PRÓLOGO.
Hace mucho tiempo en un lugar como ningún otro se encontraba Concordia, un reino donde podías toparte con cualquier tipo de criaturas que puedas imaginar; desde un fiero dragón, hasta un embustero duende. Todos vivían en paz, la felicidad dominando sobre todas las cosas. Concordia estaba dividido en tres reinos, el reino de la Luz, el reino del Agua y el reino de las Sombras, quienes juntos mantenían el orden.
El reino de la Luz era gobernado por el rey Lux, él era justo y bondadoso, enseñaba a sus súbditos a controlar las propiedades de la luz, luchaba con sus guerreros cuando Concordia corría peligro y siempre mantenía la paz entre su reino y los otros.
El reino del Agua era gobernado por la reina Aqua, era una mujer poderosa, podía dominar cada elemento líquido que tuviera a su alcance, y enseñaba a sus súbditos a controlar el agua cada vez que podía. Se enfrentaba cada que podía a cualquier mal que pudiera destruir la paz y tranquilidad que había conservado en Concordia, no le importaba poner su vida antes que la de los demás.
Y por último estaba el reino de las Sombras, el cual era gobernado por su cruel monarca, la reina Umbra. Era despiadada como nadie, usaba los poderes de las sombras para espiar a sus enemigos, descubriendo sus debilidades y usándolas en su contra. Umbra era conocida por si peculiar carácter y determinación, siempre que tenía algo en la mira lo conseguía, y esta vez su objetivo era el dominio absoluto de Concordia. No importaba el precio, ella obtendría el dominio total de esas tierras.
En los reinos de Luz y Agua eran ignorantes de los planes de Umbra, todos estaban ocupados celebrando el festival del Sanctus. En esta alegre festividad los mejores aprendices de ambos reinos junto a sus monarcas hacían un arco iris cargado de la magia de todos los seres de ahí, este arco iris mágico renovaba la magia y vitalidad de Concordia, sin ella todos sus habitantes se debilitarían hasta el punto de morir y con ellos Concordia. Ese día todos estaban usando sus mejores galas, los sastres de ambos reinos estaban llenos de encargos que terminar, un vestido que arreglar, unos pantalones que remendar y uno que otro diseño que terminar. Todos estaban emocionados de ver el arco iris resplandecer en el cielo, esparciendo magia y esperanza a todo el que lo mirara. Pero mientras en los otros reinos todo era dicha y éxtasis, en el reino de las Sombras todos estaban preparándose para dar el primer golpe. Iban a secuestrar a los monarcas de los reinos de la Luz y Agua, y, si era necesario para quitarlos del camino, los matarían.
El rey Lux y la reina Aqua no solo celebraban el festival de Sanctus, el cual consistía en in ritual mágico para renovar la magia del reino con arco iris cargado de la magia de todos, dándole vida al reino y sus habitantes; sino el nacimiento de las príncipes y futuras herederas de los tronos de ambos reinos, los príncipes mellizos Solis y Spe. Todos estaban al tanto del embarazo de la reina Aqua, pero nadie sabía que ya habían nacido los futuros monarcas, ambos reyes sabían que en cuanto la noticia se supiera todos estarían llenos de regocijo y alegría, sin saber que uno de los secuaces de Umbra estaba viendo todo. Este no tardó en informarle velozmente a su reina sobre los nuevos príncipes, lo que desató la ira de la dama. El nacimiento de Solis y Spe representaba un gran riesgo a sus planes de derrocar a Aqua y a Lux, debía deshacerse de ellos todos sus planes se vendrían abajo. Con astucia, la reina planeó la manera perfecta de deshacerse de los príncipes, pero antes de ejecutar nada, ella iría al dichoso festival.
Todos los aprendices de los reyes estaban nerviosos, esperando hacer todo correctamente, si algo salía mal con este arco iris se desataría un caos inigualable. En la tarde de ese día todos estaban sentados mirando hacia el gran escenario que habían montado para hacer el gran arco iris y renovar la magia del reino, la alegría abundaba en aquellos lares. Todo marchaba de maravilla, los aprendices y los monarcas estaban listos para empezar a crear el arco iris, pero mientras todos celebraban los secuaces de Umbra se colaron en la habitación de los bebés, los tomaron y desaparecieron del palacio con los príncipes. Una criada entró momentos después para preparar a los príncipes para su gran aparición, pero al ver las cunas vacías alertó a los guardias de la desaparición de los pequeños herederos, la noticia no tardó en llegar hasta los reyes Lux y Aqua. Esto interrumpió abruptamente el festival, sin los príncipes los reinos se quedarían sin heredero y los llevaría a la perdición.
—¡Encuentren a las príncipes de inmediato! —dio la orden el rey Lux desesperado.
Los espíritus de ambos reinos buscaron sin cesar a los príncipes desaparecidas, pero ninguno encontró nada... ninguno salvo un pequeño duendecillo que logró colarse entre los dominios de Umbra, quien escuchó a uno de los guardias hablar del malvado plan de la reina para apoderarse de Concordia, mencionando también el secuestro de los príncipes. El pequeño duende volvió inmediatamente hasta el reino de la reina Aqua y le contó lo que escuchó. Al terminar el relato la reina envió a sus más fuertes y valientes soldados al reino de las Sombras, también le informó al rey Lux de los planes de Umbra y este encabezó la marcha junto a sus soldados hasta el reino de las Sombras con los soldados de Aqua. Al llegar, una batalla campal se desató en el reino, pero Umbra no se preocupó en lo absoluto, estaba pasando precisamente lo que ella quería, alejar al rey de su castillo, en el reino de las Sombras no tenía ningún tipo de poder, la luz no llegaba hasta esos lares. Con lo que no contó fue con que la reina Aqua se escabulliría por el castillo, dejando inconsciente a todos los guardias que se atravesaran en su camino.