La parábola de Matt Roderick

Capitulo 2: Ira

Capítulo 2: Ira

-¡El señor Bernardo! ¡Está usted loco! ¡Él es bueno y no puede ser quien usted dice! ¡Váyase!-

-Calma, no era necesario arrojarme la bebida, mira no hagamos un escándalo… Yo sé que eres una niñita inocente y no esperas que tu patrón sea el psicópata del barrio pero… déjame explicar… ¡no me empujes!-

Di unos pasos atrás y le mostré mi placa falsa de policía, ella se calmó y dejó de gritar, pero su rostro completamente rojo me hacía saber que la calma no duraría tenía que pensar bien mis palabras para evitar llamar la atención, además don Bernardo estaba a punto de llegar y no podía dejar que se enterara que iba tras él.

-Perdón sé que es difícil de creer, pero piensa un poco y dime ¿hace cuánto lo conoces? Y ¿Quién pone a trabajar a una niña en un bar?-

-¡No soy una niña! ¡Tengo 21! ¡Y él fue el único que me dio la oportunidad de trabajar en cuanto llegue aquí hace una semana!-

-Ok mi error pero no puedes negar que te ves más pequeña, y no lo digo por hacer daño pero encajas en el perfil de las chicas desaparecidas, déjame explicar un poco más y después decide.-

Aun tenia mis manos en alto como si me apuntaran con un arma, si esta mocosa decidía que mi historia era falsa Tremaine pondría precio a mi cabeza por meter mis narices en sus asuntos, mi vida dependía de ella.

Su expresión cambio, la furia en sus ojos ahora mostraba duda, quizás miedo y no era para menos, 12 chicas de entre 16 y 24 años tenían reporte de desaparición, todas vistas por última vez cerca de este bar, de entre ellas Laura Stein había sido encontrada en un descampado a lado de la autopista a 6 kilómetros de aquí, la autopsia había revelado los horrores de sus últimos momentos, una de esas marcas marcaba un anillo bastante peculiar y del que todo el mundo habla cuando vistita el bar. Tengo que mostrarle el mensaje de Laura, saque de mi bolsillo una par de fotos de ella y me acerque a la pequeña mesera, espere a que sucediera lo mejor.

-Ella es Laura, ves, una chica joven y bonita como tú y esta es una foto de un hematoma en su cuerpo, ¿reconoces esa marca? , seguro que sí, la has visto todos los días en la vitrina de las bebidas más caras, es la marca del anillo que está guardado ahí, y sabes que no hay 2 iguales, al menos no en esta ciudad ya que el anillo tiene ese enorme brillante en medio de todo ese oro y fue un diseño especial para la amada de don Bernardo. Yo se que el amable señor con el corazón roto va por ahí contando la historia de cómo su amada lo rechazo a pesar de haber gastado una fortuna con los mejores joyeros fabricantes de ese anillo pero quizás su historia tiene algunos detalles después de eso, mira la foto y mira el anillo no hay duda tu jefe es un asesino.-

Un nudo se formó en su garganta, sus ojos se llenaron de lágrimas, tenía que eliminar cualquier rastro de duda y ganarme su confianza antes de que comience a llorar o mi plan de pasar desapercibido se arruinaría.

-Si aún tienes dudas pregúntale al viejo dormido de la esquina si conoció a la mujer que rechazó el anillo, pero te va a decir lo mismo que yo: ella tenía un largo cabello café, piel clara y llena de pecas, igual que Laura, igual que tú. Pero eso no es lo único que ustedes tienen en común, veo que usas una pañoleta roja sobre tu cuello, Laura tenía una también cuando la encontraron, ¿sabes? La chica que lo rechazó usaba una igual porque era azafata en el aeropuerto, la usaba todos los días, incluso cuando lo abandonó.-

Lo logré, su llanto se contuvo y su rostro nuevamente se puso rojo de furia, pero esta vez ella odiaba a la persona correcta; justo a tiempo, el reloj marcaba las 3 de la mañana el bar tenía que cerrar  y don Bernardo tenía que aparecer para dar fin a las actividades del día, los últimos 2 sujetos salieron del bar y la pequeña mesera y yo nos quedamos solos, ella estaba tensa, no sabía lo que iba a pasar; yo tampoco lo sabía; en cambia yo estaba ansioso, por un momento olvide todo el asunto con los Tremaine, mis manos comenzaron a humedecerse  hacia bastante tiempo que no sentía esta emoción, ¿que debía hacer?, ¿confrontarlo con una acusación?, ¿amenazarlo?, supongo que usare mis viejos y confiables puños; ¿no lo mencioné antes? Hubo una vez que me enamoré de una chica, pero vivía en un barrio muy feo, siempre temeroso de visitarla, pero aun así mi tonto corazón quería pasar mas tiempo con ella y la solución llego en forma de unas clases de kung fu con lo que creí que era un monje shaolin, el tipo no era ningún monje pero su kung fu era real, al final el amor no era real pero mis puños ahora eran armas registradas; supongo que era hora de usar esas armas.

-¡Oye! ¿Estás bien? Llevas mucho rato parada sin decir nada, te ves pálida, necesito que me ayudes en esto, en cuanto tu jefe llegue quiero que vayas a la parte de atrás y llames a la policía, si esto se pone feo no salgas de ahí hasta que no haya ruido o hasta que llegue la policía. Por favor ten mucho valor.-



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Editado: 16.07.2018

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