La oscuridad que esconde tu mente.

Confrontaciones.

Capítulo: 5

 

 

Amalia.

 

El joven Apolo se encuentra en el suelo de la bodega, después de que saco el corazón del maldito chupa sangre callo inconsciente, después de revisar si estaba todo en orden con el decidí que tenía que deshacerme de los cuerpos, ya que no puedo dejar que algún miembro del consejo de vampiros los encuentre ya que esto podría traer muchas consecuencias para mí y el joven Apolo.

 Al llegar donde se encuentra el cuerpo de otro vampiro, lo tome de los pies y lo arrastre hacia donde se encuentra el cuerpo de su padre.

-maldito chupasangre- exclame-como pesas.

 Cuando ya me encontraba en el mismo lugar, lo llevé hacia su padre y lo puse sobre este.

-malditos, evanescet- y al pronunciar las palabras, los cuerpos de ellos se consumieron en llamas de color blanco.

-A-Amalia- mmmss gimió- Amalia- volvió a decir, pero para cuando llegue hasta él había perdido el conocimiento.

  Escuché como alguien se acercaba al lugar, así que decidí irme de aquí, pero antes de.

-Quicquid mali hic iterum – todo lo que se había roto volvió a su forma original, quedando como si Nadie hubiera estado en ese lugar.

Antes de que alguien llegara el lugar y tomo a él joven, al tomarlo nos transportamos hasta su habitación.

Una vez en ella, dejé a él en su cama y salí de su pieza dejándolo descansar.

Apolo.

 

  Poco a poco abrí los ojos con tanta pesadez, al tratar de incorporarme en mi cama partes de mi cuerpo como: espalda y cabeza, e dolían a mas no poder.

- ¿qué demonios me paso? - pregunte a mí mismo, estaba muy confundido con lo que paso en la bodega de vinos.

Trate de incorporarme, pero al apoyar mi mano en la cama “que la verdad no ce qué hago en este lugar “un dolor punzante surgió en mi mano derecha- aucht. - exclame de dolor.

Al observar mi mano pude notar como estas tenía una herida considerable, concentro mi vista en la herida casi que por instinto ya que hay algo en mí que me dice que lo haga como si en el pasado lo hubiera hecho.

Al concentrarme por unos segundos la herida de mi cuerpo dejo de doler, poco a poco esta se cerró dejando mi mano sin ninguna cicatriz. La piel de mi mano esta como si en ella no hubiera pasado nada.

-Qué demonios está pasando conmigo- exclame asustado, no es posible que una persona se cure así de rápido, después de que mi mano se curara los moretones se desvanecieron como por arte de magia.

-esto es imposible- volví a exclamar.

Después de meditar por unos segundos lo que estaba ocurriendo, camine decidido hacia mi baúl, el cual se encuentra junto a mi armario el cual se encuentra a el costado derecho de mi habitación, ya que mi cama es esta justo en el medio de mí pieza y al frete de esta se encuentra la ventana y en frente a esta una meza, la cual utilizo para cuando escribo o estudio. La puerta está en la parte izquierda de la habitación donde se encuentra el pasillo.

Tomando un de las dagas que mi padre me obsequio para mi décimo cumpleaños, camine hacia la meza de estudio y coloque la funda de esta en la meza.

Sin pensarlo mucho clave la punta de la daga en mi mano izquierda- mmmmss- gemí de dolor.

Sin importar cuanto doliera ejercí presión en la daga y deslice poco a poco por la palma de mi mano hasta hacer un corte de gran proporción.

La sangre broto por mi mano cayendo en la meza y el suelo, pero como lo imagine, la herida dejo de sangrar y esta se cerró en instantes dejando la piel sin ninguna cicatriz solo la sangre anchando mi mano. 

 

Aun un poco desconcertado tomo un pañuelo y seque la sangre de mi mano, sé que algo está pasando conmigo y lo iba averiguar esta misma noche. y ¿Cómo lo pienso hacer?, fácil exigiría respuestas a la única persona que sabría que me las daría Amalia.

Salí de la habitación con rumbo hacia el gran salón. Otra vez en busca de Amalia.

 Una vez llegue al salón busque con la mirada a Amalia, pero no la veía por ninguna parte, seguí caminando entre los demás extraños buscándola y también pensando ¿qué le iba a decir?, buena pregunta, no que exactamente preguntar mi mente esta echa un alboroto por todo lo que está sucediendo.

-Pareces un poco agitado querido Apolo- afirmo Elena interrumpiendo mis pensamientos.

-Ho, Elena no había notado tu presencia- dije cortante. De todas las personas con las que podría hablar en el lugar no sería ella, de eso estoy seguro

- ¿quieres decirme que está pasando? - pregunto Elena poniendo una cara seria. – sé que algo está pasando Apolo, lo puedo sentir hace unos momentos pude sentir una gran explosión de energía en este lugar y lo más interesante es que el líder del consejo desapareció repentinamente del lugar junto con su hijo – explico con una media sonrisa en su rostro – y-yo la verdad no sé de qué estás hablando Elena- trate de defenderme, pero ella me interrumpió otra vez – cariño sé muy bien lo que está pasando- tomo mi brazo y me llevo hacia una de las puertas las cueles conducen al jardín.



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En el texto hay: amor, venganza, ira

Editado: 24.04.2018

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