Capítulo 22.

Maribel entendía perfectamente el porqué Kary le decía papi a Piero, ella reconocía a una única mamá y esa era Alexandra... si decía que Piero era su papá, simplemente se trataba de que ya salía con la reina de hielo.

Creo que estás equivocada niña… Piero no es tu papá…

¡Sí es mi papi! Y será oficial cuando se case con mi mami – Esas palabras terminaron con la paciencia de Maribel que quiso abalanzarse contra Karmindy… pero por supuesto que Piero no iba a permitir eso –

¡Ni se te ocurra tocar a Kary! Pequeña… ve al auto y espérame ahí – Le dijo seriamente tomándola del brazo y mirando a Kary le sonrió indicándole que se saliera –

¡Sí papi! – Exclamó Kary saliendo rápido de ahí -

¡No puedes casarte con esa mujer de hielo! Es una inexperta… una fría… ¡Yo puedo darte mucho placer! Más que ella…

Prefiero aprender a descubrir el amor con ella, que según tú “disfrutarlo” contigo… ¡Yo amo a Alexandra y tu absurda amenaza no podrá con nosotros! – Maribel se palideció por un segundo al escuchar eso –

¿Acaso ella te contó lo que yo le había dicho? ¡Es una cobarde…!

¡Sí! ella me lo dijo… y tu amenaza no funcionará… - Continuó Piero, claro que Alexandra no le había dicho nada, la nana tampoco, sólo le dijo que le robaba… pero, tal vez a ella sí le sacaba la verdad, haciéndola creer que él ya sabía –

Pues en ese caso te lo repetiré a ti, quizá atiendas mejor las cosas… aléjate de ella y quédate conmigo, sino… le quitaré a esas dos mocosas y las internaré en algún lugar lejos de ella – Piero trató de no estrangularla ahí mismo… ¡Así que eso era! Había amenazado a Alexandra con quitarle a las niñas si no lo dejaba, por eso ella intentó alejarlo de su lado… ¡esta mujer era peor de lo que pensaba! –

¡Creo que no entiendes las cosas! Por eso te voy a poner la situación así… yo sé que le robas a Alexandra, le has robado no sólo en la empresa sino también en su casa… tengo pruebas y puedo meterte en la cárcel – Maribel sólo tragó grueso viendo a Piero a los ojos, de pronto se sintió atrapada –

¡No harías eso…!

¡Claro que sí! atrévete a quitarle las niñas a Alexandra y yo personalmente te denuncio ante las autoridades y te vas presa… ¡Tú decides! – Dijo mirándola despectivamente y saliendo a encontrarse con Kary, se fue… Maribel estaba que explotaba de furia, de pronto ella se vio atrapada y no Alexandra como quería, su malévola mente estaba trabajando, esa “reina” no se saldría con la suya, ya se había vengado de ella una vez quitándole al novio, ahora haría lo mismo, se merece eso y mucho más por haberle quitado el amor de su madre, trató de controlarse para no hacer destrozos en ese momento y sacó su celular –

Hola… sí ya sé, tiempo sin hablarte pero, ahora necesito unir fuerzas contigo… se trata de Alexandra... ¿Te interesa? – Decía Maribel en tono insoportable, esa mujer no se cansaba de hacer daño, ¿Era tanto su resentimiento y envidia como para hacer todo eso? –

Piero fue a dejar a Kary a casa y rápidamente se dirigió al trabajo, después de todo la jefa le había dado permiso sólo medio día, debía presentarse a trabajar en la tarde… cosa que no era sacrificio para Piero, ¡Quería verla!

¡Adelante! – Dijo Alexandra al escuchar que tocaban la puerta de su oficina –

¡Buenas tardes jefa! – Exclamó Piero con una gran sonrisa –

¿Y la cita? – Preguntó Alexandra sonriéndole también –

¡La cita con la princesa fue todo un éxito! Fui la envidia de todos los padres – Bromeó Piero acercándose a Alexandra y dándole un beso en la mejilla se quedó a su lado en cuclillas –

¿En serio? ¡Seguro fuiste el papá más guapo! – Sonrió Alexandra tratando de controlar todas las mariposas que sentía en su estómago al tenerlo tan cerca –

¡Sí! Kary dijo eso… y todos los padres envidiosos lo comprobaron por cómo me miraban… aunque deberías considerar cambiarle maestra a Kary – Dijo Piero haciendo pequeños círculos con su dedo índice en el brazo de Alexandra -

¿Cambiarle maestra a Kary? ¿Por qué?...