Eran una pareja feliz, lástima que a uno le quedaba poco tiempo, mí reloj marcaba dos semanas restantes.
Tengo la costumbre de involucrarme en la vida de las almas que debo reclamar, para decidir si de verdad se lo merecen, está vez eran dos jóvenes apenas de 30 y los seguía a todos lados, durante la agonía y desesperación del pobre su cónyuge no estaba a su lado, salí a buscarla y la encontré.
-Me recuerda a ti
-La diferencia es que yo conozco lo que es el amor
-¿Estás seguro?
-Ya no lo sé
-¿Entonces, porque, lo aseguras?
-Porque se que la que merece morir es ella, no el
-¿Y dices que eso es amor?
-Pasi mucho tiempo, casi no recuerdo lo que es sentir amor de alguien, pero aún recuerdo la sensación que genera
-Si tu lo dices
El hombre seguía postrado y conectado a máquinas que nunca salvaron a alguien, mientras se acercaba su final
-¿Tiene que ser el?
-¿Que?
-¿Porque no puedo salvarlo a el, y llevarme a ella?
-Las reglas no lo permiten
-Las reglas dicen que en la fecha debe llegar un alma, no que tiene que ser una persona específica
-Asi no es como funciona...
-Lo se, pero debe haber alguna forma para que el viva y ella muera
-..Creo que hay una manera, pero corremos el riesgo de que nos destierren
-Dices cambiar los relojes y pasarle el tiempo de ella a el
-Si
-Lo mantendremos oculto
Mientras soliloquiaba cambiaba el tiempo de vida de vida de ambos, esto es posible pero es necesaria la firma de ambos, de lo contrario dejaré de ser la Muerte, pero si nadie se entera no pasará nada
-¿Verdad?
-Eso espero
Y así lo hice la chica murió al otro día, reclamé su alma y observé al joven, se veía triste, pero feliz de seguir vivo, aunque su mirada decía que extrañaba a alguien.
-Ya lo sé amigo, se que es difícil perder a alguien que amaste, pero ella no se merecía vivir
-Sabes bien que no te ve ni te escucha
-Me estoy intentando reconfortar a mí
El reloj del chico que todavía tenía 80 años de vida se detuvo, se había suicidado, no soporto la tristeza de perder al amor de su vida
-Nadie sabe valorar su vida
-¿Tu no habrías echo lo mismo?
-...
-Recuerda quien soy, quienes somos
-¿Pero acaso el no sabía que ella le era infiel?
-Nunca lo supo y ahora también tienes que reclamar su alma
-No tengo opción ¿Verdad?
-Sabes que en esta situación no