Me senté en el mueble de la sala esperando a que Daniel llegará de la cocina, ya que había dicho que prepararía algo de té. Aún no podía creer todo lo que había pasado hace un rato, respire hondo viendo hacia la ventana que estaba enfrente de mí como el día se volvía gris.
Dani llegó con una bandeja y la puso en la pequeña mesita que había enfrente del mueble y se sentó al lado de mí pasándome una taza grande de té de manzanilla y me miro - a ver, lo primero que voy a decir es que, no estaba del todo de acuerdo con lo que él estaba haciendo.
— ¿Cómo tú y él se conocieron?—pregunte dando un sorbo del té.
—Fue en un campamento de verano cuando tenía unos seis años—responde—por ser mejor estudiante, la escuela en la que estaba en ese entonces había organizado un viaje para el campamento en donde estarían los hijos de grandes empresarios de la ciudad y de la realeza, el mejor estudiante iría y bueno pues yo fui seleccionado. Estábamos divididos por clases sociales y en una ocasión cuando mi grupo fue al lago a nadar y jugar Luchian como el chico rebelde que es se escapó de los de seguridad y fue a jugar con nosotros y ahí nos conocimos.
Hizo que me llevarán a su grupo y después del campamento tuvimos a escondidas de las cámaras una buena amistad hasta que te conoció una tarde llorando bajo la lluvia en el patio de tu casa cuando tu madre tenía unos tres meses de haber fallecido.
Trague saliva sorprendida— ¿ósea que me conoce desde hace tiempo ya?—preguntó y asiente.
Miro al suelo aún impactada, me había conocido cuando era toda gorda y sufría las humillaciones de Trevoll y su pandilla.
—Le llamaste la atención desde ese día—continúa y lo miro—quería saber quién era esa chica que lloraba todas las noches en el patio de su casa. Le conté por lo que habías pasado y estaba buscando la manera de acercarte a ti y hablarte sin que te espantaras por su identidad, ya que a la mayoría de las chicas a las que se les acercaba solo se enfocaban en el hecho de que era el príncipe.
Paso el tiempo y venía aquí cada vez que podía a acosarte hasta el día de la fiesta en donde sé valentona para ir a hablarte, cambio totalmente su físico para que nadie lo conociera, al principio me pareció buena idea hasta que todo se descontroló y siguió haciendo el papel de "Lucas" sabiendo las consecuencias de eso.
— ¿Y cómo los chicos del club de lectura lo conocieron?—preguntó— ¿también sabían quién era?
—No—responde—se había unido el mismo día que tú, lo que paso fue que planeamos una pequeña mentira por si preguntaban de donde era y así. Hablé con los chicos y les dije que fingieran que lo conocían desde hace mucho porque estaba tratando de impresionarte y entendieron.
—Mentira que salió cara... —dije mirándolo terminando de beber de mi té.
—Pensé que solamente sería ese día, no que iría en serio con eso de fingir que era un chico nerd y todo.
—Hubiera preferido mil veces que se presentará como era a que se hiciera pasar por otra persona...—dije—ahora resulta que me enamoré de una persona que no existe.
—Para nada—responde—era el mismo, solamente cambio su apariencia.
—Aun así... —dije acomodándome en el mueble mirándolo con un puchero—tú eres igual de culpable que él, los dos son cómplices, así que no trates de parecer inocente maldita.
—Deberás lo siento, le había dicho que dijera ya la verdad cuando vi que ustedes dos iban en serio, pero no me hizo caso.
—Un mm... ¿Él sabía el caso de Trevoll y los demás?—preguntó—, Ya que cuando aún era humillada por ellos él me conocía, ¿lo supo?
—Déjame decirte que nadie sabía lo que hacían ellos—dice alzando ambas cejas - de haberlo sabido ambos hubiéramos ayudado, solamente sabía que Leo era gay y usaba a las chicas para cubrir su orientación de sus padres y amigos. Lo supe cuando intento tener algo conmigo en "secreto" y lo rechace, luego lo vi saliendo con otros para luego tratarlos mal y burlarse de el para que nadie supiera que era gay, prefiero mil veces a ser odiado por lo que soy y no intentar ser algo que no soy.
— ¿Tú crees?—digo con una sonrisa falsa haciendo que abra mucho los ojos.
— ¡Lo siento mucho! ¡Deberás!—exclama y me levanto caminando hacia la salida ignorándolo— ¿A dónde vas?—pregunta nervioso. No respondo y abro la puerta— ¡Eva!
—Evangeline—dije corrigiéndolo y cerré la puerta fuertemente caminando hacia mi casa.
Abrí la puerta y la cerré, subí los escalones de forma perezosa y llegue a mi habitación, abrí la puerta y la cerré y me tire boca abajo en mi cama. Saque mi teléfono de mis bolsillos y entre a Spotify poniendo mi playlist sad y ahí me quede toda la noche recordando todo lo que paso en estos últimos meses.
~*~
Estaba sentada en mi cama mordiéndome las uñas nerviosas, Daniel caminaba de un lado a otro nervioso también.
Había pasado dos semanas desde lo sucedido. Luca alias ¨Luchian¨ se había casado ya con su prometida lady Isabella Morrinton.
He estado en un estado de depresión desde entonces. Daniel me ha ayudado mucho, aunque al principio no lo quería ni cerca por haberme mentido de tal manera, pero siguió insistiendo e insistiendo hasta que ya me estoy acostumbrando a verlo en mi habitación todo el día.
Aunque no lo admitiera en voz alta, me alegraba, por una parte, que a pesar de haberlo mandado a la mierda un par de veces se ha quedado conmigo siendo el amigo que nunca he tenido. En una semana se iba a la universidad y entonces yo me iba a ir a la mierda porque no tendría a alguien conmigo para hablar y distraerme y no pensar que el chico del cual me enamore ahora esta feliz mente casado con otra mientras yo me pudro en el infierno.
En un mes entraba a la academia de policías, por lo tanto, en ese tiempo ya tendré con que distraerme, pero ahora... por Dios todo esto es muy recién, aún no lo asimilo del todo.
Vi como Daniel se acercaba a la cosa esa tomándolo viendo el resultado para después verme asustado, me levanté nerviosa de la cama con el corazón en la boca.
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Editado: 06.09.2020