Capítulo:11
Años actual 1631.
¡haa-aa ¡- gimo de dolor. Mi cabeza parece que me va a estallar, mi vista a penas se está ajustando, la verdad no ce donde me encuentro o talvez no lo recuerdo.
- ¿Qué demonios me paso? - pregunte a Amalia, la cual estaba a un costado de mi cama. Ella al verme trato de acercarse, pero justo antes de tener algún tipo de contacto detuvo su mano.
- te desmayaste en la colina, con la ayuda de varios de los empleados pude traerte a hasta la casa, ya que ningún sobrenatural pudo acercarte a ti y cuando me refiero a algún sobrenatural, quiero referirme a mí y a tu padre. - dijo de manera tosca.
- Espera, ¿A qué te refieres con que ni tu ni mi padre pudieron acercarte? - cuestione a ella una vez que me acomode mejor en mi cama.
- me refiero a que cada ver que hice el intento de traerte aquí con la ayuda de la magia, una parte de tu poder o mejor dicho tu poder en la forma más pura te rodeo creando un gran campo de energía- expuso Amalia con algo de molestia- ¿es como si tu poder presintiera el peligro? ! Claro ¡eso debe de ser. - dijo mientras se acercaba a una de las ventanas, no ce, pero su inquietud me tiene algo incómodo, estaba actuando de forma muy rara.
- Amalia ¿Qué está pasando? - cuestione, a lo que cuál no contesto. Solo me vio
Y sin más, lanzo hacia mí un de las dagas, la cual antes de que pudiera reaccionar, está choco contra una especie de barrera la cual es de color gris transparente. Al chocar con la barrera, la daga se desintegro en el aire.
- ¡pero! ¿Qué demonios pasa contigo Amalia? - llegue hasta donde ella se encuentra tomándola de los hombros, lo cual al hacerlo ella me vio una expresión perversa.
- al parecer la barrera solo funciona cuando estas en peligro- dijo de manera fría y calculadora. - tu madre me recompensara de formas inigualables.
-¿Qué demoni-haaagh- no pude continuar ya que Amalia atravesó su mano en mu pecho y apretó mi corazón.
- Ama…lia – dije a como pude- suéltame, suéltame por favor, que está pasando con Tigo- exclamé poniendo mis manos alrededor de la cabeza de ella.
Tú me traerás el corazón de mi hijo apolo o morirás en el intento, lo harás en el momento más vulnerable que él tenga, hazlo y abundancias vendrán a ti
-tú no eres Amalia- afirme.
-Y tu estas muerto- dijo con una sonrisa en el rostro- mi señora estará tan feliz.
Amalia.
Me encontraba de camino hacia la habitación de apolo junto con la señora Elena.
-En ocasiones no logro entender el gran poder que tiene, es tan puro. Pero tengo una pregunta señora Elena si apolo no es un vampiro y tampoco es un brujo ¿Qué es? - pregunte a la señora, ya que sé que ella posee el conocimiento, sé que ella es un hada de la muerte o como mi aquelarre las llama una banshee.
- bueno querida veras, apolo no es un vampiro porque está vivo, tiene ciertas habilidades que lo asemejan con uno, pero no lo es. Además, él no ha muerto, así que no es un vampiro y su parte brujo, bueno. Su poder es el más puro, él tiene más poder que cinco aquelarres juntos e inclusive que el aquelarre del sur, ya que a ellos les fue casi imposible poder controlarlo con apenas nueve años- explicó ella.
- y si muere y resurge como vampiro ¿Qué pasara con su poder?, ese Gran poder no se desvanece de la noche a la mañana – expuse.
-Tú más que nadie debería conocer la respuesta pequeña bruja, sabes que es imposible que una bruja que se transforme en vampiro pueda seguir realizando magia.
Solo puedes ser algo, o eres bruja o inmortal – hablo.
Sin notar percatarme llegamos a la habitación de apolo, valla que el tiempo se pasa rápido cuando hablas con alguien.
Al llegar, abrí la puerta y entramos, había un gran desordena en la habitación, lo cual me extraño porque apolo siempre mantiene su habitación ordenada.
! Apolo ¡- grité al verlo tirado en el piso de la habitación, pude ver como la señora Amalia también exclamo al verlo en ese estado.
Sin titubear por un momento, lo tomé entre mis brazos, se encontraba frio y al tomarlo pude ver el agujero que tenía en el pecho, con los ojos llenos de lágrimas volví a ver a la señora Elena
-le mataron, le mataron- reitere- lo mataron a sangre fría.
Mientras yo lloraba la señora Amalia llamo a el señor galeaza para que viniera. Al poco tiempo escuche unas pisadas en el pasillo.
-diles a los empleados que mañana y pasado los tomen libres para que el martes empecemos con la cose- POL- grito el señor viendo a su hijo tirado en el piso. Sin importar que su ropa se echase a perder me lo arrebato de los brazos.
- Galeaza – lo llamo Elena – está muerto.
-Armando- dijo el señor – busca al maldito responsable y tráelo a mi vivo, pagara con su vida el crimen que ha cometido, sufrirá de manera que ni el mismo se imagina.
Ha pasado ya dos días de la muerte del señor, hoy se realiza el sepelio. Nos encontramos en la cripta familiar, la ceremonia acaba de terminar y uno de los empleados está terminando de colocar el ultimo ladrillo.
Editado: 24.04.2018