Después de que Mark se fuera todo había concluido en un tenso silencio. Bianca ni siquiera había terminado su cena, sentía un nudo en el estómago.
Tuvieron que pasar tres días para que supieran de él, tiempo en el que la ira se había apoderado de ella.
Andrew y Amber estaban jugando en el patio mientras ella checaba los balances de la tienda en la terraza. El timbre sonó interrumpiéndola.
Cuando abrió se encontró a Mark en el porche, venía con un pants, claramente no había ido a la oficina, lo más seguro es que estuviera muy ocupado empacando.
— ¿Qué haces aquí?
—Vengo a hablar con mis hijos —esta vez no hubo sonrisa o su típico tono pícaro, solo palabras. Palabras planas.
—Suerte con eso, no pienso ayudarte —Bianca se apartó molesta pero antes de que se alejara Mark la detuvo.
—Tal vez podrías aprovechar para decirles lo de Liam, suerte con eso querida —Mark la rodeo y salió al patio, donde sus hijos corrieron al verlo, después de saludarlos Mark los llevó a la sala, mientras Bianca observaba desde el umbral de la entrada.
— ¿Qué sucede papá? —preguntó Andrew.
—Tengo una noticia, se que es muy repentino y tal vez no les guste —los dos niños ladearon la cabeza al mismo tiempo— bueno lo que sucede es que tengo que realizar un viaje —Mark suspiró, lo mejor sería que les soltara todo como era— tengo que irme por unos meses a China.
Los niños solo lo observaron.
—Por supuesto no será permanente, solo en lo que se establece el proyecto, pero yo estaré viniendo a verlos o ustedes podrían ir ¿les gustaría?.
— ¿Ir a china? —pregunto Amber y después miró a Andrew quien asintió— suena interesante.
Mark no pudo evitar sonreír.
—Yo vendré para su cumpleaños y cada que me necesiten, pueden ayudarme a empacar también.
Los mellizos corrieron a sentarse en su piernas, Mark aún no entendía cómo se acomodaban ya no estaban tan pequeños.
—Pero… vas a regresar ¿cierto? No nos vas a abandonar ¿verdad?
Mark sonrió y los abrazo.
—Por supuesto que no amor, jamás quiero volver a alejarme de ustedes, solo serán unos meses y volveré a por ustedes.
Los mellizos asintieron y lo abrazaron.
—Está bien papá, ¿Podemos ayudar a empacar?
Mark asintió.
—Claro, después de la boda de tu tía Jenna me ayudaran ¿vale?
Los dos asintieron y lo abrazaron, Mark suspiró aliviado, pensó que iban a reaccionar peor pero por suerte habían entendido que no era para siempre. Cuando se separaron Mark vio lágrimas en el rostro de Amber y en los ojos de Andrew.
—Tranquilos.
Una vez calmados se sentaron de nuevo y comenzaron a hablar entre ellos, como era su costumbre.
Bianca seguía en la entrada mirando todo, Mark se puso de pie para irse.
—Nos vemos el sábado Bianca.
La pelirroja se adentro a la sala.
— Niños, yo también necesito hablar con ustedes —los niños miraron a su madre. Esta vez Mark se quedó fuera de la sala, sin que Bianca y los niños lo vieran, estaba preocupado por la reacción de Amber, no pensaba dejar que la niña explotara contra su madre.
— ¿Qué es ma?
Bianca suspiro, no sabía cómo decirles.
—Niños, saben que su padre y yo estamos separados ¿Entienden lo que significa cierto? Así que es normal que papá y yo deseemos rehacer nuestra vida —Amber y Andrew se tensaron— se que están pequeños para entender esto, pero, era necesario para su padre y para mi, no había forma de que siguiéramos juntos, encontré a alguien que me hace feliz y lo quiero… yo… estoy con Liam niños, tal vez no lo entiendan pero... así como yo puedo estar con él, tal vez su padre encuentre alguien con quien estar y eso no está mal…
Bianca guardó silencio pues ya no sabía cómo continuar aquello, Andrew y Amber solo la miraban sin expresión alguna.
—Entonces ¿qué piensan de que Liam y yo... estemos juntos?
Mark se acercó para ver a la expresión de sus hijos. Andrew tenía el ceño fruncido, pero eso no le preocupo, Andrew era el más cerebral y calmado, pero Amber, a pesar de su edad, era impulsiva y filosa. Y la sonrisa que esbozo era glacial.
— ¿Nos estas preguntando que nos parece que seas novia de Liam, cuando papi acaba de decir que se va?
Bianca miró sorprendida a su hija. Pero antes de poder decir nada, Mark entró a la estancia.
—Amber Turner, te prohíbo hablarle de ese modo a tu madre.
— ¿Tú ya sabías? —preguntó la pelirroja.
—Sí lo sabía, de todos modos no voy a permitir que le hables así, sube a tu habitación ya hablare contigo.
Amber soltó un chillido indignado y se fue, con los rizos rebotando tras de ella. Andrew no dijo simplemente fue tras su hermana.
— ¿Ves lo que has hecho?
Mark frunció el ceño ante el cuestionamiento de Bianca.
— ¿Disculpa?
—Si — Bianca se levantó y lo miró furiosa— desde que te conocieron yo me he vuelto la mala, ellos creen que yo soy la que hace todo mal, cuando el que creo toda esta situación fuiste tú.
—No Bianca, yo no tengo nada que ver en como se sienten ellos con tus decisiones. Aún así no voy a dejar que Amber tome esa actitud y solo voy a decirte esto una vez, no vuelvas a decir que todo esto es lo mejor para mí, la única beneficiada eres tú. Nos vemos.
Mark se dio la vuelta y salió de la casa, donde los mellizos no salieron más que para comer.
Habían tratado de aparentar pero no les había gustado nada la noticia de su padre, sorprendentemente fue Amber quien consoló a Andrew y no al revés.
******
Faltaban unas horas para que su turno terminara, Liam había hablado con Bianca horas atrás, como se había imaginado los niños no se lo habían tomado muy bien.
Pero con la inminente partida de Mark, esperaba poder arreglar todo ese enredo y mejorar su relación con los niños, él los había visto crecer, en cierto modo también eran suyos. Esperaba que todo volviera a ser como era en Boise.