La Orden de Horus

2. El Depredador

ᶜʰᵃᵖᵗᵉʳ ᵗʷᵒ
ᵗʰᵉ ᵖʳᵉᵈᵃᵗᵒʳ

Cuatro cabezas se asomaron por una pared

Cuatro cabezas se asomaron por una pared. Cada cual analizó el entorno en el que se encontraban y se miraron entre ellos para luego volver a esconderse.

Habían aceptado lo que el viejo les había propuesto. Él les sacó de esa habitación finalmente y les pidió que le siguieran. Luego llegaron a una parte de la Gran Nave donde se encontraban naves más pequeñas. El Ancestral les explicó que la Gran Nave simplemente era como una gran casa solo que en medio del espacio. La Gran Nave era donde todos vivían cuando tenían misiones de larga duración fuera de los planetas, y donde se llevaban a cabo reuniones importantes. Dark le preguntó si lo usaban como medio de transporte, y ahí es cuando El Ancestral les explicó que para transportarse utilizaban las naves pequeñas, menos aparatosas y más veloces. Y con una de esas naves es como La Orden provisional llegó a su destino de la misión.

Ahora se encontraban en el planeta donde El Depredador se escondía. El Ancestral les explicó que su misión era muy sencilla, buscaban a un traficante de armas ilegales que se movía mucho por el universo, solo debían capturarle y entregárselo a él, quien se encargaría del resto. Logan replicó que la misión no sonaba tan sencilla como él decía, y el viejo les dijo que si trabajaban en equipo y se organizaban bien, todo saldría de maravilla.

—Muy bien, venir aquí —indicó Dark mientras señalaba un pequeño espacio entre unas cajas.

Sus compañeros se movieron a donde él estaba y ahí sacó un mapa que El Ancestral le había entregado.

—Nosotros estamos en esta parte —señaló con el dedo un punto rojo—. Y aquí está El Depredador. La seguridad que hay es bastante buena, pero nosotros podemos burlarla fácilmente. Por eso nos dividiremos en dos. Hefesto, tu vendrás conmigo, y nos ocuparemos de encontrarle, y vosotros dos, Olimpia y Logan os encargareis de despejarnos la vía.

Todos asintieron de acuerdo con el plan.

— ¿Y si ellos necesitan ayuda para matarlos? —cuestionó Hefesto.

—No vamos a matarlos —aclaró Dark.

Olimpia arrugó su entrecejo un poco confusa por las palabras del hombre.

— ¿A qué te refieres con que no vamos a matarlos?

Logan puso los ojos en blanco y negó con la cabeza.

— ¿Acaso eres sorda? Ha dicho que no vamos a matarlos, pues eso significa que nos los mataremos. Simple.

Antes de que pudiera continuar soltando más de su sarcasmo la guerrera pellizcó fuertemente su brazo y Logan intentó quejarse lo más bajo posible, mientras sufría internamente.

—No nos vamos a manchar las sangres en esta misión —siguió explicando Dark—. Eso es a lo que me refiero.

Olimpia asintió mientras tenía la mirada fija en el suelo. Luego la levantó, e hizo un contacto visual con Dark muy intimidante.

—Me parece genial todo eso de... sin mancharnos las manos —hizo un ademán con su mano—. Solo quiero saber, como harás luego para que sus secuaces no nos encuentren y no nos asesinen como venganza por desmantelar todo este negocio oscuro y clandestino.

—No lo harán —contestó Dark intentando dar por finalizada la discusión.

— ¿No lo harán? ¿Eso es todo? ¿Así eres nuestro líder, Dark? —Olimpia burló sus palabras.

Dark se acercó más a Olimpia.

—Tú eres una guerrera ¿verdad? —ella asintió con una sonrisa de lado y una mirada desafiante—. Genial, pues yo soy el líder. Un líder, da órdenes, y quien las recibe las lleva a cabo. Tú eres una guerrera, un guerrero de los tantos que hay en un ejército, y en un ejército se cumplen órdenes. Si yo te doy una orden, tú la cumples sin rechistar, y sin siquiera atreverte a cuestionarla ¿Queda claro?

Ella guardó silencio, debatiendo internamente si debía seguir llevándole la contraria a Dark o no. No era porque le tuviera miedo, ella no le temía a nada, pero si quería terminar aquella estúpida misión rápido y escapar de aquello a lo que llamaban Orden provisional, no podía perder el tiempo. Las personalidades de Dark y Olimpia habían chocado desde un principio, ella no le soportaba a él, y él no la soportaba a ella. No se necesitaban palabras para hacer notar el rechazo que se tenían. Sus discusiones eran distintas a la del resto del grupo, estas eran serias y con un 90% de probabilidad de que terminaran a los golpes. Hefesto, el más pacífico de los cuatro, intentó convencer al Ancestral de que no era buena idea que ellos dos estuvieran juntos, pero El Ancestral convencido le dijo que solo era cuestión de tiempo para que surgiera una bonita amistad entre ellos.

Dark se tomó el silencio de Olimpia como el fin de la discusión y comenzó a hacerles señas a los demás para prepararse y poner en marcha el plan. Cada uno iba con la guardia en alto, con sus armas preparadas y medio agachados para evitar ser vistos. No tenía miedo, excepto Logan, él solo era un historiador famoso del planeta Tierra que en estos instantes portaba un cuchillo que no sabía cómo utilizarlo para atacar y probablemente fuera derrotado antes de incluso pestañear. Con ello, llegaron a la conclusión de que Olimpia iría delante de él y le protegería. En realidad, Olimpia sería la única que haría algo por aquella parte, él solo... observaría.

Al llegar a la zona donde estaba el pasillo que dirigía a donde El Depredador estaba, La Orden provisional se separó. Dark y Hefesto se adentraron por el largo pasillo donde no había ninguna persona, solo cámaras de seguridad. Esquivarlas fue fácil, avanzaron por las zonas muertas donde el ángulo de visión de las cámaras no llegaba.




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