Elizabeth estaba rodeada por un grupo de terroristas que habían sido enviados a asesinarla, era la primera vez que se sentía sin escapatoria y llena de incertidumbre.
—Acabo de ganar mi libertad, lo que pase con ella partir de ahora no es mi problema, pero ¿Por qué me siento culpable? Maldita sea, esto ya no es asunto mío.
Ansel estaba teniendo una pelea con su propia conciencia, le habían dado luz verde y sin ensuciarse mucho las manos, pero no estaba contento con el resultado.
—¡Elizabeth! ¿Qué pasa? ¿Qué está sucediendo? —le preguntaba Aris por medio del comunicador, pero solo escuchaba el alboroto.
—¡Ahhhh! ¡déjenme en paz! —Elizabeth estaba sufriendo mucho a causa de los choques eléctricos y cuando pensaba que moriría en manso de esos delincuentes enmascarados, Ansel se puso delante de ella para cubrirla.
—¡002! ¿Qué crees que estás haciendo? ¡fuera de nuestro camino! —gritaron ellos incrédulos.
—Creo que me voy a pasar al equipo del cuervo, la pobre esta en desventaja, así que…
—¿Acaso te volviste loco? —le preguntaron atónitos.
—¿Qué estás haciendo? Se supone que estás de su lado… —exclamó Elizabeth mientras adolorida se ponía de pie.
—Naaa, que te digo, tengo un corazón tierno.
—No necesito tu ayuda… —le dijo Elizabeth enfadada.
—¿A caso estás ciega? Te superan en número pajarraco, recupérate, yo te cubro. —le dijo Ansel soportando los ataques.
—¡No nos dejas más remedio que acabar contigo! ¡suelten a los perros! —ordenó su líder a voz en cuello.
De repente, dos camiones se acercaron con rapidez hasta el campo de batalla y las puertas traseras se abrieron, soltando a dos semi humanos sedientos de sangre.
—¡Asesínenlos!
—¿Qué dices si no los repartimos? ¿puedes con uno? —le preguntó Ansel a Elizabeth y está molesta respondió:
—No tengo otra opción.
—¡Detrás de ti Elizabeth! —le advirtió Aris lleno de adrenalina.
—¡Lo tengo! ¡gracias! —declaró ella deteniendo su ataque con las manos, esos semi humanos eran mucho más fuertes a los que anteriormente se había enfrentado.
Pero su rival estaba desquiciado, solo quería despedazarla y la tomó por el cuello como si se tratara de un conejo.
—¡Ay!
—¡Cuervo! —exclamó Ansel al ver que la habían atrapado.
—No te preocupes por mí….cuida tu espalda… —le dijo Elizabeth tratando de zafarse de su captor.
—¿Qué?
De manera violenta, el semi humano que se enfrentaba a él, lo lanzó de manera brusca estampándolo contra los escombros.
—¿Quién te crees que eres animal? Eso dolió bastardo… —Ansel salió de entre los escombros y se lanzó contra su oponente para darle un golpe feroz.
—¡Aaarggg! —gritó el semi humano enardecido.
—¿Qué demonio son estos fenómenos? —preguntó Ansel extrañado al ver que eran muy resistentes al dolor.
—Alguna vez fueron humanos, pero consumieron las drogas de Anfernee y se convirtieron en esto… —le dijo Elizabeth agitada, ella y Ansel estaban codo a codo.
—Que desagradables… —susurró Ansel al ver que estaban deformes.
—¡Cuidado!
Los semi humanos eran más fuertes y agresivos que antes, las bombas explosivas seguían detonándose causando destrucción y un panorama difuso, gracias a eso, ambos héroes cayeron y fueron sepultados entre una pila de escombros.
Ansel cubrió a Elizabeth con su cuerpo, recibiendo así todo el impacto sobre su espalda, al parecer algunas rocas le hirieron los brazos y la sangre de Ansel le caía a gotas en el rostro a Elizabeth.
—Estás herido… —exclamó Elizabeth angustiada.
—Estoy bien… —externó Ansel adolorido.
—¿Por qué estás protegiéndome?
—No estoy haciendo eso niña, tengo algo pendiente con el jefe de esos malditos.
—Aceptaré unir fuerzas contigo para salvar a la ciudad, nosotros terminaremos con esto.
—Yo no soy un héroe… —declaró Ansel con voz ronca.
—Esta noche lo serás… —Ambos unieron fuerzas y salieron de ahí usando su super fuerza.
—¿Por qué diablos son tan resistentes? ¿acaso son cucarachas? ¿Dónde están mis perros? —exclamó el líder del escuadrón terrorista frustrado.
—Uno murió en la explosión señor. —dijo su informante temeroso.
—¡Son unos inútiles!
—¡cierra esa sucia boca y no los llames así! Son humanos, no perros. —le dijo Elizabeth quien junto a Ansel salían de entre las llamas.
—¿Qué? Jajajajaja ¿escucharon al pájaro? ¿acaso no es tierna? Jajaja.
—Desactiva las bombas, imbécil, ya estoy harto de todo esto. —le dijo Ansel furioso.
—¿Y por qué debería hacerte caso? ¿he?
—Si lo haces te dejaremos vivir. —le respondió Elizabeth con voz firme.
—¿Otra vez tú ternurita? Jajajaja ¿Quién diablos se creen que son?
—¡Elizabeth se acerca el semi humano! —anunció Aris a todo pulmón.
—Yo me encargaré de él. —dijo Ansel enfrentándose a la temible criatura.
—Voy a disfrutar patearles el trasero. —dijo Elizabeth apretando los puños.
Hola bellezas, gracias por leer otro capítulo más de "La reina cuervo" espero lo hayan disfrutado, saludos y abrazos para ustedes.
Editado: 02.08.2024