Región Marana: Apartada

"El silencio también puede ser dañino"

Marana es una región compuesta por un grupo de islas divididas en dos zonas: Ámbar y Bluria.

Ámbar posee un clima cálido cuyas viviendas son en su mayoría hechas de paja y bambúes; mientras que Bluria tiene un clima frío, sus viviendas son de roca. En ambas regiones sus habitantes poseen habilidades para dominar el agua y sus derivados.

En una escuela de la región estudiaba Sophie, una chica delgada de ojos verde agua y de tez ligeramente bronceada que llevaba suelto su cabello azul corto y ondulado. Su cuello llevaba ligeras branquias y sus manos llevaban delicadas membranas entre sus dedos pero no le dificultaba escribir. Ella sentía que no podía hablar con nadie y no era porque estuviera en plena clase así que solo le quedaba contarle lo ocurrido en su diario para liberar sus emociones contenidas.

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Querido Diario, no sé qué le sucede a mi grupo de amigas, cada día que pasa las noto más extrañas, ya no hablan mucho conmigo como solían hacerlo. Cada vez que les pido que me acompañen al baño o a comprar me ponen un montón de pretextos o todas se miran las caras y se quedan mudas. Cuando las observo a lo lejos se comportan como el grupo que yo había conocido ¡Esto es realmente extraño! Espero que en este último día de clases las cosas mejoren y todo vuelva a ser como antes.

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— Señorita Wave– interrogó enojada la profesora a la joven, quien se puso nerviosa— ¿Qué está haciendo?

— Este...yo... nada —tartamudeó y de pronto una joven de largo cabello celeste sopló suavemente creando una brisa helada que hizo que el mal colocado diario de Sophie se cayera al suelo. La profesora al darse cuenta de la mentira de Sophie alzó la voz.

– Sophie deja ese libro en mi escritorio —le ordenó la maestra.

– Lo lamento, profesora.

«Definitivamente todo fue por causa de ella»

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Unos meses atrás.

– Chicas, quiero que le den la bienvenida a Joyce Frías, su nueva compañera – la joven era de tez muy clara y de largos cabellos celestes que llevaba recogido en una cola alta y con pequeñas trenzas. Sus ojos eran de color morado azulado oscuro. Ella tenía una dulce sonrisa en el rostro.

— Siéntate ahí –señaló el lugar indicado, donde se encontraba Annie, la mejor amiga de Sophie. Ambas chicas se llevaron muy bien y conversaron en voz baja durante la clase pasando desapercibidas ante los ojos de la maestra.

— ¿Cómo será la nueva chica? Parece relajada y amigable —pensó mientras miraba de reojo a las a ambas muchachas cuando de repente Joyce la miró con desprecio.

«Pero qué le sucede, nada le hice» — pensó Sophie.

Pasaron las horas y llegó el receso.

– Joyce – Annie se pronunció alegremente – te presento a mi grupo — se dirigió a cada una de sus amigas — Ella es Taylor, Clare y Sophie, mi mejor amiga.

– Hola chicas – repuso con una falsa sonrisa y saludó a todas las muchachas con un beso incluso a Sophie, quien se quedó perpleja por su reacción.

– ¡Qué extraño! –Pensó la chica —¡Hubiera jurado que me miró mal esta mañana! Me habrá parecido.

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El timbre sonó dando inicio al recreo. Todo el salón de clase salió excepto Sophie debido a que la profesora le pidió que se quedara por un momento.

La chica de cabellos celestes desde la puerta del salón hizo un gesto sarcástico de "adiós"  a la tímida chica de cabello corto y se volvió a sus "amigas"

Chicas, ya llegó el momento, vayámonos de aquí – ordenó a las chicas y ellas la siguieron.

— Srta. Wave ¿Qué sucede? —le preguntó más calmada – Ya no estás atenta en clase y tu rendimiento ha bajado.

— Profesora, lo siento, no volverá a suceder; sino que es un problema amical — agregó descendiendo el volumen de su voz.

— Cuéntame, tal vez pueda ayudarte.

— Es que me he dado cuenta de que poco a poco mis amigas se están alejando de mí.

— ¿Y te has puesto a pensar el por qué?

— Sí, y es por Joyce —pronunció con seguridad la joven.

— ¿Joyce Frías? Pero ella es una alumna atenta y servicial – añadió en su defensa.

— Eso es lo que usted piensa –dijo con amargura– ella me miró mal el primer día que pisó este colegio –agregó  - y desde que ella se metió en mi grupo, mis amigas comenzaron a portarse distintas conmigo.

Conversa con tus amigas y decirles cómo te sientes, luego con Joyce en privado y pregúntale sobre el por qué tiene ese comportamiento contigo. Todo se arregla con la comunicación, es malo que guardes los sentimientos, mejor es desfogarse, sino te harás daño a ti misma, si todo lo tienes ahí dentro cómo sabrán tus amigas sobre lo sucedido. Recuerda hacerlo tomando el control de tus emociones.

— Gracias profesora por su consejo – repuso con aparente entusiasmo – Voy a hablar con ellas antes de que termine el receso.

La joven salió del aula y caminó lentamente hacia el patio. Al salir de los pabellones buscó a sus amigas hasta que finalmente pudo verlas a lo lejos.

– ¡Chicas, Chicas! — alzó su baja voz —  ¡Espérenme!

Y ellas al darse cuenta de que la joven de cabello azulado las había encontrado se corrieron de ella...

– « ¿Por qué me hacen esto?»– Se cuestionaba Sophie mientras intentaba darse ánimos  – «Yo no soy mala persona. Piensa positivo» – De repente son algunas de sus bromas pesadas que suelen hacerme.

La joven esperó sola, sentada en el banco donde estaban sus amigas observando un entrenamiento de habilidades. Pasaron los minutos hasta que la campana sonó y todos retornaron a sus aulas.

– Parece que no fue ninguna broma -  murmuró con tristeza y se dirigió cabizbaja a su salón de clases.

Cuando llegaron los muchachos al salón, encontraron todo listo para el compartir de fin de año, los jóvenes se la pasaron comiendo y haciendo intercambio de regalos. Y de pronto Joyce se levantó de su asiento y Sophie supo que ese era el momento indicado para hablarle a sus amigas sobre lo mal que la hacían sentir así que aprovechó esa oportunidad.