La oscuridad que esconde tu mente.

El hada de la muerte.

Capítulo:6

 

 Mi sangre se helo a ver como a la amiga de papa se ponían los ojos de un negro tan intenso como la noche misma. Asustado retrocedí, pero mis actos fueron en vano ya que topé con una pared, una risa burlesca salió de los labios de esa mujer. Era una risa que podía espantar a quien sea sin titubeo.

-Apolo- dijo caminando hacia mí – no debes temer, no a mí. Se quien mato a esos malditos chupasangres, Apolo sé que estas confundido con lo que está pasando- afirmo con dulzura, sin haberlo notado sus ojos volvieron a ser los mismos.

No podía hablar no en este momento, las cosas que acontecían en estas últimas horas me estaban volviendo loco.

- ¿S-si te hago una pregunta, sería totalmente honesta conmigo? - pregunte después de aclárame la garganta a lo cual ella solo asintió con la cabeza. - ¿Qué eres? - pregunté – y los más importante ¿qué demonios me está pasando? - expuse.

-Apolo. Se acercó hacia mí y coloco su mano en mi mejilla- eres más especial de lo que tú crees cariño- me dijo acariciándome- tu papa es un vampiro de más de 500 años de antigüedad al igual que tú ya difunta madre lo era- explica mirándome a los ojos.

- ¿Cómo es posible que mis padres sean vampiros? - dije desviando mi vista hacia un árbol y zafándome de su agarre- ¿cómo es posible eso?, ¿De qué tipo de abominación me estás hablando? – cuestioné.

 Necesito meditar lo que me están diciendo esta mujer, esto me exasperaba totalmente.

No contestaste mi pregunta- acuse, volví verla otra vez a los ojos- DIME ¿QUÉ DEMONIOS ERES ELENA?, RESPONDE DE UNA SOLO VEZ- exigí, de pronto todo se salió de control.

El viento soplo de manera descomunal, las ramas de los árboles se sacudían de lado a lado, los cristales de las ventanas temblaron y algunas llegaron a romperse, el aire se volvió frio.

Sentía tanta ira, enojo, quería que todo esto se fuera un mal sueño, que todo esto fuera una mentira quería que esto parara sentía que todo estaba saliendo de control quería que todo acabase.

-Apolo- llamo Elena- cálmate por favor, Apolo cálmate antes de que le hagas daño a alguien en este lugar- trataba de que me calmara, pero eso no iba a ser posible.

- NO ME DIGAS QUE ME CALME ELANA- al pronunciar esas palabras el viento se hiso más fuerte de la que ya era. Ella me miro, su cara reflejaba miedo, ella me temía.

-RESPONDE DE UNA SOLA VEZ ELENA, ¿QUÉ ESTA PASANDO?, ¿QUÉ ERES? - exigí otra vez y al hacerlo todos los cristales se rompieron, las ramas de los arboles también lo hicieron algunos de los árboles se hicieron añicos, el viento resoplaba, podía escuchar como el viento cortaba todo a su paso, los truenos y relámpagos se hacían presentes en el lugar.

La luna se ocultaba tras una cortina de nubes, una espesa neblina cubría el lugar rodeando el lugar donde nos encontrábamos.

Me sentía tan mal, usado, ahora todo encajaba. Las visiones y los espectros no eran mi mayor problema sentía como todos me usaban, Amalia y papá justo las personas a las que, más aprecio en este mundo.

 

Amalia    

 

me encontraba de camino al gran salón, había limpiado todo el desastre de la bodega y llevado al señor apolo a su dormitorio.

Es increíble la gran cantidad de energía que posee el joven, la manera en la que derribó la puerta para poder llegar donde me encontraba su fuerza y velocidad fueron casi imparables, sino fuera porque lo conozco diría que es in vampiro, pero la verdad eso es totalmente posible ya que en el no he notado que haya algún tipo de talismán que le permita caminar bajo el sol, como lo su padre, ya que este posee un anillo en su dedo anular de la mano izquierda el cual le da la habilidad de andar bajo el sol.

Según lo que sé, no son muchos los vampiros solo los de linaje más alto obtienen un anillo solar.

-Amalia- dijo el señor galeaza interrumpiendo mis pensamientos- dime ¿dónde se encuentra el señor Betancourt y su hijo? – cuestiono de una manera poco amable.

-señor lo lamento, pero no sé de qué me está hablando – me defendí a lo que el reacciono de mala manera. – ¿dónde están? maldita bruja, sí sé que eres una bruja Amalia- afirmo de forma arrogante y sínica. Me tomo por los hombros de forma hostil.

- señor, me está lastimando, no sé de qué me está hablando trate de zafarme de su agarre, pero este me impidió.

-dime la verdad- exigió – sabes que te puedo matar en un momento así que dime lo que quiero saber- hiso presión sobre mis hombros.

Lo iba hacer él me iba a matar. Así que levante las manos y las posicione en su pecho.

-MOVE- lo lance hacia el otro lado del pasillo lo cual me da tiempo de escapar de este maniático.

Sin pensarlo corro por el pasillo y luego llego hasta el gran salón, al llegar puedo ver como las personas están alteradas, algo está pasando y de pronto lo sentí una gran energía estaba desbordándose, esta provenía del jardín.



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En el texto hay: amor, venganza, ira

Editado: 24.04.2018

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