Riley.
No quiero hacer esto.
No puedo hacer esto.
Tyler le muerde la pata, y el lobo cae contra una de las rejas.
Basta Stev. Detente. Al menos ríndete.
El licántropo sale corriendo por las escaleras, y nosotros le seguimos detrás. Su velocidad es tan rápida que Tyler podría alcanzarlo, o incluso mi padre.
Un lobo blanco se coloca adelante, sus ojos verdes como rupias elegantes y pelaje doméstico se coloca delante.
Está protegiendo a Stev.
Aulla sobre el cielo. Y diez lobos entre negros, cafés claros y oscuros rodean la zona.
Los Banehallow.
Las facciones de Tarah cambian, y la humana se acerca con precipitación hasta mí. No le importa estar desnuda ante los demás lobos.
No retrocedo, al contrario, elevo la mirada ante mi enemiga.
—No vuelvas a atar así a uno de nosotros, Wyvern —espeta enfurecida.
Los colores sobre sus pupilas dilatadas son el centro de una revolución en la que dos manadas de hombres lobo están peleando por un bando Inexplicable.
Me convierto en mi forma humana. Y no me importa si me ven igual de desnuda.
Quiero arrancarle las extensiones de cabello y rasgarle la cara con las garras.
Estamos frente a frente. No hay nada más insólito que su hincapié mirada devoradora.
—Stev está mal —mascullo enfadada. El lobo rabioso concentra sus ojos rojos en mí. «creo que puede escucharme». —. Tú estás mal.
—Estamos en el maldito siglo XXI, Riley —bufa absurdo. —. Ahora puedes correr desnuda por un campo de Béisbol y los jugadores te firman el trasero. Deberías adaptarte.
—No me refiero a eso —rodeo los ojos fastidiada. —. Asesinaste a tu madre. Y ahora quieres asesinar a todo el mundo sólo porque ella te lo dice.
—Estás obsesionada conmigo, Riley. No me quieres dejar en paz. —se cruza de brazos.
— ¿Obsesionada? Ven y ve como te rompo esa cara de barbie prostituta.
— ¿Barbie Prostituta? ¿Acaso no tenías una cosa mejor? Eres una basura y todos los sabemos. Me alegra de saber que eres la hija de Licaón. Así podría matarte y el consejo me aprobaría.
—El consejo es una mierda —saco mis garras en el aire y los colmillos resplandecen.
—Tú eres una mierda —sus ojos verdes se iluminan, y la loba se abalanza contra mí.
—Antes de que la ataques —la detiene Tyler. Por lo menos se preparó a tiempo. Ella lo fulmina con la mirada lobuna. —. Estás muy buena, ¿quieres mi número?
La loba le da un arañón en el rostro y éste se aleja. Las orejas le crecen, y se transforma nuevamente en animal.
La Loba quiere pelea de animales.
En cuestión de segundos me encuentro en mi transformación animal.
Observamos al lobo negro mayor, podría ser Calis, algunos por allí murmuraban que seguía vivo. Podría ser que el consejo siguiese buscándo a mi padre, y que Stev no esté enterado de todas las cosas que hace inconscientemente.
Un sujeto de barba crecida y cabellos alborotados y rubios aparece desnudo después de que el lobo se había ocultado entre los arbustos.
Gradius Banehallow lleva puestos unos pantalones rotos, debió haberlos dejado para la ocasión. «Al menos es precavido».
—Alto —se intromete. —. No queremos formar una guerra en medio de los humanos. Podría haber personas aquí, y el consejo no estaría de acuerdo.
—Stev Banehallow asesinó a personas inocentes —exclama Tylee enfurecido. —. No me digas que vas a creerte tus propias falsedades.
—Sólo hablaré con Riley —aclara, mirándome desde mi forma animal.
Apunto a Tyler con la mirada, indicando que él tomará las decisiones por mí.
—Las cosas se aclararon desde un principio —dice, esta vez se dirige a Tyler.
—Las reglas las han roto ustedes desde que pisaron territorio Licaón —gruñe el lobo.
—El consejo nos había enviado para proteger a ciertos humanos. Mis hermanos y compañeros no estaban evaluados cien por ciento para salir al exterior. Es por eso que a mí y a Zack nos enviaron antes.
—El maldito consejo debió haber evitado esto —musita, Gradius sabe que es verdad. Por eso guarda silencio.
—Nos iremos —espeta, no puede estar hablando en serio. —. Stev será...
Le cuesta decirlo. Le cuesta hablar...
—Stev será castigado por todos sus asesinatos, por todos sus errores. No volverá a tierra humana hasta que el consejo determine que su estado es seguro.
—Experimentaron con él —me convierto en mi forma humana, escondida tras Tyler para evitar que Gradius me mire desnuda. —. No pueden sólo dejarlo así. El consejo debe tener ayuda para Stev.
—La única ayuda será atrapar a los encapuchados y a Resh.
—Tarah es culpable al igual que Resh —aclaro. —. Es tu hermano, Gradius.
—Lo sé. Pero el precio que me pides es muy alto. Tu petición no es bien vista para los ojos de los mayores.
—Hablaré con Fairyox —comenta Tyler. —. Ella entendería.
—Si mi querida madre se entera sobre tu alianza con el enemigo, te asesinarán de inmediato.
—Mi padre es el enemigo —me río sarcástica por lo bajo. Me duele llamarle así. —. Me pregunto si alguna vez ustedes los correctos han cometido un maldito error alguna vez en su puta vida....
Me convierto nuevamente en el animal, y salgo corriendo de allí lo más rápido que puedo hasta llegar a casa.
Pronto oscurece, las luces de la colonia se encienden, y por suerte mi único lugar para desahogarme es el colchón de boxeo.
Editado: 22.07.2018