La Necesidad Del EngaÑo

VII

La llegada a casa de la señora Trick fue mucho más placentera de lo que hubiera podido imaginar, viendo el cansancio que llevaba acumulado, me permitió dormir toda la mañana y parte de la tarde. Verdaderamente mi cuerpo lo necesitaba.

-Pareces una persona nueva querida. - Me dijo la señora Trick al verme entrar en el salón del té.

-Gracias ... mi cuerpo necesitaba descansar con urgencia. - Dije tomando asiento en el saloncito.- Soy una de esas personas que si no duerme sus horas no es ser humano.

-Ya verás, estas semanas van a ser una maravilla, sólo debes dejarte querer... lo tengo todo planeado.- La verdad, aquellas palabras no me consolaban en demasía. Aquello quería decir que no íbamos a parar ni un minuto.

-El señor Fuller ha llegado señora. – Anunció el mayordomo.

-Hágalo pasar, ya sabe usted- Dijo dirigiéndose a la criada.- Que ya es como de la familia...- Dijo la señora Trick cantarina. -El señor Fuller ha tomado la costumbre de unirse a mí siempre a la hora del té. – Me explicó la señora Trick.

Aquella primera tarde fue encantadora. El señor Fuller y la señora Trick resultaban una combinación de lo más extraña y entretenida. Una no paraba de hablar de cosas irrelevantes y el otro parecía ser una fuente de sabiduría. Lo que si me resultó un poco más duro fue asistir a la velada de esa noche. La señora Trick no paraba de insistir en que sería una velada intima e informal, pero al ver las dimensiones de la casa a la que ingresábamos, esas palabras fueron sustituidas en mi mente por las opuestas.

La señora Trick parecía estar en su hábitat natural. Lucía radiante entre toda esa gente, revoloteaba de unos invitados a otros... parecía ser requerida y respetada por todos. Yo la seguía como buena pupila, pero no intervenía en las conversaciones.

-He movido algunos hilos...- me dijo en un susurro antes de que avisaran de que la cena estaba lista. Yo la miré sin comprender, pero la llegada de cierto caballero hizo que las dudas se resolvieron solas.

-Me han dicho que gozaré de su compañía durante la cena.- Saludó el señor Lluch junto a nosotras.- Si me lo permiten... sería un placer acompañarlas a la mesa.- Dijo ofreciendo ambos brazos.

Entré al comedor un tanto nerviosa. Si la señora Trick se refería a aquello con lo de mover sus hilos eso quería decir que estaba intentando emparejarme con el vizconde que tanto desagradaba al doctor Hall y al señor Fuller. Unos pocos segundos después mi teoría fue confirmada cuando la señora Trick fingió no poder andar más para quedarse en frente del señor Lluch y que yo ocupara el puesto a su lado. Aquella situación me ponía muy nerviosa... odiaba que me intentaran juntar con alguien, me hacía sentir incomoda e insuficiente.

-Señor Lluch, sabe usted que la señorita Sant se hospedará en mi casa las próximas semanas.- Dijo como si tal cosa.

-No lo sabía. -Respondió poco interesado.

-El señor Fuller no dudó en venir a tomar el té con nosotras para darle la bienvenida, siéntase usted invitado para hacer lo mismo cuando gustes. Comprendo que no dispone de tanto tiempo como el señor Fuller, puesto que él está de vacaciones, pero quizás si pueda venir una tarde. -Parecía que la señora Trick no necesitaba respirar en ningún momento.

-¿Las visita mucho el señor Fuller? – Parecía que nombrar al señor Fuller había despertado el interés en el señor Lluch.

-Cada tarde. Ahora que la señorita Sant, mi querida Aroha, está conmigo, ha prometido organizar alguna salida.

-Que buenas ideas tiene el señor Fuller... Qué lastima que no se me hubieran ocurrido a mí primero. -Parecía realmente decepcionado por no haber tenido él la idea, pero su desinterés inicial me hizo dudar de la veracidad de sus palabras.

-No se desanime, puede usted venir a tomar el té con nosotras todas las tardes si lo desea. Y queda oficialmente invitado a todas las salidas que podamos organizar. – El señor Lluch pareció más que satisfecho con la respuesta de la señora Trick.

Yo permanecí en silencio. Había descubierto que en ocasiones es más beneficioso observar que hablar. Desde el silencio era posible conocer muy bien a las personas, y el comportamiento del señor Lluch era un tanto peculiar. En un principio se había mostrado indiferente a la propuesta de la señora Trick de venir a tomar el té, pero en cuanto nombró al señor Fuller se mostró deseoso de participar en todas las reuniones. Yo no lograba comprenderlo, y así se lo hice saber a la señora Trick mientras volvíamos a casa.

-¡Oh querida!- Exclamó risueña.- Tu inocencia me sorprende.

-No la comprendo...

-El señor Lluch se ha puesto celoso del viejo señor Fuller. No sabes lo que hacen los hombres cuando piensan que otros han puesto los ojos en algo... o en este caso en alguien.

Mi opinión distaba mucho de coincidir con la de la señora Trick, pero la conocía lo suficiente como para saber que nada podía hacerla salir de aquellas locas conclusiones a las que había llegado, por lo que opté por sonreír.

.......

Para mi sorpresa, a la tarde siguiente el señor Lluch se presentó puntualmente a la hora del té. La señora Trick parecía no poder controlar la emoción que la embargaba. No hacía más que lanzarle preguntas al señor Lluch y después no le dejaba contestar ninguna.

-Iré a pedir que nos traigan el té.- Aquella acción era innecesaria. La señora Trick solía tocar la campanita y cuando la doncella acudía le pedía que trajera el té. Todo su comportamiento me resultaba de lo más cómico.

-Disculpe a la señora Trick.- Dije cuando esta se hubo marchado del saloncito.- Está muy contenta de contar con su presencia.

-Es un placer.- Respondió el joven señor Lluch. - ¿Cree usted que se nos unirá alguien más? -Parecía que el señor Lluch me estaba preguntando con sutileza si el señor Fuller asistiría o no.

-Eso creo. El señor Fuller lleva viniendo a tomar el té todas las tardes desde hace una semana, o eso me ha dicho la señora Trick.- Dije sin más. Después de aquello los dos permanecimos en silencio. El señor Lluch parecía muy concentrado... ¿Qué estaría pasando por aquella hermosa cabecita? Me pregunté.



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En el texto hay: juvenil, romance, epocavictoriana

Editado: 09.08.2021

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