Capítulo 5: Aceptación
Me dirigí a la catedral, a esta hora cuando comienza a oscurecer las calles se vacían, y lo mejor es que la catedral se queda en completo silencio, si alguien se mueve lo puedes escuchar claramente por toda la catedral, pero para mi sorpresa el buen Grady y Mi hermano no se ocultaban, estaban sentados en la primera banca, no voltearon cuando abrí la puerta, ni siquiera de preocuparon de mis fuertes pasos acercándose a donde estaban, se mantuvieron ahí hasta que llegué. Mi puño temblaba ¿a quién debería golpear primero? ¿serian buenos Peleando? ¿quizás esta rabia era el secreto para dominar el kung fu que me habían enseñado? ¿sería capaz de matar a un hombre un un solo golpe? Me moría de ganas por saberlo.
-Matt, te estábamos esperando, Grady me contaba cuando tú y el trabajaban juntos, pareces un buen sujeto.
-¿Por qué lo haces? ¿Por qué a mí? Pudimos seguir con nuestras vidas como siempre tu sin mí y yo sin ti, funcionaba bastante bien .
-Los hermanos deben de estar juntos Matt, como los que están allá, además tu eres su hijo al igual que yo, deja de negarlo, somos iguales.
-No lo creo, soy más alto y más guapo, y dentro de poco seré al único bien parecido aquí. Pero antes de partirles la cara y entregarlos a la policía porque no me dices realmente tu problema conmigo.
-¿Problema? No lo hay Matthew soy tu hermano y te amo solo quería que nos conociéramos y que aceptes quien eres.
-Soy un detective que acaba de perder a su gato si hay algo que debo ser es alguien muy enojado
-Grady muéstrale la verdad a mi hermano.-
El buen Grady se levantó, siempre creí ser alto toda mi vida pero él me demostró lo contrario, pero estaba bastante enojado asi que no me importo, estrelle mi puño en su estómago e inmediatamente se dobló, esto iba a ser muy fácil, o eso parecía, me tomo por el pescuezo y me arrojo hasta el atrio de la catedral, ese hombre era pura fuerza bruta.
-Grady no tienes que hacer esto, estoy muy enojado y a ti no te quería hacer mucho daño
Arrojo una banca, si me da con una de esas soy hombre muerto, un hombre asi de grande y lento es fácil de derribar solo necesitaba hacer llegar los golpes a su cara, me agacho un poco y esquivo otra banca solo hay que dar un pequeño salto y plantar un buen golpe en su cara. Nuevamente me tomo por el cuello después de golpearlo y me arrojó lejos, si así iba a ser la mecánica de esta pelea, tenía que acabarlo en menos golpes. Pero Grady no jugaba limpio, aun no me levantaba cuando tomo mi pie y me arrojo contra una figura.
-¡Trampa! Era mi turno de golpearte
Tome fuerza y me arroje contra él, pero fue en vano solo logre que me arrojara con más fuerza en vez de derribarlo. La caída fue muy dura no podía ponerme en pie y el gran sujeto se acercaba, tenía que hacer algo, debí traer a Clara conmigo.
-Oye Matt, te conté que tú y Grady tienen más amigos en común, se hizo amigo de una pareja, la chica lucia bastante joven, creo que el otro día te vi buscándolos, Grady los encontró antes que tú.-
El dolor desapareció por un instante, lo único que sentí fue ira, mis puños iban y venían, Grady resistido bastantes antes de caer de rodillas frente a mí, y por fin lo tenía donde lo quería, lo golpee una y otra vez en la cara hasta que lo derribé, continúe hasta que los golpes se hundían en su rostro, no me pude detener hasta que sentí un profundo corte en mis nudillos, su cráneo se había partido y los trozos cortaron mis manos, era un desastre, pero por fin logre un poco de calma después de ver lo que había hecho.
-¡Oye Peter! Tu amigo no se siente bien, y creo que tu otro muchacho tiene un par de fugas, porque no me dices porque estamos en esta situación y terminamos de una vez.-
El semblante de satisfacción en su cara no había cambiado, destroce la cabeza de su amigo frente a él y seguía ahí con esa mueca en la cara, no la podía soportar tenía que quitársela. Una vez más ese cosquilleo en mis manos, no podía dejar gente como el seguir existiendo.
-Matty, Matty, Matty, por fin te muestras como eres, ¿ves? Te dije que eras mi hermano, tienes esa cara como la de nuestro padre, tú y yo nacimos así, porque negaste esta parte de ti tanto tiempo, así es como somos, así somos aceptados, lo sé porque lo repito en cada misa, nacemos impuros, pero soy el único que se acepta de esta manera… Tu y yo no pedimos nacer así, él nos trajo y después nos abandonó, no debemos estar solos ahora que somos realmente nosotros…
-¡Patrañas!
Lo golpee tan duro que sentí como se rompía mi mano, aun se retorcía y chillaba en el suelo tenía que callarlo lo patee y pise hasta que no escuche más que un débil respirar, odiaba todo de el y odiaba más que tratara de justificar su miseria.