SEGUNDA PARTE: El Fugitivo - CAPÍTULO 27

Calpar tamborileó con los dedos de su mano derecha sobre la blanca mesa. El relato de Pol lo había perturbado tanto, que el asunto de la Nueva Religión había pasado a un segundo plano en su mente, especialmente porque durante el relato de Pol, había comenzado a desarrollar una teoría sobre la verdadera identidad de Malcolm. El estado mental en el que había encontrado a Eltsen no hacía más que confirmar esa teoría.

—Pol— dijo al fin, después de un largo silencio—, creo que Malcolm es Math.

—No, Malcolm mató a Math— corrigió Pol.

—La historia de Math amenazándolos con un transmet no tiene sentido, Math es un Fascinador.

—¿Qué significa eso?

—Su habilidad consiste en manipular las mentes de otros. Puede hacerlo con la mirada si la persona que está manipulando es lo suficientemente débil y abierta a la sugestión, pero si no, utiliza el tacto. Math no habría usado un transmet para mantener a Eltsen a raya, por el contrario, habría buscado tocarlo para ponerlo bajo su poder y manipularlo hasta convencerlo de hacer su voluntad. El hombre que murió en aquella oficina debió ser un mero títere, preparado para hacerse pasar por Math. No es casualidad que Malcolm les abriera la puerta de la oficina de Guilder, y tampoco es casualidad que fuera justo Malcolm el que lo matara. Necesitaba acercarse a Eltsen, para destruirlo y destruir la ciudad.

—Pero Eltsen no es un hombre débil ni sugestionable— objetó Pol.

—Por eso a Math le tomó tantos años doblarlo y moldearlo a su voluntad— explicó Calpar.

—Pero entonces, ¿por qué no doblegó también a Tarma? ¿A todos nosotros?

—Probablemente lo hizo, por eso tardaron tantos años en descubrirlo. Pero la utilización de su habilidad requiere cierto esfuerzo para poder sostenerla en el tiempo. La mente de Tarma debió ser especialmente difícil de dominar, y encima, ejercía presión sobre la de Eltsen, tal vez por eso Tarma logró ver la verdad a través de sus manipulaciones. Math no pudo dominar a todos en todo momento. Tuvo que deshacerse de los que no podía dominar y que además interferían con su dominio sobre Eltsen.

Pol asintió.

—Nos engañó a todos desde el principio— murmuró para sí.

Calpar dejó sin decir que Math había ampliado su habilidad en su pacto con la oscuridad, y que eso hacía que fuera capaz de ejercer su habilidad a distancia y sobre muchas personas a la vez. No podía explicar por qué, con tanto poder, no había sido capaz de manipular a Tarma. Debía estar poniendo mucho esfuerzo en alguna otra cosa. Algo estaba drenando su energía, y no le había permitido dominar a Tarma y a los demás. O tal vez se había confiado demasiado y se había descuidado. Tal vez pensó que dominando solo a Eltsen, tendría todo el resto del asunto solucionado.

—¿Qué vamos a hacer ahora?— preguntó Pol, preocupado.

—No estoy seguro, pero no podemos enfrentar a Math solos, necesitamos ayuda. Iré con Nuada, él tendrá mejor idea y recursos para combatir a Math.

—¿Crees que haya tiempo?

Calpar no contestó. Por lo que había visto del comportamiento de Eltsen, sospechaba que Math estaba muy cerca del final de su plan.

—Pol, ¿cómo puedo sacarte de aquí?

—No puedes. Solo Eltsen puede dar la orden de mi liberación.

—Pero los guardias se creyeron lo de que yo era su interrogador, tal vez pueda convencerlos de que debo trasladarte a otro lado, sacarte de aquí.

Pol negó con la cabeza.

—Una cosa es interrogarme y otra muy diferente es trasladarme. No van a permitir un traslado sin una autorización personal de Eltsen. Si siquiera lo intentas, sospecharán que eres un fraude y terminarás en una celda con un collar.

—Tengo un puñal escondido bajo el pantalón, te sacaré a la fuerza si es necesario.

Pol negó con la cabeza.

—El collar se activará si siquiera doy un paso fuera de las áreas permitidas para prisioneros.

Calpar sacó el puñal y lo acercó al cuello de Pol.

—Entonces, creo que debemos destruir ese maldito collar.

Pol apartó el cuello y sostuvo el brazo de Calpar.

—Si intentas romperlo, lanzará una descarga que me matará instantáneamente.

Frustrado, Calpar volvió a guardar el puñal.