—¡Bien hecho!—exclama Scarlet cuando termino con mi entrenamiento de hoy.
Han pasado algunas semanas desde que estuvimos en la cueva. Esa experiencia nos ha vuelto un poco más cercanos.
—Estoy agotado—comento tomándome un respiro.
Gracias a sus tutorías he aumentado significativamente mis habilidades de combate. Estoy tan asombrado de su fuerza que a veces me pregunto si en verdad hay alguien que pueda ponerle las cosas difíciles. El demonio del globo realmente no cuenta, era débil y a pesar de que tomó por sorpresa a Scarlet ella fácilmente podía haberlo destruido. Me pregunto por qué jamás fue tras Alice, hubiera sido muy fácil acabar con ella.
—Hoy he preparado una comida fantástica para recompensar tu gran esfuerzo—responde viéndome descansar.
—Eso sí me gusta—contesto ansioso.
La comida que prepara es deliciosa, me encanta.
—Vamos, ha sido un día duro…
Una ráfaga de viento sopla fuerte seguida de un gran sonido de impacto. El polvo del campo de entrenamiento se levanta cuando la tierra tiembla ante semejante fuerza. Volteo e intento buscar que ha pasado, pero el brazo de Scarlet me bloquea el paso. Su mirada dice «Quédate ahí, esto es peligroso».
—Vaya, mal aterrizaje—un sujeto con traje de mayordomo sale de entre la nube de polvo.
—¿Qué o quién eres? De acuerdo con tu respuesta podrías terminar en mi pared como trofeo de caza—dice Scarlet con firmeza.
—¿Yo? Solo un simple asistente—responde con voz cansada.
—¿Para quién trabajas?—Scarlet prepara su látigo.
—Es confidencial. Solo hago mi trabajo. Y para cumplir las órdenes de mi amo debo asesinarla.
—Dime tu nombre, así podré recordar mucho mejor que en algún momento un demonio tuvo el atrevimiento de desafiarme—solicita ella.
—Mucho gusto, señorita Scarlet, soy Latham. Y hoy he venido a matarla—de su saco salen muchísimos espejos que flotan y se acomodan de manera estratégica en todo el campo de batalla.
Me quedo quieto en mi sitio. Este tipo tiene el aura de un demonio de clase A, pero percibo mucha experiencia y ansias asesinas dentro de él. Entrometerme solo me haría morir o hacer que Scarlet caiga.
—Muy bien, Latham, muéstrame de lo que eres capaz de hacer—mi maestra extiende su arma y la batalla comienza.
El demonio sonríe y extiende uno de sus dedos hacia uno de los espejos. En cuestión de segundos su figura se comprime y una luz comienza a rebotar por todos lados a gran velocidad. Scarlet se queda en su sitio intentando asimilar que está pasando cuando el pequeño rayo de luz pasa a su lado y la corta.
Latham vuelve a su forma original y suspira. Ya lo entiendo, él puede convertirse en un rayo de luz y rebotar en superficies. Si llega a golpearte o rozarte actuará como la hoja filosa de un cuchillo.
Scarlet extiende su látigo e intenta darle a su contrincante. Lamentablemente él se comprime y esquiva el ataque.
—Demasiado lento—se burla.
Acto seguido vuelve a transformarse en luz y rebota entre los espejos. Scarlet desenfunda su cuchillo Hunter e intenta seguir el veloz rastro de su enemigo. Latham ataca por la espalda y ella gira rápidamente. Una daga que él ha sacado de su traje choca con el arma de Scarlet.
Ambos realizan estocadas rápidas sin ganar terreno. Que alguien pueda tener el ritmo de combate de mi mentora es aterrador. Latham intenta atacar con una patada pero Scarlet reacciona de inmediato y realiza un tajo. El pie del demonio es cortado como mantequilla.
—Buen ataque—comenta.
Sin embargo, la parte que fue desprendida de su cuerpo se transforma en una luz que comienza a rebotar en los espejos apuntando a Scarlet. Ella tiene que esquivar a la par que realiza su ofensiva. Latham vuelve a la carga con su daga. A pesar de la diferencia de tamaños y pesos en las armas ninguna parece ceder ante la otra.
Scarlet vuelve a tomar su látigo y lo usa para atacar. El mayordomo no parece tener problemas para esquivar. Pasado unos segundos, usa su propia daga para cortar los cinco dedos de su mano izquierda que terminan por convertirse en más rayos de luz. Scarlet usa el cuchillo para bloquearlos y regresarlos, sin dejar de usar el látigo para atacar. Latham se transforma en luz y busca una oportunidad para entrar en la defensa de Scarlet. Ahora ella tiene que centrarse en no ser golpeada por siete hilos de luz. Varios de ellos se dirigen hacia ella y con rapidez los bloquea. Sin embargo hay uno que no puede evitar y se dirige hacia su estómago. Del pequeño punto de luz sale el puño de Latham que la golpea con fuerza.
Puedo escuchar el quejido de Scarlet cuando retrocede ante el ataque. ¿Por qué no usó su bendición? ¿Será que acaso en verdad la agota y prefiere guardarlo como último recurso?
Ella se recupera rápidamente y corre hacia Latham. Extiende su látigo y lo hace sonar. El demonio vuelve a transformarse en luz y se aleja del rango del ataque. Scarlet comienza a comprender que mientras él tenga una ruta de escape no podrá hacer mucho. Por las características de esta maldición deduzco que es ofensiva.