El miércoles paso muy rápido, apenas lo puede sentir.
Ya están dando trabajos para lo próxima semana además de que estamos por introducirnos en nuevos temas. Los del equipo y las animadoras me mira de mala manera logrando que me estremezca del miedo pero solo una persona hace que me estremezca del terror que le tengo y es el chico nuevo, aún no entiendo porque siempre me sigue.
Camino por mi habitación envuelta en una toalla blanca en búsqueda de mi ropa interior, abro uno de los cajones de mi armario y saco las dos prendas, cuando me volteo encuentro una bolsa negra con el nombre de una cara marca de ropa. Con el seño fruncido me acerco a la bolsa de cartón para luego ver su contenido, con los ojos bien abiertos saco el vestido que se encuentra adentro. La prenda es completamente de color blanco, su encaje lo hace ver fino, sus mangas 3/4 lo hace ver cálido y su cuello como el de una camisa lo hacer ver formal. Es precioso. Tomo la caja que se encuentra debajo de la bolsa y le saco su tapa para descubrir que hay dentro de esta. Unos zapatos de plataforma, de cuero blanco, dos cinturones con hebillas de bronce y con encaje muy parecido al de vestido se encuentra ahora en mis manos.
-MAMA!!!- Grito dejando los zapatos en la caja.
Escucho unos tacones golpeando contra la madera en dirección a mi habitación.
-¿ Ya estás lista?.- Pregunta mi madre entrenado a la habitación cerrando la puerta detrás de ella.
Observo la vestimenta de mi madre, un vestido negro al cuerpo con pocas líneas de color crema horizontales y verticales, el vestido es formal como el de una mujer de negocio o de clase alta.
- No creo que pueda ponerme esas dos cosas.- Digo mirándola a sus ojos con sombras marones.
- Claro que puedes, eres hermosa cariño.- Dice ella con una sonrisa acercándose a mi.
Me toma por los hombros para luego girarme en dirección a la bolsa y la caja, siento mentón en mi hombro.
- Eres un ángel por eso puedes usar ese vestido.- Escucho que larga un suspiro.- Cuando lo vi supe que era para ti ya que es delicado y hermoso como mi hermosa angelito.- Sonrió al escuchar las palabras de mi madre.- Ve a cambiarte cuando vuelvas te colocare un poco de maquillaje.- Ella aparta sus manos de mis hombros.
Tomo el vestido en mis manos junto con una cancanes blancas transparentes con puntos del mismo color que me estadía mi madre para luego dirigirme al baño. Al salir con la ropa puesta ella desde la comodidad de mi cama me sonríe con mucho amor, me hace una seña para que me siente en la cama y es lo que hago, obedecer a mi progenitora.
Luego de colocarme algo de maquillaje me coloco los zapatos para dirigirme a el espejo y observar mi reflejo.
Observo con asombro mi reflejo, el vestido me hace recordar la prenda que uso en mis sueños, mi cabello naranja junto con mis labios en un tono coral resaltan mucho, levanto la vista y me encuentro con mis pestañas llenas de tinta negra del rímel.
- Eres un ángel al cien por ciento.- Hablo mi madre detrás mio.
- Chicas es hora de irnos!!!.- Grita mi padre desde la planta baja.
- Buscaré mi mochila y voy.- Le informa a ella para que se valla adelantando.
Asiente con la cabeza y se va de la habitación sin cerrar lo puerta.
Rápidamente voy a mi armario y busco una pequeña mochila negra con un bolsillo pequeño adelante y un listón de la misma tela, cuero. Busco un libro en mi estante para leer en el viaje, observo mis estantes en búsqueda de uno que no he terminado de leer, mi mirada cae en la mesa de luz, rápidamente camino hacia ella y abro su último cajón en búsqueda de aquello que me está volviendo loca. Una vez que lo tengo en mis manos largo un suspiro pesado, es un libro pero me provoca un sentimiento tan abrumador que no me deja respirar. Tomo mis auriculares junto a mi celular y los coloco dentro de la mochila para que le hagan compañía al libro que me compre el martes. Bajo las escaleras lo más rápido que puedo topándome con la familia en el umbral de la puerta principal.
- Lista?.- Pregunta mi padre mientras ayuda a mi hermanito a colocarse su abrigó.
- Todavia no.- escucho la voz de mi abuela ingresando a la sala de entrada desde el comedor.
Me giro para poder mirarla y la veo con un abrigo de lana marrón.
- Espero que te guste, lo he visto en una tienda y decidí comprartelo.- Habla la ansiada mientras me ayuda a colocarmelo.
Al instante siento como el calor de el suave y grueso abridor envuelve mi cuerpo logrando que sonria.
- Gracias abuela, me encanta.- Digo sin quitar mi sonria de felicidad.
- De nada cariño.- Dice ella.- Vamos o sino llegarán tarde.- Ahora habla para todos.
- Cierra bien las puertas Mamá.- Escucho que dice mamá mientras toma su cartera del perchero blanco de madera que hay en la entrada.
Todos salimos al esterior para poder subirnos al auto de Papá.
El vehículo de marca Kia color negro con vidrios polarizados tenía apariencia más cara junto al auto de mamá, pero los dos clasificaban como alta gama.
Subí del lado derecho de la parte de atras mientras los demás subían por los otros lados, la abuela nos miraba desde el porche con una sonrisa impecable, papá saco el auto de la acera para colocarlo en la calle y comenzar a andar sin antes hacer sonar la bocina en forma de saludo hacia la anciana feliz.