La Esperanza entre el Cielo y el Mar.

9 de Abril. ¿?:¿? La Frontera. Korewa Tokyojanai.

- Creí que cruzar la Frontera sería algo como, imposible para las Plagas. - Dijo Zaniah, intentando mantener el tono de voz bajo.

- Para Plagas novicias como ustedes, sí lo es. - Respondió la Maestra Kairi. - Pero, para alguien que tiene buen conocimiento de puntos ciegos y un par de contactos, no hay mucho de lo que preocuparse. - "Suena a un método parecido al que usó Charles para escondernos en Pequeña Bretaña. Realmente no se puede subestimar a esta chica después de todo". - Digamos que estamos tomando la ruta por donde se le entregan suministros al Monje, así que, no hay mucha seguridad o su existencia saldría a la luz. -

El bosque es increíblemente denso y profundo, la tierra sigue húmeda tras la nieve del otro día, y el sol ya está a punto de ocultarse.
Pero, y afortunadamente, a lo lejos, atravesando la densidad del bosque, e iluminando la oscuridad que estaba a punto de rodearnos, Korewa Tokyojanai se asmona a la distancia, con distintivas luces de neón que se intercalan entre rojos y amarillos.
El bosque finalmente llega a su fin. Pero no hay oportunidad para bajar la guardia.
Nos adentramos en los suburbios con cautela.
Las casas al rededor son, ciertamente, parecidos a las casas de la Asia que existió antes del Terremoto que dividió al mundo, pero, aún así, parecen tener un cierto toque moderno que las hace ver cómodas. 
"Me pregunto si, después de tanto tiempo, los ciudadanos de Pequeña Bretaña pudieron establecerse aquí... Parece un buen lugar en el que vivir".

- Andando, Markus. - Dijo Andrew, tomándome del hombro. - No hay tiempo para quedarse embobado o te dejaremos atrás. -

- Ya voy, ya voy. Sólo estaba pensando en... - Intenté responder.

- Seguro están bien. Ellos no son nuestra prioridad ahora mismo. - "Ya veo, así que Andrew pensaba en lo mismo que yo...".

Después de todo, llegamos a la playa tras el anochecer, pero aún no es media noche, pues la luna acaba de asomarse por completo.
Las olas del mar chocan contra la arena sin cesar, pero dan un cierto sentimiento de relajación. Realmente el agua es azul como decían, a diferencia de Pequeña Bretaña, que por la contaminación era verdosa... "Habrá que encargarse de eso más tarde".
La Maestra Kairi empieza a remover la arena, parece estar buscando algo.
Al cabo de unos minutos, encuentra lo que buscaba, unas llaves.

- Menos mal seguían aquí... - Dijo entre risas. "¿Guarda sus llaves en la arena...?". - Bien, a zarpar. -

Nos movemos hasta las rocas que marcan el límite de la playa. Usando [Kraken], de entre las rocas, la Maestra consigue un bote de madera, uno que parece haber sido usado para pescar, lo digo por el olor.

- Maestra, ¿a dónde vamos? - Pregunté, mientras me tapaba la nariz para subir al bote.

- Esta ciudad es una de las más vigiladas por el OAP, - Dijo, haciéndome entrega de uno de los remos, mientras se acomodaba en la tabla de madera delantera. - por eso, es obvio que no nos quedaremos exactamente aquí. Unos kilómetros más adentro del mar, al norte de aquí, existe una pequeña zona que, digamos, no está reconocido como territorio por Tokyo o Egipto. -

- En pocas palabras, - Dijo Andrew, reflexionando las palabras de Kairi. - un lugar donde, incluso si nos encuentran, no podrán apresarnos. -

- Aunque eso no significa que no puedan hacerlo. - Añadió Zaniah, que empieza a rascar la punta de sus dedos nerviosamente.

- Teniendo en cuenta con quiénes estás, no creo que eso llegue muy lejos. - Respondí a Zaniah para calmarla. - Ya no volverás a estar sola. -

- Oh... jaja, claro. - Dijo, con una risa melancólica sin hacer contacto visual. - Ya no estoy sola... - Mira fijamente sus manos, con las cuáles usa su Poder.

- ¿Van a empezar o no? - Interrumpió la Maestra Kairi, cambiando el tema repentinamente.

- ¿Empezar qué? - Pregunté.

- A besarse, claro. ¿¡Es que ni siquiera sabes cómo funciona un remo!? ¡Vamos, o no llegaremos antes del amanecer! -

Entre Andrew, Zaniah, y yo, empezamos a tomar turnos para remar, cosa que se volvió agotadora al pasar las horas .
Y hablando de horas, la madrugada se ha vuelto una eternidad.
Al final, llevo tiempo de más remando, no me agrada la idea de despertar a Andrew, que tiene muy mal humor, ni despertar a Zaniah, que no ha podido descansar ni un sólo momento.
"Además, ciertamente... la Maestra es un poco linda mientras duerme... ¿Realmente alguien con esa actitud tiene casi la misma edad de Marie?"

- Deja de mirarme, eres aterrador. -

- Ah, lo siento, no pensé que estarías despierta. - Respondí.

- Por supuesto que lo estoy. Alguien tiene que cuidar a mocosos como ustedes. - "Por ese tono somnoliento, puedo notar que despertó por causalidad e intenta ocultarlo". Ella observa al rededor. Como es lógico, sólo hay agua. Dirige su mirada al cielo. Parece sentrarse en una de las constelaciones. - Ya casi llegamos. - Dijo, aún somnolienta.

- Es bueno saberlo. - "Creo que esta es una buena oportunidad para preguntarle sobre eso... Los demás están durmiendo, podría ser mi única oportunidad". - Oye, me preguntaba... -

- No tienes nada que preguntarme, plancton. - Interrumpió enfadada. - Ya sabes lo que tienes saber. No te esfuerces de más. Esa es tu mayor debilidad. Pierdes el tiempo haciendo cosas innecesarias. -

- Sólo quiero saber algo que no me encJa del todo... - Insistí.

- Agh, no puedes quitarte algo de la cabeza hasta que lo tienes en frente, ¿eh? Bah, escupelo, plancton. -

- ¿Por qué Alphonse te permite ser la Líder de los Ragnarok? Digo, sí, eres muy talentosa en batalla, por eso mismo estamos juntos ahora, pero tu actitud no es precisamente ideal: No sigues órdenes, huyes a un lugar como éste cuando te da la gana, y tu comportamiento no es responsable. - Pienso un momento mis palabras. - Quiero ser un buen líder. Alphonse debe ver algo en ti. Quiero aprender de eso. -