La noche de las criaturas

Capítulo 3

Hace unos días fui de compras. Mientras Mamá estaba en el trabajo, adquirí todo lo necesario para el plan que he construido cuidadosamente en mi mente los últimos 2 meses, justamente tuve que trabajar medio tiempo esos 2 meses y estudiar a la vez, pero todo es por el bien del mundo. Guardé todo en una puerta secreta, detrás de mi enorme ropero (aunque casi no hay ropa, odio ir de compras) Para que mamá no lo viera, entre las cosas hay una linterna, piedras de diferentes poderes y para signos distintos (por si hay que negociar) mi cuaderno o diario, agua, sal, velas, pero todo en cantidades considerablemente grandes. Todos saben que la sal es purificadora en cierto sentido, aleja a entes malignos que amenazan tu hogar, solo basta ponerlo en google y te saldrá eso y mucha cosas mas.

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30 de Octubre. 
5 horas para la medianoche .

—Sal... Uhm si está.... Amatista... Si también.... —Susurré repasando la lista de cosas que tenía que llevar.

—¿Que tanto murmuras, Aurore? —Apareció mamá  tras la puerta, tan silenciosa como siempre. Luego miró extrañada mi mochila. —¿Qué llevas ahí?

—Saldré esta noche Mamá. —Dije restándole importancia. Mamá enseguida palideció.

—¿Ahora? ¿este día? De ninguna manera, eso no pasará. —Negó con la cabeza.

—Iré, ya está decidido. —Continúe ordenando mis cosas para que no explotara la mochila.

—No. —Dijo ella. Aquí vamos.

—Sé que es difícil para tí y debes tener miedo pero...

—Exactamente, no voy a dejar que otra hija mía muera, que otro integrante de la familia muera por esta maldita noche. —Con voz llena de ira, pena y preocupación mi madre mostró todos sus sentimientos retenidos durante estos años.

—Yo tampoco, voy a acabar con esto, y no voy a dejar que me detengas.—Le dije firmemente, para que pudiera creer en mí, en la fortaleza de mis palabras.

—Soy tu madre, aún debes obedecerme.—Las lagrimas de sus ojos comenzaban a aflorar, me invadió una tristeza con la que tendría compañía esta noche. Metí la mano en mi bolso, para sacar un poco de polvo rosado de un frasco, lo obtuve por un trato, a cambio de información valiosa para su propia protección, una abuela me dio a cambio algo que obtuvo de una hada muy cercana a ella, polvo para dormir y un hechizo de protección que solo servía una vez por persona, la abuela se llamaba Giselle, yo era amiga de su nieto que murió la noche pasada, yo la iba a ver de vez en cuando,  le hacía muy bien mi compañía, y ella me recordaba los bellos momentos que pasábamos los tres, cuando cocinaba su sopa especial de castañas, durante el frío invierno luego de llegar de la escuela, o cuando estábamos en primaria y me quedaba en su casa, nos contaba cuentos alrededor de la chimenea con su cálido fuego golpeándome el cuerpo hasta que ambos nos quedábamos dormidos.

Tomé un poco del polvo entre mis manos y guardé el frasco, mi madre me miró extrañada, ella no conocía nada acerca de lo sobrenatural como yo, desde la muerte de mi hermana se vio reacia a este tema, tampoco va a ver ni si quiera una sola vez a mi tía desde ese día.  Le arrojé el polvo a mi madre y rápidamente cayó dormida, la atrapé antes de golpear el suelo.  La dejé en la cama rápidamente, y le puse también un líquido protector sobre su cuerpo, así nadie podría matarla o dañarla mientras yo no estoy, desafortunadamente, ella no podrá usar otro hechizo protector. Cerré las ventanas y dejé todo en total oscuridad, a excepción del cuarto de mi madre, la cual la dejé lo mas iluminada que me fuera posible. Le coloqué la Agata en el cuello, por las dudas, nunca puedes proteger a alguien lo suficiente.

Me puse un collar protector, el mas eficaz para mi signo Aries era la amatista que compré hace unos días, pero no sé de que tipo de demonios me protegerá, o me esconderá, solo se que me puede proteger del 50% de los demonios de allá afuera, pero nada es seguro, la gente no vive para contar las cosas que descubrieron. Me puse mi mochila y llevo conmigo un bate y un encendedor, necesito una luz de emergencia (también llevo una linterna). Cuando siento que estoy totalmente lista abro la puerta y salgo de la casa.

Afuera está en total oscuridad. Miro la hora y frunzo el ceño, son las 00:10, me extraña que no me haya encontrado con algún peligro a pesar que llevo 10 minutos afuera, aún así no me permito bajar mi guardia. Mientras camino escucho un ruido, me giro lentamente para inspeccionar el terreno, cuando lo veo, es un niño, no creo que tenga mas de 14 años, que está corriendo rápidamente,  mas bien escapando de "o dome do saco", o "el hombre del saco" en español, un monstruo usado por años para intimidar a los niños con mal comportamiento, desde esa noche la pesadilla de todo niño es real,  y viéndolo así,  alto, fuerte, esfarrapado... Pensar que tuve pesadillas con él noches y noches gracias a mi madre cuando me comportaba de manera errónea.. 
Llevaba un saco en su espalda, y caminaba con lentitud, como si atraparlo fuera un juego, un juego que muy pronto iba a terminar, porque estaba apurando el paso y no tardaría mucho en atraparlo. Rápidamente saque mi libro de monstruos mitológicos gallegos, y busqué su nombre en el libro, debía tener una debilidad. Este libro me fue proporcionado por la bibliotecas, así que no tenía este personaje en específico, una debilidad descubierta, ya que era un mito o eso se creía, tengo que pensar por mi cuenta.



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En el texto hay: magia, paranormal, místico

Editado: 07.09.2018

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