La noche más oscura.

El infierno en una noche (1).

« 1,2,3...12,13,14...19,20,21...37,38,39,40 »

« ¿Cuantos más tengo que matar?,  ya estoy cansado de toda esta mierda »  pensó el hombre que era tan frío como el invierno.

« 43 » Otra cabeza salio volando de su lugar y su cuerpo se derrumbo como si fuera un costal de papas.

« Solo tengo que seguir matandolos hasta que no quede ni uno en pie »  se quejó en silencio mientras separaba otra cabeza de su  cuerpo con su espada « Con este son 45 »

El hombre que parecía no haber sonreído en muchas primaveras tenia por costumbre el contar cuantos enemigos derribaba con su espada, esto lo hacia para mantener su cordura estable, y le producía una gran satisfacción el saber cuántos enemigos había matado.

« 48, ese fue el último, ahora debo salir cuanto antes de esta estación, una vez este fuera de este lugar debo averiguar en que tiempo estoy » pensó el hombre mas frío de ese lugar despues de haber dacapitado al ultimo no muerto.

« Si tomo las escaleras voy a poder salir mas rapido de esta estación de trenes, pero si estoy en el lugar que creo esa no seria la mejor ruta, tambien puedo ir por toda la línea férrea del metro pero eso significaria encontrame a más no muertos »  pensó el hombre sin emociones e hizo un movimiento para quitar la sangre que caía de su espada y la volvió a enfundar.

Luego de bastante tiempo en silencio, el hombre con una gabardina oscura como la noche empezo a moverse en dirección hacia el norte por la via ferrea del  metro.

« Una vez que encuentre a alguien que este cuerdo le voy a preguntar en que año me encuentro, eso podria ayudar para ver que ronda se parece a esta »

« Aunque el saber cual ronda es parecida a esta en cuestión de tiempo no me ayudaría mucho, por que si esta ronda esta mas atras que todas las anteriores no tendria mucha información para usar en esta ronda y tendría que esperar a un evento que si conozca »

« Debo prestar mucha atención ya que podría haber más no muertos por el resto de la línea »

Mientras el hombre sin emociones se movía como una sombra a través de toda la línea férrea, en el oscuro silencio de esta se alcanzo a escuchar un grito de tono muy agudo.

"GYAAAAA"

« Que extraño, pensé que no habria ninguna persona aqui abajo, NO, debo de estar alucinando »

« Por que en todas las rondas que he estado, en ninguna recuerdo haberme encontrado gente por esta via férrea »  pensó con frustración.

"AYUDA"

Una segunda vez se volvió a escuchar un grito tan lamentable que se extendía por todo lo que quedaba de la vía férrea.

« Debo ir con cuidado, esto podría ser una trampa »

« Pero nadie sabe acerca de mi existencia en este preciso momento »  analizó con cautela.

El hombre que se desplazaba como una sombra en la noche, aceleró el paso y se dirigió lo antes posible al lugar de donde provenía el grito tan lamentable.

« Voy a tener que averiguar que esta pasando, esto no concuerda con ninguna de las otras rondas anteriores, debo haber retrocedido mucho en esta ronda »

« Maldición » se lamentó enojado.

Mientras el hombre que era tan frío como el invierno se movía a través de la oscuridad de la vía, en medio de todo eso el alcanzó a ver una escena sacada como de uno de esos libros o películas sobre el fin del mundo, esta era la escena más cliché del mundo pero que a la par de ser una escena tan cliché era una que de verdad sucedía en esto que era prácticamente el fin del mundo.

"No te muevas hermosura solo vamos a jugar un rato contigo, pero si te resistes mucho podríamos terminar haciéndole daño a alguno de esos niños que traías contigo"  mencionó el hombre que tenía la apariencia de ser un viejo morboso, mientras besaba a la fuerza a la mujer sobre la que estaba encima.

Este hombre que parecía de unos 50 años, tenía a dos esbirros, uno a la izquierda y el otro a la derecha, estos estaban vigilando a los niños que tenían atemorizados, los niños que temblaban de los pies a la cabeza se estaban abrazando entre ellos, tenían los ojos cerrados y sollosaban cada cierto tiempo.

"CALLEN A ESOS MOCOSOS"

"Lo sentimos señor, pero no podemos hacer nada, ya están muy atemorizados y no paran de temblar, deberi..."

"Te dije que los callaras no que me dieras tu opinión, idiota"

"Pero señor"

"Caín, calla a ese imbécil si no quieren que los mate a los dos por ineptos"

"SI SEÑOR, ya cállate, si no, los dos no vamos a salir de esta"

"Pero los niños están muy asustados, esto no está bien"

"Tu solo cumple con las odernes y cállate de una vez"

El hombre que se encontraba arriba de la mujer, le estaba desabotonando la blusa y la besaba como si no hubiese visto a una mujer por un largo tiempo, la mujer por su parte estaba muy desesperada y se resistía a cada beso que forzaba el pervertido.

"AYUDA"

"Alguien por favor, quien sea, ayúdenme se los ruego" gritó la mujer como si no hubiera un mañana.

Este grito fue lo suficientemente fuerte para que se escuchará por toda la línea férrea y rebotará en las paredes haciendo un efecto de eco por todo el lugar.

"Nadie te va a ayudar, en este lugar no hay nadie, solo estamos nosotros, así que mejor ve abriendo esas piernas por tu propia voluntad, si no los niños van a ser los que paguen" una sonrisa perversa se vertia por toda la cara del viejo.

En medio de toda esta situación, una sombra se fue haciendo más y más visible conforme la luz de la estación lo alumbraba, esta era una silueta silenciosa que paracia sacada de un cuento de terror, era como si un espectro se apareciera en las sombras y con este espectro la calamidad fuese hecha realidad.

"¿Año?" preguntó con media cara cubierta por las sombras.

"Y tú ¿Quién eres?, largo de aquí imbécil" contestó el viejo morboso en un tono invadido por la ira.

El otro esbirro fue el que habló a continuación.

"Deberías de irte de aquí idiota, este asunto no te concierne, si te quedas podrías terminar en un pozo imbécil"




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