Argentina, Buenos aires.
Sofía
Le dieron el alta, vosotros estamos contentos y aliviados porque Aldana ya volvió a casa. Estamos todos en casa, picando algo, risas y charlas por la tarde.
Le escribo a Juli.
"Juli, le dieron el alta a Aldana, ¿me creéis si te dijera que entré a la camioneta y me eh encontrado con una camilla, una computadora conectado a cámaras, micrófonos de vincha y dos carpetas...ambas con un dibujo de un globo como si fuera el mundo y una letra "E"? ...hay mas, Miguez es el médico que atendió todas sus crisis, además su partero y director general de otra clínica donde Aldana se habéis echo unos análisis."
Mensaje enviado, genial, espero que abra mi mensaje cuanto antes, bloqueo mi móvil, y presto atención a la conversación.
-No...no recuerdo nada, ¿por qué me preguntas eso?
-Aldi, es importante, trata de hacer memoria...- Dylan le ruega.
-Dylan, no la presiones- lo corrige Alan.
-Lo siento, no recuerdo...
-¿Y que tal te queda la blusita? ¿la habéis probado?- le regale una blusita blanca, es monísima.
-No, pero...¡me encantaría probarla!- me responde contenta.
-Venid-me pongo de pie y la acompaño a mi habitación-Cuando estés lista, pues...me avisas, ¿vale?- entra a la habitación y cierra la puerta.
Cojo mi móvil , abro WhatsApp, y hace horas que no se conecta, me suena raro, empiezo a preocuparme, le vuelvo a escribir.
"¿Julián? ¿Estais bien? ¡Jo, contesta!"
Julián
Hace un frío de puta madre, en vez de comprarme el coche de mis sueños, compre un puto boleto de avión y aquí estoy, en la Argentina, Jooder... no sé a quien coño se le hubiera ocurrido comprar un boleto de avión, ya, Julián concéntrate.
Paro en un kiosco por unos cigarritos.
-Unos cigarritos por favor- Me da un atado, intento pagarle , pero antes de que agarre el billete , en ése momento me doy vuelta ya que tocan mi hombro. Un doctor con una inyección en la mano me dirige la palabra
-¿Estás seguro de lo que vas hacer?- Lo miro sin entender.
-¿Y tú quién eres?- le pregunto desconcertado.
-Disculpe- el kiosquero interrumpe, a lo que me doy vuelta para mirarlo- ¿Con quién está hablando?-lo miro extrañado... me doy vuelta, y el doctor ya no está.
-Con...con nadie, ten-le doy el dinero y me voy.
Asustado, apuro el paso, no entiendo nada. Escucho la voz de una mujer que me dice "Corre" miro para todos lados, y entre tanta gente, no puedo encontrar a la persona a quien le pertenece esa voz, luego otra vez , pero a diferencia que es la voz de un hombre, miro para todos lados en busca de esa voz pero nada, camino lo mas tranquilo, miro a mi lado, un señor de traje va caminando apurado sosteniendo con una mano su maletín negro y con la otra toma a su hija de la mano, la niña no me saca la mirada de ensima, ésta muy seria y para mi sorpresa me dice: "Corre" , le toco el cabello rubio ondulado y su padre me asusta al hablarme.
-¡Podes soltar mi campera por favor!-
Jo...der, ¿que coño está pasando? en un abrir de ojos la niña es una campera, dejo de tocar la campera, y empiezo a escuchar muchas voces a la vez las cuales me susurran:
"Corre, corre, corre"
Son tantas voces que algunas no entiendo que es lo que dicen. Empiezo a correr arrastrando mi valija, llego al hotel donde me voy a alojar, entro y me apoyo sobre la puerta de la recepción, respiro agitado, ya no escucho voces, todo vuelve a la normalidad. Allí viene la recepcionista, me acerco.
-Hola, vengo por la 107-le hablo dudoso.
-Hola, si, ya la tenías reservada, estas son las llaves... Ascensor a tu derecha, segundo piso.
-Genial, gracias guapa.
Me dirijo al ascensor, marco piso dos, se cierran las puertas, se empieza a mover. Siento olor a quemado, y calor, no, joder, no, me doy vuelta y el ascensor se esta prendiendo fuego, mierda, mierda.
Empiezo a toser, el humo me ahoga , apreto el botón que abre las puertas seguidas veces pero no funciona, el fuego se aproxima, me desespero, golpeo desesperado el ascensor, empiezo a gritar:
-¡Abridme! ¡Abridme! ¡Que me quemo, joder!
Consigo que las puertas se abran, me encuentro con una mujer alta, de cabello colorado , enrulado, delgada, con unos zapatos, vestido negro y un tapado de piel me queda mirando.
Una tía que está de puta madre me vió gritar como un marica.
¡Bravo Julián! Tú si que eres inteligente, ¡Que cabrón!
-¿Estás bien?- Me pregunta.
-No, que me eh quedado encerrado, y...-miro hacia dentro del ascensor, el fuego ya no está, mierda, ¿que coño me esta pasando?
-Ehh....necesito subir, ¿te podes quitar de el medio?
-Claro, disculpa- le digo dudoso.
Y arrastrando mi valija corro a la habitación, giro la llave y entro.
Una hermosa habitación con balcón, me dejo caer en la cama y miro el techo, no se que me esta pasando y no se si contarle a Sofi de que estoy aquí y decirle todo lo que me ah pasado, no quiero comportarme como un gilipollas, me siento en la cama y miro la nada, me levanto y camino hacia el balcón, abro la ventana... suspiro... y mientras me prendo un cigarrito pienso en la hermosa vista, Buenos Aires... pito el cigarrito, y ¡que cojones hago acá!
Me decido a seguir con mi plan, cojo mi móvil y llamo a Sofi.
Lucas
Suena el celular de Miguez, atiende y pone altavoz, de mientras yo busco unas planillas que me mandó a buscar... sí, soy su perrito faldero, ahora te entiendo Beni.
-Den por finalizada la búsqueda, tengo a Cárdenas, esta aquí parando en el hotel "Buenos Aires".
-¿Como lo has encontrado?- responde Miguez.
-Había desaparecido del mapa de rastreo por unas cuantas horas, no teníamos datos de el, parece que el muy inocente no tiene idea de que estamos en todo el mundo.
-Bien, Lorena...necesito que averigües si viene a tomarse unas vacaciones o si ya sabe algo, y si lo tienen, lo necesitamos, te recomiendo que te juntes con el equipo.