se suelta con lentitud de mi agarre.

-No es nada, vamos almorzar.-

Pasa el almuerzo en silencio, casi no participa en la conversación, tal vez reaccione cuando Roberto le dé la noticia que tenemos que seguir compartiendo habitación.

Después del almuerzo pasamos a tomar café en el estudio de Roberto, donde él le va indicar los motivos de seguir compartiendo cuarto.

-Lamento informarles que tendrán que seguir compartiendo el cuarto, tenemos problemas con algunas tuberías así que si no les incomoda compartir?

Mira a Aria quien poca atención está prestando a lo que él le dice, al ver que la mía espabila y me mira buscando ayuda.

-A mí no me molesta y como ella te dijo nos conocemos desde hace mucho tiempo así que tranquilo, no es cierto Aria?

Ella asiente con la mirada confusa pero no pregunta nada.

La conversación se extiende hasta las tres de la tarde ya solo falta que nuestros abogados se reúnan y completen el papeleo.

Nos separamos para descansar un rato y asearnos. Acompaño a Aria arriba y ella va perdida en sus pensamientos, ya estoy preocupado, cuando entramos al cuarto el tomo por los hombros y hago que me mire.

-Que pasa Aria? Esta pérdida dentro de tu cabeza.

-No es nada, solo cosas personales.- Intenta alejarse de mí pero se lo impido el tomo por la cintura y la pego a mi cuerpo, quien reacciona enseguida a su calor y su olor.

-Háblame estas tan perdida que ni te diste cuenta que seguiremos compartiendo cuarto.

-En serio, porque? Suspiro y me lleno de su olor, me doy cuenta que lo extrañaba quiero meter mi nariz en su cuello pero me abstengo de hacerlo.

-Un problema de tuberías no sé muy bien, ahora cuéntame que pasa.

Ella suspira y pega su frente a mi pecho, recuerdo que hacia eso cuando estaba frustrada o preocupada.

-Nada Elena y Joe regresan a casa.

Eso me deja asombrado pues no ha sabido de ellos nada en todos estos años.

-O sea que si estaban juntos. Le pregunto soltándola

Ella asiente y se dirige a la cama donde se acomoda después de quitarse los zapatos.

-Entonces cual es el problema? Tengo que apretar mis manos en puños pues recuerdo a su madre decirme que ellos eran más que amigos que su relación era sexual.

-Ninguno, solo que Aless viene con ellos.-Tu enamorado?- Debería estar feliz, no? Pienso para mis adentros y me da rabia.

-Él no es mi enamorado, pero es el amor más grande en mi vida. Voy a pedirle que me lo explique pero me interrumpe.

-báñate primero yo voy a descansa un poco.

Me da la espalda y cierra los ojos, voy a exigirle que me explique pero lo pienso mejor y entro en el baño.

Me doy una larga ducha y cambio por un mono y una franelilla para recostarme un rato, cuando me acerco a la cama veo que esta dormida así que no la molesto y me acuesto a su lado tratando de no tocarla pero me es imposible después de media hora necesito sentir su cuerpo junto al mío así que la abrazo y cierro los ojos, no tardo en caer en un relajante sueño.

 

La siento levantarse, escucho  la ducha y sigo acostado esperando a ver si vuelve o se ira. Luego de unos minutos siento la cama hundirse de su lado y aprovecho para atraparla con mis piernas y mi brazo, huele a limpio y a su jabón favorito de fresas siempre le ha gustado.

-Ricardo bájate de encima.-  Me pide tratando de empujarme.

-Que hora es?- Le pregunto ignorando sus intentos de quitarme.

-Las cuatro. Me dice mientras se retuerce para liberarse.

-Apenas hemos descansado unos 40 minutos vuelve a dormir.

-Lo haré una vez te quite de encima.

-No, me gusta tu calorcito.- Meto mi nariz en su cuello y aspiro su aroma lo que haces que me excite y la apriete contra mi cuerpo.



#13485 en Thriller
#5525 en Suspenso

En el texto hay: misterio, pasado inconcluso, suspenso

Editado: 28.10.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.