Los mellizos también habían notado las manos unidas de sus padres, pero solo habían sentido y continuaron con sus regalos.
Los mellizos también habían notado las manos unidas de sus padres, pero solo habían asentido y continuaron con sus regalos.
Todos trataban de actuar normal, pero estaban demasiado confundidos. Mientras los invitados y los niños disfrutaban la fiesta, el silencio se iba apoderando de cada uno de los familiares.
Varias horas después, cuando ya todos los invitados se habían retirado, Mark y Bianca reunieron a todos.
—¿Y bien? ¿Cuál es su regalo? —preguntó Amber.
—Bueno es algo muy especial, pero antes necesito que me digan ¿Son felices?
—Por supuesto que si mamá, además papi ya vive con nosotros así que eso nos hace muy felices ¿Tu también eres feliz? —le preguntó Andrew.
—Claro que si cielo, soy muy feliz —una pícara sonrisa se apoderó del rostro de Amber entes de preguntar.
—¿Con papi? —Bianca sabía que todos estaban escuchando.
—Si, soy muy feliz con papi, por eso hemos decidido que vamos a estar juntos, los cinco.
Los mellizos iban a sonreír, pero sus pequeñas frentes se arrugaron.
— ¡Mamá, pero somos cuatro!
—Bueno princesa, seremos cinco, pues tú mami va a tener un bebé —tanto Bianca como Mark ignoraron las exclamaciones tras ellos— van a tener un hermanito.
—Mamá ¿qué significa eso?
Mark sentía a Bianca tensarse a su lado por lo que él decidió explicarlo.
—Vengan aquí —hizo que los mellizos se sentaran en sus piernas. Todos los demás se alejaron, ya tendrían tiempo para platicar con ese par. Así que ocuparon el tiempo para ir recogiendo.
—Amber, Andrew su madre está embarazada, tendrán un hermanito y se convertirán en los hermanos mayores, van a cuidar de él o de ella, lo van a amar ¿Qué les parece?
Los dos hermanos se miraron y después a sus padres.
—Y tú ¿serás su papi? —pregunto Andrew, jamás esperaron esa pregunta, pero entendían por qué sus hijos lo hacían. Bianca se dio cuenta de lo catastrófico que hubiera sido, si esa respuesta hubiera sido “no".
—Por supuesto, yo soy su papá y seremos una familia ¿Les gusta la idea?
Esta vez los mellizos sonrieron, y corrieron a abrazar a sus padres. Bianca tenía los ojos llenos de lágrimas, por un momento pensó que sus hijos no lo tomarían bien, pero al verlos felices de nuevo, volvió a recuperar su estado de ánimo.
Sorpresivamente fue Bianca la que se aferró a Mark, él la recibió sin decir nada, sabía que aún estaba conmocionada, los últimos meses no habían sido los mejores para nadie.
Todos esperaron era un tema delicado.
— ¿Tú lo sabías? —Thomas se sorprendió de que Kate se acercará, hacia varios días que no se habían visto, no por gusto de él, claro.
— ¿Qué sabía exactamente?
Kate se quedó junto a él, viendo la oscuridad del jardín, jamás lo admitiría, pero lo extrañaba.
— ¿Qué Bianca estaba embarazada? ¿Lo sabe Liam?
Thomas la observó, como su lacio cabello caía cerca de sus hermosos ojos rasgados, su piel apiñonada. Evito seguir, estaba claro que ella nunca lo aceptaría.
— ¿Que te hace creer que lo sabía?
—Supuse que Liam debe saberlo y ustedes son muy amigos, además no te sorprendiste Tom.
El hombre sonrió, eso implicaba que lo observaba y eso era satisfactorio su ego herido.
******
Mark había llevado a Bianca a la cocina, estaba extrañamente tranquila y eso le preocupaba bastante. Emma fue la que acostó a los mellizos y a Leila, antes de reunirse con los demás.
— ¿De qué va todo esto? —Luke fue el primero en hablar— ¿Acaso es un pequeño juego entre ustedes?
Bianca miró a su hermano con el ceño fruncido.
—No es ningún juego —respondió Bianca— Mark y yo nos dimos cuenta. En realidad yo me di cuenta, de que solamente me estaba engañando a mi misma. Simplemente reprimí mis emociones, sé que Mark se equivocó, pero eso no hizo que mis sentimientos hacía él cambiarán. Él me lastimo, yo lo lastime, pero aún es parte de mi —lágrimas habían comenzado a llenar sus ojos— ¡Dios! ni siquiera se cuando me equivoque tanto, solo, solo… —cubrió su rostro con sus manos, mientras las lágrimas bajaban— solo siento tanto haber lastimado a Liam.
— ¡Oh Cielo! ¡Ven aquí! —Lucille fue la primera en acercarse y abrazarla. Todos sabían que su amor no había acabado, pero aún así los habían tomado por sorpresa— ¿Podrían dejarnos solos?
Todo mundo salió mientras Lucille tomaba asiento junto a Bianca y Mark se alejaba un poco recargándose en uno de los muebles.
—Cariño, no tienes que explicarnos nada, mucho menos justificarte, en la vida hay momentos en los que se debe elegir aunque eso nos pueda desgarrar el alma. Hace muchos años tú elegiste, a ese bebé, porque mi hijo te lastimo, sacrificaste tu vida y te aventuraste sola, ahora vuelves a elegir a ese hermoso bebé, pero cielo, por un minuto quiero que pienses en ti —Bianca la miró confundida— Nunca nadie de nosotros va a juzgarte, yo sería la primera en saltar de felicidad si ustedes regresaran, pero Bianca ¿Realmente quieres esto? ¿Has superado todo?
Mark miró a su madre, no se sorprendía esas mismas preguntas llenaban su mente desde que Bianca le había dado la noticia.
—Lucille yo, no hago esto por el bebé, todos estos años me enseñaron lo capaz que soy, me ayudaron a darme cuenta de que sí yo lo quiero puedo estar sin un hombre, que soy lo suficientemente fuerte para cuidar de mis hijos, pero por un minuto creí que lo perdería y yo soy lo suficientemente egoísta como para dejarlo ir de nuevo, nunca tendremos lo que soñamos si no aprendemos a superar todo. Antes de saber del bebé ya había tomado mi decisión.
Ni Mark ni Lucille dijeron nada, la segunda sonrió y acercándose a ella le dio un beso en la frente y la abrazo. Todos los demás entraron emocionados por la futura mamá.
— ¿Te imaginas que tuvieran otros mellizos? —dijo Parker.
—Sería perfecto ver a Mark como loco.
Bianca se rio —a ella también le encantaría verlo.
—Pues no, será solo un bebé, pero lloro mucho en el ultrasonido.
Luke, Parker y Lucas se carcajearon. Mark estaba hablando con su padre y ahora suegro. Bianca se dio cuenta de la sonrisa triste de Parker, le dolía ver a su amigo así, por eso lo abrazo.
Jenna y Parker tendrían a su pequeño bebé, sabía que lo lograrían, la vida no podía ser tan injusta.
—Mark no llorara por dos bebés, pero hay posibilidad de que alguien más sí lo haga —todos voltearon de golpe a ver a Jenna. Bianca recordaba verla visto salir y ahora venía entrando con sus preciosos ojos azules llenos de lágrimas— ¡Estoy embarazada!
La rubia le entregó una prueba de embarazo a un muy estupefacto Parker. Todos empezaron a festejar hasta que Lucille literal se desvaneció. Ahora todos gritaban alrededor de ella.
— ¡Callense! —todos miró a Thomas— Peter lleva a tu esposa a la sala. Los demás al comedor ¡Ya!
Extrañamente todos le hicieron caso y en fila llegaron al comedor, donde las mujeres fueron obligadas a sentarse.
— ¿Qué sucede Thomas? —preguntó Emma.
— ¿En serio? Ustedes mujeres tiene tan poco tacto, Lucille se acaba de enterar de que tendrá dos o tres posibles nietos nuevos de golpe. ¿Acaso están tomando algo para la fertilidad? —pregunto mirando a las chicas— ¿O son ustedes? Jane, tendrá en unos meses, Bianca y Jenna panzonas ¿Quien sigue? ¿Emma, Kate, Miranda?
—Vete a la mierda Sullivan.
Todos comenzaron a reír del ataque de Thomas, pero tenía razón nadie había tenido consideración dando las noticias.
Pero estaban felices mientras más niños mejor, comenzando con Andrew y Amber, Leila, el bebé de Jane, el bebé de Bianca y los posibles bebés de Jenna. La familia pronto estaría llena de pañales y biberones. Así como hombres muertos.
Esa noche no terminó temprano, todos tenían mucho que celebrar.