Katie Campbell.
La escena ante mí hizo que se me fuera el apetito.
Mi madre besando a Jake, su nuevo novio. Realmente era... asqueroso. Si tan solo se besaran como las parejas normales en público. Juro que sí daba asco.
— Basta. – musité.
Ambos se separaron de inmediato, mi madre me vio pidiendo disculpas con los ojos.
– ¿Y que estás estudiando, Caitlyn? – Preguntó Jake carraspeando.
– Licenciatura en idiomas, y mi nombre es Katie. – Respondí rascando mi nariz con irritación.
– Oh, discúlpame. – Murmuró. – ¿Qué idiomas escogiste? – Preguntó fingiendo interés mientras mi madre iba por algo a la cocina.
Me mordi el labio interior, y mis uñas se enterraron en mis manos. El nuevo novio de mi madre, Jake, no era devoto de mi cariño y aceptación, era el segundo novio de mi mamá después del divorcio. No era malo, pero muy despistado si que lo era, no tiene un trabajo fijo y realmente es un holgazan.
– Francés, español e italiano. – Contesté después de unos segundos.
— Bueno, suena interesante. – Sonrió un poco.
— Sí, lo es.
El teléfono sonó y me levanté para contestar mientras daba las gracias de que haya sonado; no quería que siguiera preguntándome cosas que no creo que recordaría y le importara.
—¿Diga? - Contesté.
— ¿Katie? - Reconocí la voz de mi padre de inmediato.
— ¡Papá! - Hablé sorprendida y una sonrisa se instaló en mis labios.
— Princesa, ¿Cómo has estado? - Preguntó sonando feliz.
— Muy bien, papá. - Respondí. - ¿Y tú? ¿Vendrás a verme en vacaciones? - Pregunté aún más emocionada.
— Estoy bien, cariño. Es lo que más deseo, pero no sé si pueda... - Respondió.
Me senté en el sofá de inmediato al oír aquello. Extrañaba a mi papá y mi hermano, han pasado varios meses desde que los vi.
— Pero, ¿por qué? - Pregunté tratando de no sonar decepcionada.
— Tengo un compromiso en Rumania. - Guardó silencio durante un par de segundos.- ¿Te gustaría ir conmigo, princesa? - Preguntó con diversión.
— ¡¿Hablas en serio?! - Grité de la emoción. - ¡Eso sería genial!
Jake y mi mamá llegaron a la sala, ésta última era con curiosidad y confusión.
— Bueno pequeña, en tres días y tú, Liam y yo estaremos juntos yendo a Transilvania. - Comentó sonando feliz.
— ¡Bien! - Dije aún emocionada.
— ¿Tú madre está por ahí? - Preguntó.
— Sí, te la paso. - Dije despegando mi oído del auricular. - Te hablan. - Murmuré a mi madre.
Ella caminó presurosa hacia mí y tomó el teléfono en sus manos.
— ¿Mande? - Preguntó aún confundida. - Ah, hola... ¿¡Cómo!?... Sí, lo sé, pero no sería mejor qué--... Yo tampoco he visto a Liam, recuerda eso. - Y ahí nuevamente discutían.
Era Diciembre, se suponía que Liam y yo pasábamos Navidad junto a mamá, en Detroit, y papá venía en año nuevo. Y al otro año sería al revés, Navidad en Massachusetts y año nuevo en algún hotel con mamá.
— Alto, Patrick, ¿Te estás escuchando?... No lo sé, lo pensaré... Pues debiste hablar hace días, no hoy. Umm, ¿Qué yo no contesto? Perdona pero tengo cosas que hacer... ¡Oh, Patrick! ¡Ya! Hablaremos luego, tengo una cena esperando. - Y colgó.
Suspiré caminando hacia el comedor y sentandome, Jake y mi mamá también se sentaron y empezaron a comer en silencio.
Yo sólo observé el spaguetti, tomé el tenedor y ahora observaba el pedazo de bistec de búfalo, se veía muy delicioso. La meta de ser vegetariana se fue por el drenaje en ese instante.
. . .
Mis maletas estaban listas al fin.
Bajé las escaleras, observé que mi mamá seguía dando vueltas en la sala parloteando en el celular y yo sólo fui a la cocina, tomé una manzana y volví para sentarme en el sofá y observar a mi madre.
— No, así no eran las cosas. - Dijo molesta. - Mira, debiste consultarlo antes, mucho antes conmigo... Ya no importa, mañana se irá y te alcanzará en el aeropuerto de Washington DC, ¿no?... Estaré bien, gracias... Exageramos, querrás decir.
Me levanté de inmediato cuando capte que peleaba con mi papá. Miré a mi mamá preocupada.
¿Le molestaba que me fuera con mi papá y mi hermano?
— Saludame a Liam cuando llegue. - Y colgó. Me miró sin expresión alguna y acarició mi cabello. - Lo siento, Katie. - Susurró.