Nadie dijo que vivir una nueva aventura fuera algo fácil. Recuerdo cuando cada noche antes de dormir le pedía a Dios poder disfrutar de una gran historia, de algo mágico y extraordinario. Obviamente jamás imagine que sería de esta manera pero lo hecho, hecho esta. No iba a conseguir nada llorando en un rincón, solo queda ver cómo sigue esta pequeña excursión, pero antes tengo que arreglar una simple cuestión.
“¿acaso esta chica solo tiene ropa que no deja nada a la imaginación?”
Encontré una puerta que resultó ser un ropero pero el problema es que no hay nada decente. Muchas mini faldas y polleras todas de color blanco, shorts miniaturas de jean y todas pero las remeras, blusas y camisetas cortadas a la mitad “solo cubren lo básico dios mío” esta chica nunca tiene frio parece. Después de revolverlo todo por un rato, encuentro lo que busco.
¡Bingo! un pantalón de jean largo y una campera unos cuantos talles más grande, seguramente no es de ella. Todo esto servirá por ahora así que lo coloco sobre la cama. Sonrió contenta por primera vez desde que llegue aquí. Llevo una mano a mi cabeza y me percato de algo importante “su cabello es demasiado largo”. Puedo soportar su color rubio pero…
Mientras juego con un mechón de pelo tomo una decisión.
Empiezo a revisar los pocos muebles y cajones que hay mientras pienso ¿Quién es la tal Kara? O mejor dicho ¿Qué es? Todo esto es demasiado raro y confuso. Muchas preguntas y muy pocas respuestas. Es así que mientras examino el baño encuentro lo que busco en un pequeño botiquín de primeros auxilios. Me observo en el espejo y mis ojos se humedecen de nuevo pero tengo que ser fuerte, encontrare una solución y respuesta lógica a todo esto. Suspiro dándome ánimos y empiezo, tomo una punta de cabello rubio y doy el primer tijeretazo. Los rizos empiezan a caer tal cual lluvia dorada. No sé por qué me siento rebelde haciendo esto pero comienzo a reír como si estuviera haciendo una travesura “la primera en mis diecisiete años”. Cuando creo que es suficiente vuelvo a observarme y el resultado me deja satisfecha.
Aunque ahora que lo pienso parezco una loca con todo el cabello alborotado y corto hasta los hombros. Sin mencionar que soy un poco más baja de lo que era antes “genial parezco un duende asesino”. Bueno podría ser peor… podría ser verde. Salgo del baño a buscar la ropa que deje olvidada en la cama. En ese momento escucho murmullos tras la puerta y trato de no caer en la desesperación. Será mejor empezar con las respuestas, me coloco la campera qué me llega a mitad del muslo y me dirijo a tomar el picaporte. Del otro lado hay tres personas; las chicas de la última vez y un chico pelirrojo. Todos me miran con asombro y un poco de horror en especial las chicas, hasta que el pelirrojo empieza a reír a carcajadas.
-¿Qué paso Kara tuvimos un ataque de catarsis y cambiamos el look?
En ese momento la chica le da un codazo.
-No seas tonto Willy ¿quieres?
-Eso dolió Anne – se queja de manera infantil.
Debo admitir que la situación es un poco graciosa. Coloco mis manos en los bolsillos de la campera y empiezo a balancearme con los pies, una clara señal de lo nerviosa que estoy.
-Ella no es Kara- dice la cosa verde mirándome de una manera un poco extraña.
-No lo soy- susurro manteniéndole la mirada.
La risa estruendosa de ¨Willy¨ capta mi atención.
-Pues claro Kara jamás sería capaz de cortarse su preciado cabello- dice mientras hace un gesto dramático.
No lo puedo evitar y empiezo a reír yo también. Realmente debo estar loca por reírme en una situación así. Pero Willy es extremadamente gracioso.
-¿Lo ven? Que les digo Kara nunca se divertiría con nosotros, somos poca cosa para ella- dice mientras se agarra el corazón como si estuviera dolido.
-Veo que la tal Kara no es muy querida ¿o si?- digo de forma suave.
Willy se acerca y coloca un brazo alrededor de mis hombros.
-No te das una idea.
El ambiente esta más relajado y yo me siento más tranquila. Así que me doy el lujo de sonreír de manera sincera.
-Entonces ¿Cómo te llamas preciosa?-
Parece que el dialogo es entre el pelirrojo y yo. Los demás presentes no dicen nada. A la ¨cosa verde¨ parece que no le caigo bien y la chica rubia no sabe que decir o hacer ¿acaso les parece rara la situación? ¿Qué puedo decir yo entonces? Suspiro de manera interna.
-Me llamo Lía y ¿ustedes?
-pues yo soy Willy Davis pero tu puedes decirme “amor mío”.
En ese momento la rubia lo toma de un brazo y lo aparta de mi lado.
-quieres calmarte Willy o la vas asustar.
-Yo lo solo intento ser amable.- la situación me sigue pareciendo divertida, ellos parecen una pareja peleando.
-Pues madura de una vez- parece realmente enojada. Voltea a verme y sonríe ahora mas calmada- yo soy Anne y ella es Michael- dice presentándose ella y luego a la cosa verde “aunque ahora ya sé que tiene nombre”.
Todo queda en un incómodo silencio hasta que Willy lo rompe de nuevo.
-Ya se vamos a darle a nuestra invitada un pequeño recorrido- dice lleno de júbilo.
Las chicas no parecen muy contentas con la idea. Pero, vamos, no puede ser tan malo dar un pequeño paseo ¿o sí?
✯¸.•´*¨'*•✿ ✿•*'¨*'•.¸✯✯¸.•´*¨'*•✿ ✿•
Los humanos están condenados, eso fue lo que me dijeron una vez y poco a poco lo fui comprobando. Muertes innecesarias, disputas, guerras, traiciones y todo para obtener lo que quieren. A veces pienso que si no nos tuvieran a nosotros estarían totalmente perdidos. La delgada línea entre intervenir para ayudarlos o dar un paso al costado y ver como se destruyen.