Capítulo 7: "Los sintomas"

Lorena

La camioneta se detiene justo en la esquina de un galpón ya que acabo de dar la orden de detenernos ahí. Me comunico con Miguez a través de un micrófono de vincha sentada en la silla sin sacar la vista de la computadora.

-Miguez, tenemos a Cárdenas, no se mueve de la fabrica abandonada- digo mientras sostengo el micrófono pegado a mi boca.

-Bien, necesito que lo sigan rastreando, mañana por la mañana en el mismo lugar de siempre- puedo escucharlo por el auricular.

-Perfecto- Me saco la vincha, volteo y miro a mi compañero quien prepara unas inyecciones.

-No Felix, no va a hacer falta- le digo a su vez que niego con la cabeza. Me doy vuelta mirando el teclado, y nerviosa, golpeo mis dedos en la mesa. 
Me estiro para ver a mi compañero que está sentado del lado del conductor mirando con unos binoculares.

--Santiago, ¿Ves algo? - Pregunto curiosa.

-No está solo, está con una chica, ambos están entrando a la fabrica- responde muy seguro y me pongo de pie asombrada por lo que acabo de escuchar.

-¿Qué? - pregunto y tomo los binoculares de arriba de mi mesa y luego miro a través de ellos.

- NO-PUEDE-SER - Digo asombrada y dejo de mirar por los binoculares, rápidamente se los doy a Santiago.

-Ten, necesitamos toda la información posible- agarro el mouse. Mi cabeza colapsa de tantos pensamientos, pero Félix me saca de ellos.

-Lorena, necesitamos tener a Cardenas lo antes posible, no podemos perder ni un día más, Miguez se está equivocando, si no lo inyecto y lo tratamos...en menos de dos horas viviría la realidad - tiene razón, pero no puedo hacer nada, necesito hacerle caso a Miguez.

-Lo siento Felix, sabés que estoy de tu lado, pero Miguez lo único que quiere es información...necesitamos saber que hace Cardenas en Argentina, que está haciendo ahora en la fabrica, quien es esa chica y porque la tiene - Explico y me tocó la frente, estoy cansada, suspiro y me siento reflexionando. Este operativo se está poniendo difícil. 


 

Julián

-No grites por favor- le susurro.
Ella respira, asustada.

-No voy a hacerte daño, tranquila- la llevo caminando hacia atrás, entramos a el galpón y la hago sentarse en la silla, me mira asustada, os pongo en cuclillas y mis manos en sus rodillas.

-No se quién sos, no se que querés de mi, pero dejame ir- esta asustada.

-¿Cuantos somos?- le pregunto y me mira descorcentada, sus ojos negros y su mirada tan profunda...Ostia tío, que te tienes que poner más rudo ¡Joder!

-No se de que me estas hablando- Se pone de pie y la detengo.

-Ni de coña, me hice un viaje bastante largo y solo para encontrarte Aldana- Se asombra, ¡Que cojones! Le dije su nombre ¡Ostia!

--¿Pero...como sabés mi nombre?- okey, perfecto, ahora sí que la has cagado Julián. Vale, pues... Mira tía, soy adivino, es todo. No, que... suena muy tonto, ya.

-¡Porqué tú me lo dijiste!- desespero. Le acabo de gritar, calma tío, calma.

-¿Qué? ¡No, no, déjame ir! - me empuja y corre hacia la puerta de salida y antes de que salga del galpón, le cojo un mechón de pelo, se detiene quejandose, la suelto, me pongo de frente a ella, tomo de sus brazos. Suena su móvil, joder.

-Atiende- Aldana me mira- ¡Atiende joder!- alzó la voz y coge su móvil- Cuidadito con lo que dices, dile que estáis bien y que estáis volviendo a casa- explico.

- ¡Es mi novio! ¿Por que le mentiría?-

-Aldana, ¡Por favor!- le suplico y aprieto sus brazos- Tenéis que entender que a partir de ahora debéis tener cuidado con lo que hacéis y digáis, todo depende de ti, vuestras vidas dependen de ti- Me mira seria, su mirada fría, atiende la llamada.

-Amor, estoy bien, justo estoy volviendo, si. Tranquilo, te amo- Cuelga la llamada, y guarda el móvil.

-Tía, se que ésto es todo muy loco, pero tenéis que creerme, no te voy a hacer daño, si tú sales corriendo estamos muertos, ¿lo entiendes? Se lo de tus "Trastornos de sueño" lo sé todo Aldana, ahora dime...¿Cuantos somos?-
Aldana deja de mirarme a los ojos, y fija la vista detrás de mi.

-Venga tía, ¡que no tenemos toda la noche, eh! ¿Me escuchas? -Aldana esta hipnotizada, empiezo a sentir calor y me doy vuelta, joder, se está prendiendo fuego el galpón.

-¡Tenemos que salir de aquí!- exclamo nervioso.

-¿Malena?- pregunta Aldana dudosa sin sacar su mirada detrás de mi. 


 

Aldana

Veo a Malena en el fondo del galpón, no sé como llegó acá, esta ahí, sola y no deja de llorar y de decirme "Mami" Corro hacia a ella, pero este pibe me detiene, me abraza por la cintura, pataleo en el aire y empiezo a gritarle. 
-¡No, no, no! ¿Que hacéis? ¡Tenemos que irnos! - me grita este tipo que no se ni quien es. Pero... ¿Que le pasa? ¡Mi hija está en peligro!

-¡Soltame, soltame!- le grito, hasta que le pego con mi codo en la cara. Me suelta y se toca la cara, yo corro a buscar a Malena, el chico me persigue y me tironea de la cintura.

-¡Que nos tenemos que ir! ¡Joder! - Me grita desesperado. Me doy vuelta, y quedó frente a frente con el.

-¡Se puede prender fuego todo el galpón, pero yo, de acá, no me voy sin mi hija!- le explico desesperada, no entiendo cómo Malena llegó acá.

-No...no ¡Estas alucinando! ¡Joder! ¡Que vamos a morir quemados! -Me grita desesperado y lo miro sin entender. 
-¡Aldana ahí no hay nada! Tenéis que aprender a diferenciar la realidad, la fantasía y las alucinaciones, tu mente te está jugando una mala pasada ¿Que no lo entiendes? ¡Tenemos que salir de aquí!-

¡ES MI HIJA Y NO PIENSO IRME SIN ELLA! - mi cara se transforma, me falta el aire, mis ojos se ponen llorosos y empiezo a toser, me tocó el pecho y a la vez miro el piso, me ahogo, no paro de toser, mi vista se nubla y siento las manos de este extraño que me abrazan y me tironean hacia él impidiendome avanzar, no sigo, no puedo, no tengo fuerzas ya que me siento mareada y ahogada.