La niñera

Regalos

Abrí la puerta y coco comenzó a cantar “Feliz cumpleaños” las niñas comenzaron a despertar, Andrés despertó y después metió la comida que estába en su mano a su boca.

—¿Papá? —Michelle y Adela corrieron hasta el señor Alexander. —¿Dónde estabas? Nos tenías muy preocupadas. — Michelle le dió un abrazo al señor Alexander.

—Creí que se habían olvidado de su viejo y sólo fui a refrescarme. — Adela lo abrazó.

—Lo hicimos todo para que no sospecharas. — Le explicaba Adela.

—Ten papá. — Michelle tomó el obsequio que le había comprado a su padre.

—¿Qué es? — El señor Alexander estaba fascinado. Comenzó a abrir el regalo. Era una foto de Michelle, Adela, el señor y yo. (Andrés podía apreciarse espiando por la ventana) — Es muy linda. — No se lo esperaba.

—Este es mio. — Adela tomó su pequeña caja y se la extendió.

—¿Un llavero? — Dijo al abrirla.

—Preste más atención. —Le recomendé. Era un dibujo que él tenía en su oficina. Ese dibujo Adela lo pintó a los cuatro años de su familia: Michelle, Adela y el señor Alexander.

—Es… ¿Mi regalo del día del padre de hace cinco años? — Parecía verdaderamente conmovido, creo que le pido un aumento en este momento puede dármelo.

—Este es mío. — Tomé la gran caja de regalo y él la tomó entre sus brazos.

—No debió molestarse, señorita…

—Shhh, abralo. — Lo interrumpí.

Había mandado a hacer camisetas para todos, la del señor Alexander era una hamburguesa, la camiseta de Michelle era las papas, la de Adela era la soda, Andrés la caja feliz y yo claramente el juguete que le pone toda la diversión.

—¡Wow! — Comenzó a ver las camisetas. —Señorita Valeria, Muchas gracias. — Su mirada era tierna.

—Papá, eso no es todo. —Michelle le extendió algo que yo misma forré en papel de regalo.

Entre Michelle, Adela y yo le mandamos a hacer un Oscar al mejor padre y jefe del mundo.

—¡No es cierto! — Lo miraba y no lo podía creer.

—Sé que nunca ha ganado uno y… — Esa mirada asesina de nuevo hizo que cerrara la boca.

—Ustedes son lo mejor de mi vida. —Abrazó a sus hijas y les dió una variedad de besos. Cuando se separaron me miró —Señortita Valeria…

—Señor Alexander…

No dijimos más, todo estaba entendido.

Escuchamos un gran ronquido, Andrés se había vuelto a dormir.

 

~~~
 


He cumplido un año trabajando aquí, creo que no pude haber encontrado algo mejor que esto: más que un buen esposo o al menos un hombre que no tenga dos empleos. ¿Cómo no pude verlo? Sí, el trabajo de cuidar mascotas no era malo. Hasta cierto punto me agradaba que tuviera la sensibilidad de tratar con animalitos. 
Pero su segundo empleo no lo puedo tolerar, se dedicaba a ser payaso para fiestas infantiles. ¿Qué parte no entendiste dios? Solo necesito a un hombre que no use más maquillaje que yo. No es cómodo que te aviente agua a mitad de la cena porque quiere hacerte reír o que quiera ir a la universidad para payasos.

De todas formas no funcionó: vive con su madre.

Pero las niñas y yo hemos estado verdaderamente unidas, Adela cada día más grande, leemos 50 sombras de grey en las noches. Se lo leo para que se vaya a dormir aunque censuro todas las partes que no deben ser escuchadas por una niña de nueve años. 
Podría leerle historias infantiles, pero eso no les servirá de nada, debe saber cómo está el mundo.

—¿Qué leen? — El señor Alexander entró a la habitación de Adela mientras yo estaba leyéndole.

—Cincuenta sombras de Grey.

—¡Señorita Valeria! ¿Cómo se le ocurre? — Quería arrebatarle el libro.

—Tranquilo, quitó las partes que Adela no puede saber. — Volví al párrafo en el que me quedé.— Se altera mi respiración, se vuelve menos honda, precipitada, llena de expectación. Tiene sus dedos en la cremallera de mi vestido la baja terriblemente despacio mientras sus labios se deslizan… —Leí lo que seguía, ¡Oww! — A mi frente, la besa, cepillamos nuestros dientes y después nos vamos a dormir temprano. — Cerré el libro rápidamente — Buenas noches,linda, duerme bien. —Le dí un beso en la frente, el señor Alexander también y después salimos de la habitación.

—¡Val! —Michelle me gritaba feliz.

—¿Qué pasa, linda?

—¡Por fin! He estado siguiendo tus consejos y…—Hablaba rápido, muy emocionada.

—¿Qué, linda? — Me estaba pegando su emoción.

—Martha le dijo a Lucy, que Jess le dijo que...—Lo pensó un segundo— ¡No puede, no puede, no puede ser!—Saltaba emocionada, yo salté junto a ella.

—¿Pero qué pasa? ¡Ya dilo!

— Al parecer Adam preguntó por mi hoy. ¡Sabe que existo!

—¡Oh, por Dios! ¡Por Dios! ¡Por Dios!— Grité y salté con ella emocionada. — Oh, Michelle. Me da tanto gusto.

—¿Quién es Adam? —El señor Alexander preguntó.

—Nadie. —Michelle y yo contestamos al mismo tiempo y después nos encerramos en la recámara de ella.

—Val, estoy muy nerviosa ¡Sabe que existo!

—¡Linda, linda! Tranquila, tú debes actuar natural.

—Pero si me tiene vuelta loca, me gusta mucho, es muy guapo y muy inteligente. Tiene una mentalidad muy distinta a la de los demás.—Suspiraba profundo.

—Pues si dices que tiene otra mentalidad… ¿Por qué no te acercas y eres tú la que tome la iniciativa? — Le pregunté.

—¿Yo? ¡No, Val! Eso sería muy aventado.

—¿Y? — Me encogí de hombros. — No le estás pidiendo que te done un riñón o algo. Solo que sean amigos.

—Pero yo no quiero ser solo su amiga y si me acerco a él y comienzo a hablarle de mis sentimientos… ¡No, no puedo hacerlo! — Entró en pánico

—¿Y si le escribes una carta con todos tus sentimientos y después sales corriendo?

—¿Crees?

—Si no quieres ser solo su amiga y tampoco puedes hablarle de tus sentimientos, escríbelos y después se los das. Es más fácil porque no lo tienes en frente.

—Es cierto y si dice que no. Pues todavía no somos amigos y no me sentiría tan mal. — Reflexionaba. —¿Pero qué le escribo? — Movía la pierna de un lado al otro. — No soy buena escribiendo.



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En el texto hay: fanfic, humor romantico, humor familia matrimonio

Editado: 30.09.2020

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