La Princesa de las Sombras

-La madre de Megara-

Draco y yo comenzamos a adentrarnos en el bosque con el fin de que nadie nos molestara.

Caminamos por al menos 30 minutos.

 

-Aquí está bien. - Dijo Draco sentándose en un tronco caído.

 

Yo me recargue en un árbol y mire fijamente a Draco esperando a que comenzara a hablar.

 

-Todo esto comenzó hace más de mil años, cuando mis padres aun eran mortales.

Se casaron por tratos familiares, pero llego un punto en el que realmente se enamoraron… eran la pareja perfecta… hasta que un día, mi madre enferma gravemente. Mi padre la llevo con cientos de médicos, pero ninguno lograba sanarla. Cada día que pasaba, la salud de mi madre se deterioraba y la fortuna de mi padre disminuía.

Ya al borde de la locura mi padre comenzó a ver brujos que le prometían la vida eterna de su esposa a cambio de unas cuantas monedas, mi padre se quedó en la calle por pagarle a esos charlatanes.- Relato Draco cerrando con fuerza los puños.- Hasta que un día…

 

*Flash back*

 

Vladimir, ya con las esperanzas casi destrozadas, la ropa sucia y el rostro cansado, salió de un bar.

Aunque el había entrado con el fin de embriagarse y olvidar su terrible realidad por al menos un par de minutos, pero no lo logro.

Salió del bar completamente sobrio.

Vencido por sus problemas, se tiro a fuera del bar y comenzó a llorar, cuando de la nada, vio unos zapatos que se detuvieron justo frente a él.

Al alzar la mirada noto que era un señor muy rico.

 

- ¿Todo bien, amigo? - Pregunto el señor poniéndose a la altura de Vladimir.

 

Vladimir, desesperado, comenzó a contarle sus problemas al extraño con la esperanza de que pudiese ayudarlo.

 

- ¿Quieres salvar a tu esposa? - Pregunto el señor.

-Si...- Respondió Vladimir con desesperación.

- ¿Qué serias capaz de dar a cambio? - Pregunto nuevamente.

-Mi vida. - Respondió Vladimir mirando con esperanza al hombre.

El hombre miro fijamente a Vladimir. - Interesante…- Dijo mientras se reincorporaba. - Sígueme.

 

Vladimir se levantó sin titubear y siguió al poderoso e imponente hombre.

Poco a poco comenzaron a alejarse de la gente, hasta que llegaron a un punto en el que no había persona alguna.

De la nada, el señor se detuvo.

 

-Yo puedo ofrecerte la vida eterna, a ti, y a tu esposa. - Dijo el señor mientras miraba fijamente a Vladimir.

-Le daré el dinero que usted pida, pero por favor salva a mi mujer. - Suplico mi padre mientras derramaba un par de lágrimas.

-No quiero nada monetario a cambio. - Respondió el hombre un tanto ofendido. - Solo quiero que tengas en cuenta… que una vez que iniciemos con esto, no habrá vuelta atrás.

-Haz lo que sea necesario, por favor. - Respondió Vladimir.

-Eso quería escuchar…- Respondió el hombre con un tono más ronco.

 

El señor se lanzo con fuerza al cuello de Vladimir.

Le enterró un par de colmillos y comenzó a succionar su sangre hasta dejar solo una gota.

El hombre saco una de sus garras, coloco esa ultima gota en su mano y se la dio de beber a Vladimir.

Con esa sola gota, Vladimir logro recuperar el aliento.

El señor comenzó a cortarle el pecho con esa misma garra.

 

- ¡Ahg! - Grito Vladimir con dolor.

-Basta de lloriqueos.

-Por favor detente- Suplico Vladimir.

-Si lo hago morirás y tu esposa también, así que cállate, me distraes.

 

Vladimir intento ver lo que le estaba cortando en el pecho, pero no podía.

 

-Nimm den menschlichen atem und gib mir unsterbliches Blit, verschlinge die seele und gib mir Finsternis.  Nimm den menschlichen atem und gib mir unsterbliches Blit, verschlinge die seele und gib mir Finsternis. - Repetía el hombre constantemente en un tono de voz bajo.

 

Y de la nada… él se detuvo.

 

- ¿Eso es todo? - Pregunto Vladimir con la voz temblorosa.

-Es el principio. - Respondió el señor mientras sonreía, dejando ver sus enormes colmillos.

 

Con rapidez, el misterioso hombre atravesó el pecho y el corazón de Vladimir con la misma garra con la que hizo todo.

Vladimir comenzó a retorcerse en el suelo.

 

Y con su último aliento, miro al hombre. - ¿P…por qué…? - Pregunto Vladimir tartamudeando.

-Ese es el precio. - Respondió el hombre mirando fijamente a Vladimir.

 

Vladimir dio su último suspiro y murió.



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En el texto hay: vampiros, amor, mistero

Editado: 14.04.2019

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