La Nueva Era

Capítulo 2 │ Renacer

Cumplidos los cien años de su experimento, el señor Blanco decidió volver a pasarse por su laboratorio para liberar a los enfermos. Estaba seguro de que funcionaría, porque no eran los primeros a quienes sometía a una cosa así, pero si eran los primeros en aceptar todos los términos. 

Dió dos vueltas con la llave, empujó la puerta y prendió las luces. Todo estaba exactamente igual, de un blanco reluciente y las máquinas seguían funcionando perfectamente.

Cambió de forma, mostrándose así como más le gustaba y presionó los botones para revertir la congelación. Sabía que eso le llevaría un rato largo, por lo que se puso a leer sobre un libro de posesiones mientras caminaba de acá para allá con sus tacones altos.

Una alarma comenzó a sonar, reflejando en las paredes la luz parpadeante roja, lo cual no significaba algo bueno. Esas cosas solían sonar cuando uno de los cuerpos no soportaba el cambio de temperatura, es decir que estaba muerto.

Se aturdió al escuchar como otras sonaban también y se puso nervioso. Si eso no funcionaba, debería buscar más candidatos. Por supuesto que esto no tenía nada que ver con curar una enfermedad que le había llevado décadas producir, sino que tenía que ver con un nuevo puesto de trabajo que estaba vacante y él simplemente no podía hacerlo. Ser el diablo requería de mucho trabajo y tiempo.

Una de las cámaras ya estaba lista, su alarma no había sido activada aún. Él se miró en el vidrio que cubría a la persona en el interior y rogó por él mismo que esa persona pudiera revivir.

Cargó con el cuerpo y lo apoyó en el suelo. Era mujer, estaba pálida como la nieve por el efecto de la congelación, y tenía el cabello negro hasta los hombros. Le acarició la mejilla y recordó que era ella quien trabajaba en el cementerio.

- Maeve- suspiró. El nombre quedaba acorde al trabajo y todo, como si hubiera estado planeado.

Bueno, en realidad si estaba rigurosamente planeado. Sabía que ella existía, y la había observado durante mucho tiempo. Tenía algo que le hacía creer que ella podría ocuparse del trabajo. Sabía que cuidaba un montón de niños y que ellos eran pobres, por eso le había dado un trabajo justamente en el cementerio. Jano se había alejado de ella en el momento justo para ofrecerle una supuesta cura a la enfermedad mortal. Abrió los ojos, maravillado, ante su perfecto plan. Las ropas negras le irían de maravilla, pero antes que todo tenía que volver a la vida.

Desenchufó la maquina, peló el cable con las manos y, sin analizarlo, lo apoyó en el pecho de ella. Su espalda se encorvó, como si fuera de metal y el cable un imán gigante, y abrió los ojos. Él sonrió y despegó el cable de su cuerpo. El electro choque era algo que a él no le afectaba, pero el simple hecho de que ella estuviera cubierta de líquido y chocarse con electricidad, era muy peligroso.

Se quedó mirando su cuerpo para ver si tenía alguna reacción. El pecho de ella se elevó y soltó un grito seguido de toses. Abrió los ojos por segunda vez y lo miró, shockeada.

Tenía miedo, podía verse cómo volvía a sentir nuevamente la sensación de controlar su cuerpo.

- Maeve- sonrió.

*

La mujer de rojo estaba erguida sobre ella como si fuese la cena de Navidad que todos estuvieron esperando durante mucho tiempo.

Se sentía distinta. Era ella, sabía que lo era, pero su piel estaba más blanca y, despues de haber pasado algún tiempo adentro de una pecera, le sorprendía que no le costase respirar en absoluto. Tragó saliva. Podría hablar después de eso? Cuánto tiempo había pasado? Y quién era esa mujer?

- Quién eres?- le preguntó, oyendo que su voz era la misma de siempre. Y claro, porqué no lo sería?

- Mi nombre es Lucifer, prefiero que me llamen Luci- respondió la mujer con una sonrisa de suficiencia en su rostro.

Mae se sentó y miró a su alrededor. Recordó que no era la única que se había sometido al experimento, pero no vio a nadie mas en el laboratorio. Por otro lado, había funcionado el experimento? Ya no estaba enferma?

- Por favor, deja de pensar tantas cosas, no entiendo nada- Luci la miraba con el ceño fruncido.

- Dónde están los demás?- señaló los otros cubos de vidrio. Después, le cayó la ficha de lo que había dicho ella- de pensar?- la miró horrorizada.

- No sobrevivieron Mae, eres importante. Puedo leer tu mente- le dijo como si nada y la ayudó a levantarse.

Maeve miró a la mujer como si estuviera loca y, después entendió que le estaba tomando el pelo. Soltó una risa corta, un poco preocupada por el tipo de bromas que la mujer hacía y se recuperó.

- Claro, y yo tengo poderes- giró sobre su lugar y notó que tampoco estaba el señor Blanco- dónde esta el señor Blanco?- volvió la vista al frente y la mujer la miraba con los brazos cruzados.

- Yo soy el señor Blanco- antes de que Mae pudiera dudar de ella, Lucifer cambió de forma y se mostró de una forma totalmente distinta. Ahora, literalmente, era Blanco.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.