Briseida caminaba de la mano con su querida hermana Luana, ambas estaban en los jardines de la reina, el lugar que más le gustaba a Luana. Sinceramente a la reina Briseida le daban igual aquellos jardines, pero parecía que su hermana se relajaba en aquel sitio y más porque era un lugar que no visitaban los demás de la corte, claro a menos que te invitara la reina.
–Me alegra que les hayas callado la boca a todos– comentaba Briseida quien se detuvo a oler una rosa roja– Ya es tiempo que muestres tu verdadera yo.
Luana quiso girar los ojos, pero no lo hizo por educación.
–Siempre he sido yo, Briseida. –Luana continúo caminando dejando atrás a Briseida, quien no dudo en seguirla– No entiendo, la abuela y tu me han dicho lo mismo, pero no he cambiado.
Su hermana le sonrió como si fuera una niña y no entendiera absolutamente nada de la vida, aquello no le gusto a Luana ni un segundo. Ella ya no era una niña y mucho menos una adolescente, era una adulta y además una reina.
–Te has vuelto más sumisa– respondió Briseida– Somos insistentes porque tú no eres así, nos preocupas mucho.
–Yo no soy…
–Lo eres– afirmo una vez más su hermana– Analízate cuando estas con Jasper, dejas que él tome las decisiones importantes, te encojes cuando estas en una sala con él y cuando no estás de acuerdo con sus ideas, te quedas callada.
–Él me ha ayudado mucho, Bri.
–Y lo agradezco, pero tú serás la reina de Aldruan, tu tendrás más poder que él y lo que menos quiero es que te manipule en la toma de decisiones de tu pueblo. Recuérdalo Lu, en Aldruan somos desconfiados y si ven que estas flageando terminaremos como los demás de nuestra familia.
Luana junto sus manos y comenzó a frotarlas entre sí, tal vez su hermana tuviera razón, pero su esposo siempre ha afirmado que son un equipo, se lo había dicho cuando comenzaron su matrimonio, pero entonces ¿Por qué siempre la excluía de las decisiones importantes de Roznok? O en su defecto ¿Por qué ella nunca estaba en las reuniones del consejo?
¿Acaso ella no tenía ningún poder? Básicamente su única obligación era inaugurar hospitales, visitar orfanatos, sonreír y lucir bonita en eventos. Vaya pareciera que era un jarrón.
–Pero John tampoco te incluye…
–John sabe que odio los temas de Estado, además a mí me gusta manejar la situación en las sombras, pero tú eres diferente, eres más inteligente, conoces Aldruan a la perfección, obtuviste la educación de un heredero por capricho de padre así que aprovecha ese conocimiento y no nos decepciones.
Las reinas continuaron caminando en silencio hasta que su hermano Alex llego a interrumpirlas.
–Las necesito ahora– dijo con urgencia.
El trio entro a las instalaciones del palacio y Alex las dirigió hasta el saloncito de la reina, lo cual le extraño en sobremanera a Luana. Y se sobresaltó más cuando vio que en su saloncito rosa se exponía un gran mapa, un mapa de guerra.
De hecho, ahí ya se encontraba el profesor Fayol y Aron; ambos estaban analizando y moviendo figuras.
–¿qué sucede aquí? – inquirió Luana.
–Buenos días, cuñada– saludo Aron con una sonrisa jovial– Podemos decir que estamos planeando una conspiración.
–¡¿Cómo?! – exclamaron ambas hermanas, a lo que Alexander rio.
–Lo siento, Lu, pero no confió en el plan de guerra de Jasper así que debemos hacer un plan B.
–El plan debe quedarse en familia– aclaró Aron viendo a ambas mujeres– Nada de John o Jasper.
–Me encantan las conspiraciones– dijo Briseida dando saltitos hacia el mapa.
–sin comentarios– murmuro Luana.
Todos los presentes rodearon el mapa donde se podía ver el reino de Aldruan, Raisen, Borgoña y Roznok.
–Esto se debe quedar entre nosotros– explico Alexander hacia los demás– No vamos a traicionar a Jasper, pero prefiero que nadie más que nosotros sepamos de esto.
A Luana no le pareció la idea de ocultarle cosas a Jasper.
–¿Acaso Jasper no es de confianza? – refuto Luana.
–No es eso, Lu. Es solo que no confió en el consejo, esos hombres les interesa más sus intereses propios así que entre menos sepan mejor. ¿alguna otra duda? – nadie hablo en el salón por lo que Alexander continuo– Bien, por lo poco que pude ver, Jasper no tendrá suficientes hombres para la invasión y esta demás decir que va con los ojos cerrados.
–Todas las campañas de Jasper han sido fáciles y tememos que piense lo mismo de Aldruan– dijo Aron. –No sabe con qué armas cuentan, ni con cuantos hombres. Si bien Aldruan es tierra de nadie, si hay una invasión todos se podrán manos a la obra, como ocurrió hace unos años.
–Debemos mandar espías– dijo Luana– O en su defecto conseguir un espía que tenga acceso al ejército.
–Es una buena idea– dijo Briseida– ¿seguimos teniendo aliados?
–Profesor usted fue el último en salir de Aldruan ¿sabrá algo de los aliados o aristócratas que sobrevivieron?
#21860 en Otros
#1579 en Novela histórica
#34136 en Novela romántica
familia hija muerte, monarquia e intriga, guerra venganza amor
Editado: 08.11.2021