Respiro profundo antes de poner un pie fuera del auto y por fin darle inicio a lo que se podría decir una nueva era.
No hay periodistas a mi alrededor, lo que le da más tranquilidad a mi persona. Es mi primer día como cabecilla principal de las Corporaciones Miller, una tarea difícil pero que estoy segura podré controlar.
Ubico los lentes de sol en mi rostro y finalmente salgo del auto, el Ferrari negro hace juego con el conjunto de ropa que llevo puesto. Pantalón talla alto, top negro y un gaban junto a los tacones en tonalidad roja con negro.
El vigilante me recibe con una sonrisa.
Al entrar se escucha el típico “Buenos días” por parte del personal, soy cordial y respondo ante el saludo que me han brindado.
Mis siguientes pasos son dirigidos al ascensor que pertenece únicamente a los integrantes Miller, oprimo el botón del piso que requiero y este de inmediato ejerce su trabajo.
Otra ola de “Buenos días” me recibe cuando he llegado a mi destino, sonrío y respondo de vuelta. Carolina posee una sonrisa en su rostro cuando voy dando pasos para llegar a ella.
—Jefe —me guiña un ojo.
—Señorita Burnell —respondo con la misma gracia.
—¿Lista?
—Más que nada.
—Mack se encuentra en su oficina, me dijo que por favor apenas llegaras te dirigieras allá. Supongo que para coordinar todo lo de estas dos semanas que tu maridito no va a estar —comenta.
—Vale, gracias por la razón. Necesito que por favor me convoques una reunión con los del área de organización general —pido.
—Ok, yo me encargo. ¿A qué horas? —Pregunta.
—En diez minutos, en sala de juntas —solicito.
Retiro los lentes y los guardo en la cartera para finalmente dirigirme a la oficina de Marck. Doy un par de toque antes de recibir autorización por su parte.
—Corney —saluda al verme y deja los papeles que tenía en mano a un lado.
—Pérez —le devuelvo el saludo —¿Novedades?
—Ninguna, aún, pero te puedo asegurar que no van a tardar —responde.
—¿Vamos a organizarnos para lo que se nos viene en estas dos semanas? —Curioseo.
—Me gusta que siempre tengas claro lo que se viene.
—Es una de mis especialidades —sonrío y tomo asiento al frente de él —Soy toda oídos.
—Este es un esquema de lo que vamos a trabajar en este tiempo —me extiende una carpeta —Esta todo organizado a como yo creo que es correcto para tu comodidad y la mía.
—Confío en tu criterio, no te preocupes —le hago saber.
—De todos modos, me gustaría que la revisaras. Hay cosas que yo por obvias razones no puedo hacer y que sí o sí tu debes de encargarte —comenta.
—¡Vale!
—Si sientes que algo te queda muy pesado no dudes en informarme —pide.
—No te preocupes, lo mismo te digo.
—Me acaba de llegar una notificación de una reunión. ¿La organizaste de último momento o fue a mí a quien se le pasó acomodarla en la agenda? —Pregunta.
—La acabo de convocar, pensé en informarle a los de organización general todo lo que se llevará a cabo con los anuncios y todo lo que se requiere para este tiempo en el cual Harry va a estar ausente —explico.
—Bien, es lo mejor. ¿Necesitas mi ayuda o puedes manejarlo tú? — Pregunta.
—Puedo solita —digo con entusiasmo causándole gracia.
—Bien, cualquier cosa me estás avisando —pide.
—Vale, entonces nos vemos más tarde —hablo levantándome de mi asiento.
Estoy apunto de salir antes de voltearme y aclarar una duda:
—¿Harry se ha comunicado contigo?
—Sí, ayer cuando llegó y esta mañana para ver cómo íbamos a agendar todo —responde —¿Por qué?
—Nada, simple curiosidad —excuso.
Finalmente termino saliendo de la oficina con un muy mal sabor en la boca, así que si se ha comunicado con alguien más.
Saco el teléfono de mi cartera y no hay novedades, por favor que haya una explicación para todo esto.
—Te esperan en la sala de juntas —la voz de Carolina llama mi atención distrayéndome de mis pensamientos.
Le brindo una sonrisa antes de dar paso a mi siguiente tarea.
La sala de juntas está llena de murmullos, agradezco profundamente que solo estén los jefes de esta área porque si no en este instante estuviera frita.
Doy un par de toques en la puerta ocasionando que se callen, me adentro y cierro la puerta. Camino hasta llegar a la silla que me corresponde y me encabecilla en estos momentos.
—Buenos días, señores —no espero que me devuelvan el saludo porque prosigo, ya sea por los nervios o por las ganas de querer acabar rápido —Gracias por estar presentes y tomarse su tiempo para esta reunión, prometo no demorarlos y acabar lo más pronto posible para no atrasarlos en sus labores.
<Esta reunión se ha organizado con el fin de dar una breve explicación de cómo se llevará a cabo los anuncios pendientes y como organizaremos esto respectivamente a cada área>
—¿Qué ha pasado con el diseñador? Nos habían informado que ya tenían a alguien en el puesto, pero aun así no hay nadie ocupando esta labor y pues necesitamos a esa persona cuanto antes. Y pues si alguien ahí ahora mismo es poco posible ejercer el trabajo por completo—habla una chica llamando la atención y recibiendo apoyo de parte de la sala.
—Sí, ya hay una persona ocupando el puesto, pero entenderán de que hay que organizar papeles antes de que se integre por completo a la empresa. De hecho, esta misma tarde vendrá a realizar su labor oficialmente —explico —Y espero que no vuelvan a usar la ausencia de un puesto como excusa para dejar cierta parte del trabajo a un lado, siempre hay soluciones.
—En ningún momento hemos usado esto como excusa, de hecho, hemos seguido laborando, algo incómodamente. Así que, con todo respeto, infórmese antes de hablar, señorita Corney —ataca un chico.
—Porque estoy informada es porque llamo la atención —contraataco —Tengo un informe de todo el área de organización, y sé que hay trabajos que se han dejado de hacer y la excusa que han dado es la falta de un diseñador. Cuando he revisado y esa parte laboral no tiene nada que ver con la falta de esta persona.