La Promesa

CAPITULO 2: El chico nuevo

CAPITULO 2: EL CHICO NUEVO

Alberto

¿Por qué tenía que venir a este maldito lugar? ¿Por qué tenía que encontrarme con ella?...

Sigue tan hermosa como aquel día en el que se fue... Mi amada Eli... ¿Por qué rayos tenía que encontrarme contigo?... Si tan solo pudiese estar contigo...

Elizabeth

Eran ya pasadas las 3 de la tarde y yo ya estaba de vuelta en casa. Durante las clases Lili y Denisse desaparecieron y yo pase el resto del día con Cristian, aunque pensándolo bien fue lo mejor; si Lili y Denisse se hubieran dado cuenta de que algo me pasaba no me habrían dejado de molestar hasta que les contara todo. Y con todo me refiero a una sola persona.... Aquella persona de hermosos ojos avellana... Alberto.
Estuve toda la tarde encerrada en mi habitación pensando en lo que pasó en aquel pasillo... Y entre tanto pensar me quedé dormida.

Cuando desperté ya era la mañana, y para mí suerte eran las 7:45 ¡Demasiado tarde, tenía que llegar a la escuela!
Me levanté y me arregle lo más rápido que pude. –Maldito Henry! Se fue a la escuela y no me llevo con el. – Baje las escaleras corriendo y pedí un taxi.
Eran 8:15 y ya estaba cerrada la escuela, y peor aun: hoy tenia exámen!. 
Me brinque la barda y caí en un arbusto en la parte trasera de la escuela.

Y después...
Esos ojos de nuevo... Me miraban con nervios y curiosidad...

Era Alberto, estaba sentado en el césped recargado de un árbol, con un libro en sus manos... Recuerdo que cada tarde el leía para mí... Pero ahora es diferente...

De pronto, Alberto se para del lugar donde se encontraba sentado, me mira por un momento en silencio y después desaparece. Sin decir nada de nuevo...

Me paro del arbusto donde caí y me dirijo rápido a mi salón. Sin dejar de pensar en lo que acaba de pasar.

Alberto

Otra vez me he encontrado con ella... ¿Por qué cuando trato de no toparme con ella esto sucede?!. Estos nervios... ¿Por qué me pasa esto con ella?... 
Debo sacarme estos pensamientos de mi cabeza... Ella se fue una vez sin decir nada, sin ninguna explicación... Ella tampoco tiene derecho a que yo le de una explicación de el porque estoy aquí... 
Aunque, hoy se veía hermosa con su uniforme y esa corbata en su cuello mal amarrada; la hace detallar su largo cuello... Tan suave...

Elizabeth

Después de el largo examen de química que he presentado, me encuentro en el comedor en medio de Lili y Denisse, mientras que Cristian está sentado frente a mi.
Miro mi almuerzo sin decir nada. Aún sigo un poco pensativa por lo de hace rato. Ni siquiera he visto a Alberto una sola vez en el comedor. Me pregunto dónde estará...

–¿Si se enteraron que ha llegado un chico nuevo a la escuela?– Dice Lili para sacar un tema de conversación.

–No. ¿De quien se trata?– pregunta Denisse con curiosidad. En ese momento miro a Cristian. Ambos sabemos quién es ese chico nuevo.

–Se trata de un chico llamado Alberto. Se acaba de mudar de Texas según lo que dicen algunas chicas. Además dicen que es bastante guapo, en especial sus hermosos ojos.–

Aprieto los puños con fuerza por lo que acaba de decir Lili, más me contengo a solo contestar un " me da igual".
Al parecer Alberto ha llamado la atención de muchas chicas, incluso la de Lili y Denisse. 
Trato de cambiar de tema y empiezo a hablar sobre el examen. Así continuo mi día. Hasta que ya me encuentro en la hora de salida.

Justo cuando me voy a ir recuerdo que olvide mi libro en una de las aulas, así que regreso.

Lo que no me esperaba es que cuando entre a la aula me encontré de nuevo con... Mis ojos favoritos... Era Alberto...

Me detengo justo en la entrada de la puerta, y solo lo miro sentado en un pupitre con su libro. Es Alberto.
Lo único que sale de mi boca es 
–¿que haces aquí?– preguntó con mis labios temblando.

Solo me mira sin decir nada y se levanta rápidamente pero me cruzo en su camino. Tratando de mirar sus ojos avellana, los cuales adoro y amo hasta el punto de derretirme por ellos...

–¿porque me ignoras?– pregunto con tristeza, y con la poca esperanza de que pueda responder algo de lo que diga.

–Te da igual, déjame en paz. Tu solo eres una niña tonta y egoísta. ¡Vete como la última vez! A mi me importa poco lo que hagas o no de tu vida. ¡Ahora quítate de mi camino y ve a estorbar a otro lado! –Alberto me responde algo alterado y solo me apartó de su camino.

Con la mirada en el suelo casi a punto de llorar por la forma en a qué hablo. Jamás pensé que Alberto... me gritara, o me dijera algo así... No es el mismo.

Así, veo como sale del aula. Más no lo detengo por lo que acaba de hacer. Estoy realmente sorprendida... Asi que solo tomo lo que he olvidado en el aula y me dirijo a casa.

Durante la cena no toque nada del plato, solo rondaba en mi cabeza miles de pensamientos:

"Las personas cambian, absolutamente todas... Unas porque han sufrido suficiente; y otras, porque han aprendido demasiado..."
En este caso, Alberto ha cambiado para mal. Pero lo que más me aterra es que haya sido por mi culpa; yo lo deje solo en Texas... Me fui sin darle explicación alguna, y el sufrió por ello... Y ahora que está aquí; yo sufro por él...

La forma en la que me habló hoy... Me lastimó en todas las formas posibles... El jamás me había gritado, jamás me hubiera hecho a un lado. Pero lo hizo. Es mejor que lo deje en paz, tal y como lo pidió...


 




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