13 Noviembre de 1576
Mi bella y adorada reina Padme de Sibelia
Amor mío; sol de mis días, luna de mis noches. Estoy sumamente feliz y me siento honrado de que vos correspondéis al fin mis sentimientos con la misma intensidad que yo profeso.
Padme, mi cielo, os juro que haré a vos tan feliz y la haré sentir cada día más amada.
Podría estar todo el día escribiendo pero lamento informaros que me tengo que ir de forma urgente a Kazcálas sin poder despedirme en persona. Os pido que perdone mi ofensa y os prometo que traeré conmigo regalos para vos, dignos de mi reina, y algo más simbólico para finalmente arrodillarme frente a vos y pedir vuestra mano en matrimonio.
Tu fiel amante.
Arturo de Kazcálas.