Riley.
El cielo se oscurecía, cuando la sombra del licántropo apareció detrás de los arbustos. Al ver sus ojos azulados, divisé como el lobo cambiaba repentinamente a una forma híbrida. Los rasgos de carne sobrepasando sobre las llanuras de su nueva piel.
Los colmillos sobresaliendo de su boca, y su cabello alborotado cayendo sobre su frente.
— ¿Cómo puedes hacer eso? —quise saber.
Era extraño. Mitos y leyendas hablaban sobre los licántropos que podían congeniar con la transformación humano híbrido.
—No lo sé —dijo Stev mientras volvía a su forma humana. Sacó un collar de su bolsillo, uno con una reliquia azul que brillaba fantasmagóricamente. —. Pero los encapuchados quieren esto.
Lo tomé entre mis manos y lo contemplé con cuidado.
— ¿Cómo es que no te lo han quitado? —fruncí el cejo confundida.
—Desde que me atraparon en el callejón, me inyectaron algo que hizo que pudiera cambiar de forma.
— ¿Cambiar de forma?
—Habían mitos —explicó. —, mitos que contaban sobre la primera transformación. Se ha descubierto que para ser un hombre lobo o una mujer lobo, no depende de tu linaje genético. Puedes transformarte bebiendo agua donde se encuentren las huellas de un licántropo, la popular mordida o el rasguño de uno.
—Había escuchado de ello hace tiempo —afirmé interesada. —. Pero nunca de la capacidad híbrida.
—En el antiguo Egipcio había una figura con características tanto humana y canina, le llamaban el Dios Anubis. Este dios era representado como un chacal, la mayoría de las veces, pero en cuclillas, cuando tiene que presidir los ritos de la muerte, toma la forma de un hombre con la cabeza de un chacal. Sus representaciones, aunque aparecen al comienzo de la historia de Egipto, cada vez más frecuentes desde el Reino Medio. Cuando más difusas las tumbas bajo tierra ricamente decorados. Conviene precisar que en este caso no se puede hablar de mannarismo real, porque no hay ningún aspecto de la transformación, voluntaria o involuntaria;
Simplemente, las dos formas del dios egipcio que vive en la imaginación. La coexistencia simultánea de dos o más formas de deidades es característico de la religión Egipcia.
Tomó el collar entre sus manos.
—Hablaban sobre la primera noche de luna llena —un destelló se presenció sobre este alrededor. —. Decían que si matabas al lobo que te había convertido esa misma noche, la maldición de Zeus se rompería.
— ¿Y para eso quieren a mi padre? ¿Calis desea asesinarlo para terminar con la maldición?
—Mi padre conoce de la existencia de estos encapuchados —dijo. —. Sé que investiga sobre ellos, y sobre el collar. Es como un elexir de su existencia.
—Claro, es como una reliquia familiar. Sólo que ésta es de su especie.
—Los archivos están en su oficina bajo llave. Un código familiar que tengo ahora mismo.
—Debemos ir antes de que se los lleve —comenzamos a correr hasta llegar a la gran casa de los Banehallow.
Gracias a nuestra velocidad inhóspita podríamos ir y venir del bosque de California una y otra vez.
~••••~
Dejé cerrar la puerta detrás de mí, cuando Stev sacaba todas las cajas en cima de la mesa.
— ¿Algún título por donde empezar? —dudé, sacando varias carpetas en folderls plateados. —. Tú familia sí que tiene un problema con la cacería de lobos.
— ¿Lo dices por la plata? Sabes que esos son trucos baratos de los humanos.
—Lo sé —sostuve la foto de una persona con una capucha negra, y un mechón blanco sobresaliendo.
Stev tomó la foto entre sus manos, y me dedicó una mirada confundida.
—Creo que el enemigo ha estado más cerca de lo que pensamos. —dijo.
—Si Calis quiere matar a mi padre para destruir la maldición, ¿por qué los encapuchados necesitan el collar?
—Según lo que dice aquí —me mostró una hoja con información clasificada. —. Les llaman Oni. Ogros japoneses capaz de poseer personas y volver su alma maligna.
—El Oni es el demonio asociado con todos los tipos de maldad y de emociones dolorosas. Se dice que estos demonios merodean alrededor de los fallecidos, intentando empujar sus almas hacia el infierno. Dentro de la jerarquía de los demonios japoneses, son bastante peores que los tengu, demonios con aspecto de cuervo o gran nariz, más traviesos que malvados, capaces de causar graves daños a los humanos y traer la devastación a la tierra. —continué leyendo.
—Resh quiere destruir la raza humana, y eso incluyendo a la raza licántropo. —explicó. —. A los Grupos de licántropos encargados de proteger a los humanos, se nos habló sobre la amenaza de tu padre. Licaón quería transformar a la humanidad en bestias lobo.
—Mi padre hizo lo correcto y dejó de hacerlo. Él necesitaba una manda, y por eso Dragonik lo ayudó. Sólo pasó entre sus descendientes. Sólo lo hará con nosotros. La humanidad está a salvo de mi padre si eso es lo que te preocupa. —bufé absurdo y un poco molesta.
Editado: 22.07.2018