La Reina de Inglaterra

38. La mejor noche

 

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Estaba acostada en el techo de mi casa admirando las estrellas junto con Lucas. Hablábamos de muchas cosas, como de nuestros libros favoritos, comida, canción favorita, artista, series y así. Nos habíamos escapado de mi padre y de su estricta regla de "distancia" que nos había impuesto desde el día que le dije que tenía novio, ya que Lucas siempre estaba en mi casa y más a horas de la noche en donde bueno, no nos quedábamos toda la hora viendo "Netflix" precisamente.

Aún era virgen, pero creo que en unos días de esto no lo seguiré siendo. ¡Dios!, este chico me calentaba más que el sol de verano, tenía una manera y una cosa que me hacía perder por completo la cordura y no hablar del perrón cuerpazo que traía. Tenía músculos no muy exagerados, cuadritos y una boca que te hacía ver estrellas...

Era mi Quasimodo todo revolucionado, y su forma tan gentil, amable y amorosa de tratarme. Decía que era su princesa y bueno, cada día más me enamoraba más, era todo lo que quería. Me trataba muy bien y no era para nada tóxico, eso me gustaba.

Después de tanta mierda en mi vida al fin había encontrado algo bueno y lindo que me hacía ver lo bueno que era seguir estando en este mundo.

—Evangeline... ¿No me estás escuchando cierto?—pregunta divertido.

Dejo de acariciar su abdomen todo trabajando sonriendo inocentemente—claro que te escucho... —digo. Ya hace rato que había dejado de escucharlo por estar toqueteando todo su cuerpo.

—Eres una pervertida Evangeline... —dice riéndose.

Escondo mi cara en su cuello toda roja por la vergüenza.

Rayos.

Él me abraza por la cintura y me pega más a él, a cómodo mi cabeza en su pecho y vuelvo a mirar la linda noche con la luna brillante y sus estrellas.

— ¡Hey chicos!—la voz de Daniel nos hizo girar la cabeza para verlo saltar al techo de mi casa junto a Eliot muy felices.

Nos sentamos cuando ellos llegan a nosotros sentándose entusiasmado.

— ¡Adivinen que!—exclama Dani.

—No soy adivina Daniel—digo seriamente y él rueda los ojos.

— ¡Nos vamos a casar!—dicen él y Eliot a la vez.

Alzo ambas cejas abriendo la boca— ¡¿qué?! ¡¿cómo?!—él me enseña el anillo y tomó su mano para verlo más de cerca.

Tiene una piedra muy grande— ¡OMG!—grito también emocionada viéndolo.

— ¡Si! Y eres mi ¡madrina!—grita.

— ¡Estoy muy feliz por ti!—digo abrazándolo— ¡Oh Dios! ¡Espera!—lo suelto y lo miro— ¿y tus papás? ¿Sabes que el matrimonio no es un juego cierto? ¿En dónde se casarán?

—Lo haré a escondidas—responde—este fin de semana que viene y como me iré a la universidad después de verano Eliot y yo nos iremos junto y empezaremos una nueva vida de casados.

— ¡Ah! ¡Estoy muy feliz por ti Bitch!

— ¿Cuándo dejarán de gritar?—pregunta mi Quasimodo divertido.

—Ya sabes cómo es—responde Eliot—toda chica sueña con el día de su boda y eso...

Daniel y yo lo ignoramos y empezamos a preparar la mini boda que sería este mismo fin de semana que venía porque era en unos de esos sitios en donde haces turno para casarte con un padre y listo. Solamente tenía que ir con tus padrinos de boda y con tu prometido te cazaban y te daban un papel de matrimonio legalizado y ya podrías irte a disfrutar a otro lado.

~*~

Hoy era domingo y no, no era la boda de Daniel, pero si era un buen día. Un día el cual todo estábamos esperando con ansias, el día en que revelaríamos a toda la ciudad de Londres quienes eran verdaderamente Trevoll y su pandilla.

Habíamos decidido esta noche, la noche en la cual la familia de Brad había organizado un baile de recaudación de fondos para su fundación "salven a los niños pobres" cuya Fundación era fantasma porque todo el dinero que recibían era para ellos. Y así se hacían llamar una familia con valores y educación...

Eran unos falsos hipócritas que utilizaban a la gente para su beneficio propio, unos estafadores con aire de grandeza y creyendo que son perfectos y mejores que todos solo por tener amistad con la familia real.

Esperaba que ellos estuvieran aquí para que vieran a la clase de persona que dejaban entrar a sus grandes y lujosos palacios... Pero no asistirían porque tenían otros asuntos que atender. Al menos eso había dicho Verónica, la madre de Brad.

Bebí un poco de mi Champán observando a todos, estaba sentada junto a mi padre en la mesa número diez con su esposa, hijastra y otros socios más que eran amigos de mi padre.

Tenía puesto un hermoso y elegante vestido rojo vino que me hacía destacar entre las personas.

Tenía florecillas en la parte de arriba, era de manga corta, con un abierto en la pierna derecha y el ruedo con más florecillas.

La perfecta familia subió al estrado para dar la bienvenida a todos con sus trajes y vestidos elegantes.

Sonreír abiertamente cuando el logo de la Fundación se quita dejando ver el rostro de Mary forbert empezando con su testimonio de lo que le pasó a su hermana en un video.

El lugar parecía un gallinero, todos hablaban mirando el vídeo sorprendido mientras que la familia "perfecta" trataban de quitar el vídeo con los chicos de producción. Que mal, esos chicos eran de mi equipo...

Gire mi cabeza y mire a todos los renegados parados cerca de la entrada todos vestidos de rojos muy elegante, tenían toda la atención del público.




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