La Quinta Hija

Capítulo 14— Stay

It's not much of a life you're living

It's not just something you take, it's given

Alcíone

4 días después

Crondiessel

—¡Alexander Syntox! ¿Es enserio Alcíone? —A mi padre se le va a reventar la cabeza, y mi cara ya está rígida gracias a la cantidad de lágrimas.

—¡O sea que si él no se enteraba nosotros tampoco, seguiríamos siendo un par de idiotas, pensando que el padre de tus hijos es un equis!

—¡Es que eso no es todo, Aulsoux! ¡No le iba a decir, le iba a ocultar a sus hijos! ¿Qué derecho tienes tú para hacer eso Alcíone?

Intento hablar pero cada vez que abro la boca me caen como balas. 

—Papá, escúchame, por favor —pido secando mi nariz.

Se sienta en la silla del trono, y mi madre se levanta del sofá en donde estaba, mientras yo me mantengo frente a ellos de pie. 

—Explica, explicate Alcíone, porque no logro entender.

Me aclaro la garganta tomando aire.

—Empecé mi “relación” con Alex…el rey Alexander, perdón. Fue por accidente…

—¡Ah! Por accidente quedaste embarazada —reclama papá.

—Giorgi, dejémosla hablar —le regaña mamá.  

Por inercia mi mano se posa bajo mi vientre.

—Me caía mal, porque nunca apoyaba la elección de que yo fuera la siguiente reina, peleábamos mucho. Pero las cosas cambiaron, su actitud cambió, la mía también y antes de que lo pensara, ya estábamos saliendo, nunca fue algo formal siquiera.

—Pero te acostaste con él, hija. Y no es tu marido, y eso es terrible. No te podrás casar nunca…

—Lo sé, pero por favor déjenme terminar —pedí pasando atrás un mechón suelto, los rayos de la mañana se veían por el dorado salón del trono—, Cuando él se fue a cumplir su papel como rey de Jamsflor, él no sabía que se tenía que comprometer con la princesa de Lowside. No obstante, jamás me dijo que se tenía que ir, y llegué a mis propias conclusiones, pensando que solo fue una aventura para él y que no le importaba. Supe que estaba embarazada días después y no sabía qué hacer. Y luego ustedes se enteraron y la verdad estaba tan llena de decepción y enojo hacia el rey Syntox que no dudé en ocultar su identidad. 

Mamá suaviza su mirada, cosa que me llena un poco de tranquilidad.

—Pero luego me enteré que Alex no había jugado conmigo, y que él tampoco sabía que tenía que irse…Él me pidió matrimonio.

—¿Aceptaste?

—No pude contestar, pero luego se enteró y no me dijo más nada.

Después de la noticia, Alexander se fue en la madrugada, no me dirigió más la palabra.

—Aquí solo hay dos opciones —empieza papá pasando los dedos por su barba—, o te casas o él no los puede reconocer. 

—Pero…

—Pero nada Alcíone, sabes perfectamente que si él los reconoce y se casa con la hija de Derek Orastidel, tú serás tachada de amante, no podrás ser reina y tus hijos serán unos bastardos.

Mamá suspira y mira al rey.

—Vete, hablaré con tu padre.

Asiento obediente. Salgo de la sala y me voy a donde están mis hermanos esperando noticias.

Henrik es el primero en levantarse.

—¿Qué pasó? —pregunta y me voy a sus brazos. 

«No tengo la menor idea de qué hacer»

—¿Qué te dijo padre? —inquiere el mayor. 

Me paso la muñeca por la nariz.

—Me dijo que me tengo que casar, porque si Alex se casa con Emma—hago una pausa para respirar—, no podré ser reina y mis hijos serán unos bastardos.

—¡Es que eso lo sabías, Als! —Dhan se altera y Maureen la toma deteniéndola.

—No es tiempo de reclamar cosas Dhananjay, lo que hay que hacer es buscar la mejor opción.

—¿Y cuál crees que es la mejor opción, Maureen? Yo lo dije desde el principio, Alcíone no debía decirle nada a Syntox —presione Ilesha.

—No te olvides que son sus hijos también —la interrumpe Caillech. 

—La mejor opción es hablar con Alexander y preguntarle qué piensa hacer, porque yo la verdad no tengo ni idea —me mira Bash.

+

Me siento tan culpable, tan basura. Solo a mí se me ocurre tirar todo por la ventana, jamás pensé en embarazarme joven.

De niña soñaba con mi boda, iba a ser gigante, irían muchos invitados, y de luna de miel me iría a recorrer todos los reinos. El hombre con el que me casaría sería justo, amable, guapo, fuerte y me trataría como su primera prioridad. 

Pero ahora ni siquiera sé si me casaré, y si lo hago será pronto, con algún imbécil que acepte por dinero y pronto para que nadie sospeche que los hijos no son de él. 

Mi cama ahora mismo es el lugar más feliz y cómodo del planeta, es perfecto sentirse así, liberado, en casa.

Apenas son las 6 de la mañana pero ya estoy despierta. Esperando que un nuevo día llegue y saber cuál será mi destino.

Dos toques en mi puerta se oyen, las siervas saben que me estoy levantando temprano.

Voy a abrir la puerta y me quedo en shock con la persona que se encuentra frente a mí.

—¿Podemos hablar?

Asiento.

Pasa y cierro la puerta, se sienta en el borde de la cama pasando la mano por la sábana.

Me acerco a él para sentarme a su lado pero me toma de las caderas para dejarme de pie frente a él, posa la mano bajo mis pechos y empieza a descender hasta el final del pequeño bulto en mi vientre. Pierde su mirada en ella y respiro hondo intentando no quebrarme. Siento que me va a apartar pero en vez de eso pega la frente en este con sus manos tiesas en mi cadera. Restriega la cabeza en mi vientre y el corazón se me contrae. Sigue bajando las manos para tomar mis muslos, me mira y sé que se da cuenta lo mal que voy por lo delgados que están.

—¿Te estás cuidando bien?

—Hago lo que puedo, sigo las instrucciones pero mi cuerpo no responde.

Asiente soltándome. Opto por sentarme en el sofá. Quedamos en silencio por algunos minutos.



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En el texto hay: realeza, contenido +18, enemies to lovers

Editado: 14.03.2024

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