La oscuridad que esconde tu mente.

Galeaza y el espectro

Capítulo: 3

 

 Tras hablar con la joven Amalia de lo que había acontecido hacía unas horas en el corredor del ala oeste de la mansión. Y que fue la joven quien me encontró tirado en el pasillo y de manera que aún no logro entender pudo traerme a mi habitación.

-! Amalia ¡- llame su atención.

– te lo digo fue como algún tipo de premonición pude ver a papá hablando con una dama da cabello rojo y ella me vio y me reprendió por ver la conversación, desapareció sin más en un torbellino de aves – explicaba con mucha desesperación no sé por qué no puedo ser una persona normal, tener una vida normal, eran los pensamientos que tenía en mi mente.

 – joven apolo trate de tranquilizarse, quizás solo fue un delirio causado por el golpe al desmallarse – suponía ella, no podía entender como era que ella no me creía, ¿Qué acaso le he mentido en algo a ella?, ¿acaso suponía que lo hago para llamar la atención? Solo podía pensar en eso mi mente, estaba a punto de explotar.

 – sé que me ocultas algo Amalia, he visto como guardas ese libro con gran recelo – acuse lo cual causo una gran sorpresa en ella.

 – sabes que tarde o temprano descubriré lo que me ocultas Amalia- sentencie.

 - señor apolo, no estoy ocultando nada en lo absoluto por favor- fue interrumpida por mi parte.

 – Amalia –  le nombre – diga señor – contesto.

 --¿no respondiste a mi pregunta sobre cómo me trajiste a mi habitación si no hay nadie más en casa y soy más grande y pesado que tú? - cuestione a la joven.

 –  bueno si no quieres decirme está bien, solo toma en cuenta que me voy a enterar tarde o temprano mi querida Amalia – hable - te puedes retirar de mi habitación.

 No salí de mi habitación en toda la tarde ya que estuve un poco indispuesto, había cosas que las personas más cercanas me estaban ocultando y eso me molesta más que nada, al caer la noche, decidí ir al salón principal.

Salí de la habitación y camine, no tarde mucho en llegar a la habitación principal cual es muy grande, a decir verdad.

 Tiene tres sillones, dos de tamaño pequeño y uno de tamaño grande los cuales están colocados: un grande y uno pequeño en forma de “L”, mientras el otro se encuentra al frente de estos, son unos sillones muy elegantes, también en la habitación hay una mesa en medio de los sillones, las ventanas son muy grandes  las cuales tienen una cortinas de color vino, al pie de la ventana hay un mueble de madera de cedro y sobre el mueble se encuentran algunas flores de decoración  y  por otro lado  se encuentre un piano  de cola de tamaño mediano.

Camine hacia el banquillo del piano y me senté en él, inicie a tocar una melodía sin ningún tipo de guía, solo tocaba de manera alocada, de abrupta, tocaba y tocaba, una y otra las teclas sin sentido mientras pensaba en las cosas acontecidas en los últimos años, la muerte de mamá, la de Electra, fueron grandes golpes para mí, tampoco podía olvidar la manera como papá tomo los acontecimientos el solo se cerró en sí mismo, no le importo lo que pasara conmigo, simplemente se alejó.

Amalia es la única persona en la cual puedo depositar mi confianza, bueno, aunque ella no confié en mí, ya que ella no quiere responder mis preguntas. No logro comprender por qué el proceder de ella, ¿digo?, yo le hablo de todo lo que me ocurre, hasta de lo que me ocurrió como la visión y las apariciones.

-señor, en unos momentos empezarán a llegar los invitados a la cena en su honor- explico Amalia.

– ¿necesita algo? – pregunto.

A lo cual yo no le respondí, solo me incorpore de donde me encontraba y me dirijo a mi habitación.

 Al llegar al lugar, por mi mente solo pasan los acontecimientos de los últimos dos años, la gran falta que mamá me hace y que las acciones de papá sean más frías que de que costumbre.

Una vez estuve listo Salí rumbo hacia el salón de eventos con el cual cuenta la mansión. Al llegar puedo notar que hay muchas personas a las cuales solo conozco a la minoría, no entiendo la obsesión de celebrar mi cumpleaños ante tantos grotescos seres solo los detesto o puede que me sienta inseguro ya que ellos son tan sobresalientes, ninguno tiene algún tipo de complejo.

 Está de más observar la manera de actuar de cada una de las personas con las cuales me encuentro porque cabe recalcar que todos los invitados a “mi celebración” son amigos papa y no míos los cuales no son de mi agrado del todo es por eso que yo solo me relaciono con la ahora traicionera de mi confianza Amalia que por casualidad no veo por ningún lugar.

-joven apolo como se encuentra en esta hermosa noche- saluda uno de los miembros del consejo cuyo nombre si no me falla la memoria es Ernesto Betancur el cual con su molesto comentario interrumpió mis pensamientos.

 – De maravilla señor es un honor que me honre con su presencia- “la cual para nada es agradable para mí, detestable hombre”.



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En el texto hay: amor, venganza, ira

Editado: 24.04.2018

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