PRÓLOGO

Hace un mes

Mis pensamientos se agolpaban en mi mente causándome dolor de cabeza. Empezé a sentir molestia en la pierna y el hombro derecho, trate de recordar sin poder recordar. Trate de abrir mis ojos apresar de la dificultad que me causaba, cuando lo logré pude ver, comprendí que me encontraba en un hospital.

«¿Que me había pasado?» me pregunté.

A lo que apareció una enfermera, me miró con cierta estupefacción y salió de la habitación rápidamente hacía el pasillo.

-Doctor, doctor -dijo gritando-, ha despertado la paciente.

Se acercaron a mi dos enfermeras para examinarme, mientras el doctor me miraba con asombro mientras hablaba con otra doctora. Yo tenía demasiadas preguntas en ese momento, no pude recordar y en este momento quería estar con mi familia, no quería permanecer más tiempo en este lugar.

Vi aparecer a mi hermano por la puerta, el cual estaba muy descuidado y su piel se había empalidecido. Se acercó hacía mí deprisa y se sentó en el lateral derecho de la cama, beso mi frente y me abrazó fuerte entre sus brazos.

Cuando nos quedamos solos cogió mis manos con fuerza entre las suyas y me miró con una mirada que me destrozó mi corazón, provocandome un escalofrío y sentí que algo iba realmente mal.

- ¿Puedo saber que esta pasando?, ¿porque me encuentro aquí? y ¿donde se encuentran nuestros padres? -le supliqué mirándole a sus ojos-.

- Nuestros padres murieron hace un mes, en un accidente automovilístico ¿No recuerdas nada, Naran? -dijo con un nudo en la garganta, mientras sujetaba mis manos temblorosas-.

- No. Estas mintiendo, yo estaba con ellos cuando volviamos a casa. ¿Verdad? -dije con la voz entrecortada- No puede ser.

De repente se hizo un silencio sepulcral en la habitación, mi hermano agachó su cabeza dejando caer sus lágrimas en las blancas sábanas. Mi mundo se detuvo en ese momento, sentí un fuerte dolor en el pecho y sentí que mi corazón había dejado de latir. Me aferre a los brazos de Ryan con fuerza, mientras daba gritos de dolor. Lo que más me dolió fue que no puede estar presente en su funeral y despedirme de ellos pero creo que era mejor así.

No quería vivir en un mundo sin ellos pero tampoco quería dejar a mi hermano; él es el más afectado porque tuvo que soportar todo esto solo, mientras yo estuve en coma. Era la única persona que le quedaba en el mundo.

Pasaron tres semanas en las cuales trate de asimilar las cosas que habían pasado.

- Naran, Naran—me llamaba Ryan—.

- Dime—dije mientras me despertaba—.

- ¿Te acuerdas de la hermana mayor de papá?—pregunta Ryan—.

- Sí, ¿Por qué?—pregunte curiosa—.

- Iremos a vivir con ella en cuanto te den el alta—respondio—.

Continuará
 

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