La Nefilim

D Í E Z

LO QUE ELLOS DEJARON

LO QUE ELLOS DEJARON.

Malena:

No consigo moverme, verla hace que mi sangre se hiele, veo como los demonios caen uno a uno contra ese ángel. Una vez que terminan con todos ella baja al suelo, sólo entonces consigo que mi cuerpo se mueva, no lo entiendo, nunca les había temido a los ángeles, pero... ese Elegido tiene... algo. Incluso creo que es una Elegida, no soporto el golpeteo que hay en mi pecho, mi corazón no para de latir rápido.

Me alejo lo más que puedo de ese lugar a una velocidad impresionante, me recargo sobre un árbol enorme con las raíces elevadas, un dolor punzante aparece en mis sienes, es tan fuerte que me obliga a deslizarme por el tronco, el dolor cede un poco cuando mi trasero toca el suelo.

¿Qué diablos es esa Elegida? ¿Por qué tengo tantas ganas de llorar?

El dolor regresa con más intensidad, presiono mi cabeza con ambas manos y aprieto los dientes, creo que romperé mi mandíbula por tanta presión, cada punzada se hace más fuerte, no voy a tolerar el dolor por mucho tiempo.

Ya no puedo soportarlo y suelto un fuerte grito, ingreso aire a mis pulmones sólo para poder gritar de nueva cuenta, el dolor no cede, pero gritar me alivia de cierta manera. Un par de lágrimas no tardan en salir de mis ojos, maldita sea, ¿qué es lo que está pasando conmigo?

Me mezo sobre el suelo, este sentimiento lo conozco, tengo miedo, le tengo miedo al ángel que está detrás de esa Elegida. Golpeo mi frente con la palma de mi mano, debo recordar, yo conozco a ese ángel. Mis golpes no parecen surtir ningún efecto, pero tengo que hacer un esfuerzo y recordar de dónde la conozco.

Todo a su debido tiempo, te enterarás de todo muy pronto, Mal.

La voz de la bruja resuena por mi cabeza una y otra vez.

Vuelvo a gritar con fuerza, mi cabeza me duele cada vez más, ahora voy a viajar por mi memoria, es doloroso porque son recuerdos que quisiera olvidar.

Hasta donde yo sé tú mataste a tu madre y fuiste testigo de cómo ellos terminaron con tu...

¿Terminaron? ¿A quién? ¿Qué fue lo que vi?

Recojo mis piernas y mientras grito voy pegando mi frente a las rodillas.

¿Mami, papi no ta ota vez? Pometió mal.

Puedo verme de niña y junto a mi esta...

Tranquila, Malena, él volverá pronto.

Me veo hacer un berrinche, eso es porque mi padre no estaba conmigo.

No justo.

Golpeo la madera vieja del granero donde solíamos vivir.

Mi niña —Me toma en brazos—, no debes alterarte, recuerda que aún no sabes controlar tus poderes.

Papi malo, no seña Mal.

Observo la escena, pensaba que no tenía ni un solo recuerdo de mi padre. Eso quiere decir que mi madre me ocultó otras cosas, ahora presiento que mi padre no nos abandonó, algo malo le pasó. Pero no entiendo, ¿por qué recuerdo esto justo ahora?

El recuerdo se desvanece, no puedo quedarme sólo con eso, quiero saber que fue lo que pasó con mi padre, tengo derecho a saberlo.

Suelto un nuevo grito dejando que mis recuerdos me consuman por completo, debo llegar al fondo de esto.

stá nublado y a lo lejos puedo distinguir la figura de mi madre con uno de esos vestidos largos tejidos a mano, no es como los vestidos que usaba a diario, este parece ser de hilo egipcio

Está nublado y a lo lejos puedo distinguir la figura de mi madre con uno de esos vestidos largos tejidos a mano, no es como los vestidos que usaba a diario, este parece ser de hilo egipcio.

Malena me llama, ven aquí, hermosa.

Veo pasar a mi lado una versión infantil de mí, me atraviesa y se coloca junto a mi madre, ella señala al cielo.




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