La princesita del Ceo

Capítulo 9: Otra oportunidad

Elena:

Sentí que tocaron a la puerta mientras armaba un rompecabezas con Ángela. Abrí y allí estaba Eric.

—Podemos hablar—pronunció en voz suave.

—Estoy ocupada...

—Te quiero a ti y a Ángela. Sé que me equivoqué, pero todos cometemos errores, ¿nunca te has equivocado? —expuso y me crucé de brazos.

—Hablaremos luego—exclamé.

—Hija ve y habla con Eric, yo cuidaré de Ángela.—intervino mi madre.

—Iré por mi suéter —dije caminando hacia la cama y mi mamá se acercó.

—Es un buen chico y te ama, todos cometemos errores. Se equivocó como cualquiera—. Susurró mi madre.

—Trató mal a mi hija en público—exclamé.

—Habló sin pensar—lo defendió—ve y escúchalo y no actúes por impulso. Tienes una hija ¿crees que cualquier hombre haría lo que ha hecho Eric por ustedes? —Suspiré y salí.

—Vayamos a la habitación—propuso y lo srguí hasta la habitación en donde nos quedábamos nosotros,en la que estaba era la habitación donde dormía mi madre con mi pequeña. Cuando entré estaba todo lleno de rosas, incluso la cama estaba llena de pétalos de rosas.

—Te lo dejé claro desde un principio. Lo primero en mi vida es mi hija. Es verdad, me tratas bien y eres detallista, pero no te esfuerzas por ganarte el cariño de Ángela…

—No es cierto Elena—me interrumpió—te amo, pero también quiero a Ángela y sí he tratado de ganarme su cariño, salgo con las dos, le doy regalos, intento jugar con ella, pero no me quiere cerca. Está empecinada en encontrar a su padre.

—Es lo normal, todo el mundo quiere tener un padre.—exclamé.

—Y si es lo normal por qué no acabas de decir quién es su padre y acabas con todo esto. Siempre mintiendo y ocultando la verdad. Poniéndome a competir con un fantasma y haciendo que esa niña sobre idealice a ese supuesto padre que solo existe en su imaginación. Porque si fuera tan perfecto estuviera ahí, al lado de su hija apoyándola —reclamó y en parte me sentí culpable. Fui una egoísta ocultándole la verdad a mi hija todos estos años solo para protegerla del rechazo que pensé que podría hacerle su padre. Tenía tanto miedo de que si le contaba la verdad a Aarón de igual forma no se hiciera cargo o que se quedara conmigo sintiéndose obligado y no por amor que preferí ocultarlo y ahora mi hija estaba sufriendo las consecuencias de mis actos.

—Eso no te da derecho a decir que su padre es un desgraciado frente a ella... —reclamé.

—Lo sé, me equivoqué—sujetó mis hombros con cariño—Dame solo una oportunidad y prometo que me ganaré el corazón de tu hija. Si ella y tú me lo permiten hasta le doy mi apellido. Te amo Elena, te amo de verdad y lo único que quiero es que seas feliz. Pero a veces siento que siempre estoy compitiendo con el padre de Ángela, a veces pienso que tú aún no superas a ese hombre.

—El padre de Ángela murió para mí.

—Me das otra oportunidad, por favor, he estado muy ocupado en el trabajo, estresado, me preocupa nuestra relación, la salud de mi madre que es mala, tengo miles de problemas y ustedes no tienen la culpa, pero a veces me dejo llevar y hablo sin pensar. —agregó tomando mis manos.

—Está bien, pero que no vuelva a ocurrir o nuestra relación acabará—dije y él se acercó y tomó mi rostro entre sus manos y me besó. Eric era un hombre cariñoso y detallista. Muchas veces enfrente de mí había intentado acercarse a mi hija, pero ella no se lo permitía, solo quería encontrar a su padre y es por eso que no estaba de acuerdo con nuestra relación. Además, siempre habíamos sido solo ella y yo, y Eric era la primera pareja que tenía desde que mi pequeña nació.

—No ocurrirá más, prometo que me ganaré el cariño de Ángela por mucho trabajo que me cueste.

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Aarón:

Mi teléfono sonó y tomé la llamada inmediatamente al ver que se trataba de mi hermana, Avá aún seguía casada con el desgraciado de Baruch, su matrimonio con ese hombre fue un duro golpe para mi padre que lo repudiaba totalmente y nunca llegó a saber la verdad. Cuando pasó el año acordado yo me divorcié de su hija, para ese entonces ya había salido de la quiebra gracias a mi ayuda. Sin embargo, mi hermana, aunque perdió el embarazo que fue la razón principal por la que decía casarse con ese tipo, continuó casada con él, por más que insistí y reclamé, no se divorció. Un día rumores llegaron a mí de que su esposo la golpeaba, cuando llegué a la mansión de Baruch le vi algunos moretones en el rostro y en el brazo a mi hermana y le fui arriba a ese imbécil, le di la golpiza de su vida mientras mi hermana aprovechó y llamó a la policía y quedé detenido por invadir una propiedad privada y amenaza de muerte, tuve que mover mucho dinero para quedar ileso y entonces hablé seriamente con Avá, dándole una oportunidad para irse conmigo o juré no intervenir nunca más en su relación. Ella me dijo que lo amaba y que nunca por nada en el mundo lo dejaría que era feliz a su lado. A pesar de todo, era mi hermana y fuera cuando fuera que me dijera que quería dejar a ese bastardo yo iría a buscarla. Aunque la verdad con todas sus malas acciones ya había perdido toda la confianza que tenía en ella. Era la única familia cercana que tenía, en el momento en que me necesitara la ayudaría pero ya me había decepcionado bastante.

—Avá—pronuncié.

—Qué tal tus vacaciones hermanito. En todas las noticias están hablando sobre tu nuevo hotel. —agregó.

—Todo bien hasta el momento y tú, ¿cómo estás?

—Bien, pero necesito tu ayuda—respondió.

—¿Dónde estás? ¿Te hizo algo ese desgraciado?

—No hermano, pero estamos en quiebra nuevamente—sonreí ya sabía por donde venía, seguramente su marido quería dinero o alianzas.

—No me sorprende—alegué.

—Necesitamos tu ayuda. Necesitamos un préstamo, la empresa que nuestro padre dejó está en su mejor momento—afirmó—puedes ayudarnos, después de todo nuestro padre te dejó la empresa completamente a ti, y a mi solo algo de dinero y algunas propiedades.




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