Jake.
Estaba bastante cómo en mi cama cuando mi mamá abrió la puerta de forma estruendosa.
-Jake, ya son las 7:00, en una hora más es la cena por favor arréglate no quiero que te retrases como siempre- en su voz se notaba la clara amenaza que me estaba lanzando.
-Pero mamá yo no quería estar en esta cena, ustedes me obligaron.
-Jake, vives bajo mi techo por lo tanto cumples mis reglas, te alistas y no hay más discusión sobre el asunto.
-Está bien mamá- bien dicen, juega con fuego y te quemarás.
Después de que mi mamá saliera de mi habitación me quedé acostado algunos minutos más para luego ir a darme una ducha y como la cena era importante tenía que estar vestido de forma elegante, así que me decidí por un traje negro y una camisa blanca a la cual le deje los primeros botones abiertos, me puse unos zapatos, un reloj, me peiné y estaba listo, bajé para encontrarme con mis padres.
-Hijo te ves muy guapo.
-Gracias mamá.
-Hijo, están a punto de llegar los Gates, así que quiero que te comportes.
-Está bien papá- algunos minutos más tarde tocaron al timbre a lo que mis papás fueron a recibir a sus invitados.
-Buenas noches Samuel, hola Tamara- dijo la señora Gates.
-Buenas noches, por favor pasen- recibió mi mamá.
-Supongo que este joven tan apuesto es tu hijo.
-Mucho gusto, Jake Black- me presenté.
-Mucho gusto Jake, mi nombre es Lucia y él es mi esposo Nicolás Gates.
-Buenas noches muchacho, es un gusto.
-El gusto es mío señor.
- ¿Lucia dónde está tu hija? Creí que vendría con ustedes- preguntó de forma curiosa mi mamá.
-Ahora viene, olvidó algo en el coche- cuando terminó de decir eso tocaron el timbre y supuse que era la famosa hija.
-Hijo puedes ir a abrir la puerta por favor.
-Claro papá- fui hacia la puerta encontrándome con una grata sorpresa, una hermosa mujer con un vestido rojo que se acentuaba perfectamente a su cuerpo, me pareció hermosa, hasta que lo arruinó todo hablando.
- ¿Dios por qué me castigas así? - mi cara pasó de tener una sonrisa a llenarse de confusión y luego pasó al asombro, esto tenía que ser una pesadilla, no podía ser ella.
- ¿Tu? – pregunté incrédulo.
-Así que tú eres el hijo de los Black.
-Y por lo que veo tu eres la hija de los Gates.
-Creo que eso es obvio, ¿me dejarás entrar o te quedarás parado como idiota?
-Pasa- ella pasó para ir a la sala de estar, donde estaban nuestros padres.
-Buenas noches- saludó educadamente.
- ¡Oh! Lucia que hermosa hija tienes.
-Muchas gracias señora Black- se sonrojó y por un instante me pareció tan adorable que me daban ganas de... ¡No! ¿Qué tonterías estoy diciendo? Es la nerd, ella no es bonita.
- ¿Señora Black? Nada de eso querida, puedes llamarme Tamara.
-Gracias seño... Tamara.
-Mira, te presento a mi esposo, Samuel Black.
-Buenas noches señor Black.
-Buenas noches señorita.
-Bueno, ya basta de presentaciones, es mejor que pasemos al comedor- dijo mamá.
-Vamos- acordó Tamara.
Todos fuimos al comedor y nos acomodamos de tal manera que mi papá estaba en la cabecera de la mesa, mi mamá de lado derecho y junto a ella Lucia y Nicolás, del lado izquierdo de mi papá estaba yo y a mi lado Rachel, de vez en cuando miraba de reojo a Rachel, quien se veía realmente bien, nuestros papás conversaban amistosamente mientras que Rachel mantenía la mirada fija en el plato y yo también, bueno, más o menos, así transcurrió la cena, hasta que mi papá comenzó a hablar.
-Bueno chicos como sabe esta cena no es nada más por el cumpleaños de Rachel, les comentamos que teníamos que darles una noticia muy importante.
-Lo que les queríamos decir es que nos convertiremos en socios, pero para que lo podamos hacer decidimos que ustedes se tienen que casar- miré a Rachel quien estaba en un estado de shock, al igual que yo.
- ¡¿CÓMO!? – gritamos al mismo tiempo.