Estaba caminando por la calle, tenía que encontrar un trabajo, para ganar dinero, pensé, y justo vi un cartel que ponía se necesita...
En ese momento, fui directamente a la tienda donde se encontraba ese cartel y entré.
Había una chica en el mostrador, miré la tienda y había unas casitas muy pequeñas, y triangulares (tiendas de acampar), también había mantas, y unas cosas parecidas a las antorchas (linternas). Así que me acerqué a la chica.
-Hola- dije- vengo por el cartel que esta a fuera-
-Que bien, justo necesitábamos a una persona más, necesito que firmes aquí dijo-
Y me dio un papel y una especie de pluma (bolígrafo), pero le faltaba la tinta.
Observé de reojo como ella escribía, sin necesidad de tinta, y la imité.
Puse mi nombre y le entregué la hoja a la chica, sin siquiera leer lo que ponía.
-Bien, ahora necesito que me digas tu nombre y apellido- dijo ella
-¿Mi nombre?-
-Si- dijo ella distraída.
¿Como era posible que no me acordara de mi nombre?, y que yo supiera no tenía un apellido, ya que no había nacido entre humanos.
-¿Me podría decir los nombres que empiezan con E?- le pregunté a la chica, era de lo único que me acordaba.
-Elisabeth, Emilia, Eimy, Emily, Emma...-
En ese momento la interrumpí.
-No diga ese nombre en mi presencia- dije, me acordaba perfectamente, que ella había sido la culpable de que pasara más tiempo en el infierno.
-¿Elena?- dijo la chica.
-¡Si!, Elena, Elena....miré hacia un cartel y vi el nombre de Carolina Vargas.
-Elena Vargas-
-Bien, entonces mañana venga aquí a las 6 de la mañana-
Tenía que preguntar cuanto me iban a pagar, así que lo hice y la chica se rió.
-En el cartel pone se necesita voluntario-
-¿Eso quiere decir que no me pagaran?-
-No, pero en el campamento te daremos la comida y bebida, y también donde dormir-
-Okey- dije eso y salí.
Ahora tenía que encontrar donde pasar la noche, y volví a preguntar.
-Si, camine dos calles más y encontrará un hotel-
Un hotel, que sería eso, yo quería una posada, pero bueno, supongo que las cosas cambiaron.
Caminé hasta el hotel, y las odiosas cajas con ruedas hacían sonar bocinas cuando yo pasaba, y parecían bastante molestos, y yo no estaba haciendo nada malo ¿verdad?
Llegué al hotel, y había un hombre en el mostrador.
-Buenas noches, ¿cuanto cuesta pasar la noche en su posada?- pregunté
El me miró de arriba abajo con cara de pocos amigos.
-No se de que convención de cómics vendrá, pero esto es un hotel, no una posada, así que no venga con sus bromas-
-Un buenas noches habría bastado- dije sonriendo- y si se refiere a la ropa no tengo más-
El me miró con cara de pocos amigos.
-Cuesta $57 la noche-
Yo asentí despacio.
-Mire el problema es que no tengo dinero- dije seriamente, y cruzando los brazos.
-Pues lárguese-
-No, no,no, esa no es forma de tratar a una dama- dije sacando el cuchillo que llevaba en mi bota- no quiere que le pase nada a su hija, ¿o si?- dije mientras lentamente hacía una raya en el mostrador.
Sabía que tenía una hija porque el muy tonto tenía una foto, en su escritorio, en donde aparecía el, una señora, y una niña pequeña.
-¡Si no se va llamaré a la policía- dijo asustado.
Hice un movimiento con la mano, y cerré la puerta del hotel, y cambié el letrero a cerrado.
-Créame, no quiere hacer eso- dije y puse el cuchillo sobre su garganta- hace mucho que no he matado a alguien, y usted no se salvara- dije esas palabras llenas de ira, y venganza, sentía como me hervía la sangre, lo que estaba por ocurrir no era nada bueno, no me gustaba descontrolarme...