LAURA
Cuando llegamos a casa de Jake le damos las buenas noches a Tamara y le informamos que la loca de mi madre quiere conocerla. Se ha emocionado mucho cuando Jake le ha dicho que la quiere conocer porque ha dicho que es como su madre.
-¿Me vas a decir donde iremos mañana?- pregunto cuando cierra la puerta de su habitación.
-No.
-Venga- insisto girándome y haciendo un puchero mientras me acerco a él.
-No te lo voy a decir- dice divertido y me acerco más hasta quedarme a centímetro de su cara.
-Porfiii- suplico haciendo un puchero más grande.
-Lo siento princesa, es una sorpresa- contesta y me da un beso en la nariz para después caminar hacia el baño.
-Está bien- me rindo bufando haciendo que se ría. Cojo mi mochila y saco todo para que no se arrugue mucho. Mierda, el pijama- Jake- lo llamo y este sale del baño sin camiseta y lavándose los dientes. Me hace un gesto con la cabeza para que siga- Me he dejado el pijama- comento un poco avergonzada por mi despiste.
Se mete en el baño riéndose mientras niega con la cabeza, escupe la pasa de dientes y sale otra vez.
-Ahora te dejo una camiseta- me dice y asiento mordiéndome el labio.
Saco el mini neceser donde está lo básico: un cepillo de dientes, mi colonia, desodorante y un cepillo para el pelo. Entro en el baño y me coloco delante de Jake porque si no, no me veo en el espejo. Pongo pasta de dientes sobre el cepillo y me lavo los dientas mientras Jake me mira. Elevo una ceja a la vez que me quedo quieta y él se ríe para después darme un beso en la mejilla y salir del baño. Cuando acabado salgo dejando ahí el neceser.
-Toma- me dice Jake dándome una camiseta negra. Definitivamente este hombre tiene muy poca variedad en su armario.
-Gracias.
Me cambio y me pongo su camiseta que me llega por mitad de muslo. Dejo mi ropa sobre un sillón que tiene en una esquina y me meto en la cama al lado de Jake. Nos acurrucamos y acaricio su pecho.
JAKE
Estamos ya en mi casa, en la cama. La verdad es que nunca había estado tan nervioso, ni si quiera cuando jugué mi primer partido con el equipo del instituto. Creo que la cena ha salido bien y que les he caído bien, pero no puedo estar seguro.
Laura se ha quedado a dormir porque mañana la llevaré al PortAventura, aunque es una sorpresa. Quiero ir pronto para aprovechar el día. Me ha estado preguntando donde la voy a llevar toda la semana, es muy pesada cuando quiere.
-La cena ha ido muy bien- comenta sacándome de mis pensamientos.
-¿Les he caído bien?
-Yo creo que sí, pero mi madre es muy sobreprotectora- me explica y lo entiendo, es su hija.
-Mis hijas no tendrán novio hasta los 30- digo firme y Laura se ríe- No es broma, ningún chico se les acercará- digo- Todos somos imbéciles.
-Ahí tienes razón- contesta entre risas- Ahora cállate y vamos a dormir. Estoy deseando saber a dónde iremos mañana- comenta llena de ilusión como una niña pequeña, lo que hace que me llene de ternura- Buenas noches príncipe azul.
-Buenas noches princesa- respondo y dejo un beso tierno en sus labios para después apagar la luz de la mesita y dejar un beso en su frente.
Llevo una hora intentando dormir y no lo consigo. Decido levantarme con cuidado de no despertar a Laura que duerme plácidamente, y me siento en mi escritorio después de ponerme un pantalón corto deportivo. Enciendo la luz del escritorio y cojo una lámina que tengo a mitad.
Hace una semana acepté lo que el profesor de dibujo técnico me dijo sobre mis dibujos. Por eso algunos recreos me quedo en clase con él y le enseño algunos bocetos para que me diga cómo seguir. Hoy le enseñé un dibujo que lo saque de una foto de Laura y mía. Se lo quiero regalar por nuestro primer mes dentro de una semana, pero me faltan algunos retoques.
-No…- escucho que murmura Laura, así que me levanto y voy hacía ella. Está moviéndose y sudando. Debe de ser una de sus pesadillas, las veces que hemos dormido juntos las ha tenido casi todas las veces. Pero ha dado la casualidad que siempre que las tenía no estaba con ella en la cama y siempre estaba despierto.
Decido despertarla así que empiezo a moverla mientras la llamo y se despierta de golpe.
-Princesa…- susurro mientras la abrazo.
-Mi abuela- contesta y no lo entiendo- Mi abuela murió en un accidente de coche y yo estaba con ella- dice y me separo un poco- Iba conduciendo mientras cantábamos la canción “Bailando por ahí” cuando un camión se cruzó en nuestro camino y… y todo sucedió muy rápido- comenta y empieza a llorar así que la vuelvo a abrazar sin saber qué decir. Debe de ser muy duro- A mí me tuvieron que poner una barra de metal en el fémur izquierdo y ella… ella murió. Lo único que me queda de ella es el collar.
Por eso cuando paso lo de la cantina se fue así, cuando escucho la canción en casa de mi prima y tuvo que salir… Yo no podría haber pasado por eso, no lo hubiera superado.
-Desde entonces no me subo a vehículos que los conduce alguien que no sea mi madre, Jordi o pocas madres de mis amigas de Galicia- me explica y mi corazón se rompe más cada vez que solloza.
Me recuesto en la cama sin soltarla intentando tranquilizarla.
-El miércoles de la semana que viene se cumplen 9 años desde el accidente- susurra- Por eso estoy teniendo tantas paseadillas y voy tanto al gimnasio. Sé jugar a tantos deportes por ella- comenta nostálgica- Le encantaba venir a verme jugar, así que cuando murió me prometí que acabaría jugando lo mejor posible para que estuviera orgullosa.
-Princesa… lo siento- consigo articular y me mira con sus ojos llorosos haciendo que lo que quedaba de mi corazón se rompa al verla así y no poder hacer nada.
-Prométeme que siempre tendrás cuidado con la moto- me dice.
-Te lo prometo- contesto y le doy un beso en la frente.