Reino de Arthegón
19 de Diciembre de 1945
Desperté, la noche anterior no había dormido mucho, pero aquello no era novedad para mi. Retomamos el camino luego de terminar de recoger el mini campamento que habíamos colocado ayer. Dos horas después habíamos salido del bosque, entramos a un paisaje de verdes campos, habían árboles pero no eran pinos cómo los del bosque, eran cedros, de gruesos troncos, de copa extensa, en el césped habían infinidad de flores silvestres, arbustos de infinidad de tamaños, los animales se escondían cuando pasábamos caminando, había podido ver unas cuantas ardillas, conejos y venados. mi mirada se dirigió a mi hermano, el miraba al igual que yo todo aquello, una sonrisa triste se posó en mis labios, por lo menos estaba disfrutando el viaje accidental. Mi mente recalcó algo importante, mis ojos se abrieron como platos ¡Jorge no sabía de la magia! sí algo mágico sucediera el quedaría sorprendido y me odiara más por no haberle dicho nada al respecto. ¿Cómo podría decirle? no tenía la mayor idea de cómo hacerlo. mi boca se abrió para decir algo, pero mi garganta no tuvo tiempo de evocar palabras ya que un sonido desgarrador rompió el silencio, el capitán volteo a verme y yo a él. Sin decir una sola palabra corrimos hacia donde provenía el sonido, al llegar puede ver a un ciervo pequeño preso de una trampa de cazadores, yo jamás había estado de acuerdo con esas cosas, aquello era cruel e inhumano a mi parecer.
-. Pobre animal .- dice mi hermano con tristeza.
-. Debemos ayudarlo .- digo, el joven me mira.
-. No creo que debamos hacerlo .- dice el y yo frunci mi ceño.
-. ¿Por qué no? sí usted estuviera en su lugar desearías ayuda pero con o sin su ayuda ¡Yo sí le ayudaré! .- digo y me alejo de el.
El ciervo está asustado y no deja de lanzar quejidos de dolor, me acerco a el con cuidado de no hacer movimientos bruscos, el pobre animal está aterrado cuando me acerco a el, seguramente piensa que lo mataré, me partió el alma aquello y mi mente lo comparo con el capitán, quien tenía la misma mirada de horror cuando intentaba acercarme. Mi mano con sumo cuidado de posó en su cabeza, el animal se movió incomodo y aterrado cuando le toque.
-. No voy a lastimarte .- digo con voz suave, mi mirada se dirige a sus ojos aterrados y el deja de temer, acaricio su cabeza con lentitud y el mueve su cabeza de un lado a otro para sentir más mi caricia, el joven capitán mira la escena con asombro, seguramente por la facilidad con la que el animal confío en mi. El se acerca con cuidado a mi, se pone a la altura de la pierna del ciervo y con rapidez abre la trampa, con mis manos ayudo al animal a salir de aquella trampa, el filo le había lastimado un poco la pata, el animal cae al suelo y emite un sonido de dolor. Yo me acercó rápidamente hacia donde está el animal, sin pensarlo dos veces rompí las dos manga de mi vestido, tome la pata del animal y con ayuda de las vendas apreté su herida para que no sangrara más. Apreté el vendaje y le dejé descansar mientras acariciaba su cabeza.
-. Alejate de nuestra cena .- escuchó dos voces gruesas y furiosas. Mi hermano se aleja al ver a las criaturas, yo me levanto para ver a dos seres altos y fornidos, su piel era gricesca, sus cabellos negros, uno tenía los ojos azules y el otro los ojos verdes. Debí tener miedo, ellos a simple vista eran más fuertes que todos nosotros juntos pero lo que emergió de mi ser fue una gran indignación y enojo, me acerque a ellos hasta quedar frente a frente.
-. ¿Qué hace? ellos son ogros y no son agradables .- dice el un susurro intentando alejar,e pero yo sé solté de su agarre.
-. Así que ¡Ustedes pusieron la trampa! .- digo con enojo y uno de ellos levanta una ceja con diversión, el otro le mira confundido.
-. ¿Nosotros la pusimos? .- pregunta el de ojos verdes rascando su cabeza. El de ojos azules le mira con irritación y le da un golpe en la cabeza.
-. Nosotros pusimos la trampa ¿Tienes algún problema pequeñita? .- me dice divertido, el era casi el doble de alto que yo pero no estaba ni un poco intimidada por ello.
-. ¡Son unos inconscientes! Lo que hicieron es cruel .- les digo, el de ojos verdes se entretuvo con una mariposa que se posó en su mano, el de ojos azules bajo para quedar a mi altura.
-. Tienes mucho coraje en ese cuerpecito pequeño .- dice y toca mi cabeza con diversión, con un movimiento de su mano deja sentado mi cuerpo y se abre paso hacia el animal, el capitán me da una mano y antes de que pueda llegar a tomarlo me interpongo en su camino.
-. No lo hagas .- le digo y el me mira con el ceño fruncido.
-. Será mejor que te apartes del camino si no quieres cambiar lugar con el .- dice señalando al animal.
-. ¡Solo míralo por unos segundos! .- le pido y el dirige su mirada hacia el pobre animal que temblaba y le miraba con miedo -. Esta aterrado, está lastimado y es un indefenso .- le digo y él me mira.