La Reina de la Navidad

2. El Encantamiento

—Iungendorum —gritó, dejándome inmóvil, la bruja tomó mi brazo bien fuerte, mirándome a los ojos.

Vi cómo de a poco iba aparentando mi aspecto, hasta quedar igual. Algo confundida intenté gritar pero nada salía de mi boca. Lo único que se movían eran mis ojos.

Me levanté del piso, tenía dolor de cabeza. Era de noche, se escuchaba música, bajé por las escaleras y estaban todos con cara seria, se movían lento <<¿acaso era un funeral?>>. Vi a mi padre sentado en su trono, miraba a un punto fijo.

—¡Padre! ¿qué ha pasado?, ¿dónde esta Killian? —con lágrimas es mis ojos, pero de su parte no hubo respuesta.

La pulsera de mi muñeca prendió luz, salí corriendo hacia la puerta trasera de la cocina. Encontré a Gretta que  contó todo lo ocurrido. Todo iba teniendo sentido, Verbena quería verme muerta pero no sin antes hacerme sufrir; había lanzado un hechizo en todo el mundo para que la navidad no existiera. Killian se encontraba preso en el castillo de la bruja; también, comentó que mi mamá estaba presa ahí.

—Shhh viene alguien, escondete —susurré a Gretta.

—Mi niña, te estaba buscando —dijo Clarisol, la empleada.

—¿Cómo es …? —pregunté, sin entender cómo Clarisol no estaba bajo el encantamiento.

La escuché atentamente, todo parecía una pesadilla de la cual quería despertar. Me sorprendió al darme una carta escrita por mi madre.

Querida hija:

Si lees esto es porque ya tienes tus 18, quiero confesarte que soy una bruja de magia blanca, Clarisol te va a ayudar, puedes confiar en ella.

Si lees esto es porque se cumplió mi presagio. Cuando te tuve por primera vez en mis manos supe que Verbena no iba a parar, logré ver un encantamiento en todo el reino que acabaría con la navidad , necesito que estes en calma. Eres mitad bruja y tienes la magia de tu padre, eres más poderosa de lo que piensas.

Tendrás que caminar por el norte, beber del lago del olvido y pasar por él, sin olvidar quién eres. Encontrarás un castillo donde deberás luchar con varias brujas y el dragón de hielo, tu objetivo es destruir la piedra zafiro que le da poder a Verbena. 
                                                   Mamá

—¿Papá sabía lo del presagio y que mamá era bruja?

—No sabía lo del presagio, era un secreto entre Grilselda y yo, ya que vos sos la única salvadora. Sabía que era bruja, pero cuando desapareció tu mamá, él empezó a odiar a las brujas.

No podía creer, mamá era una bruja y todos estos años ¿papá lo sabía? Clarisol me obsequió un diario de encantamientos, de mi madre, aclarando que todo el contenido del libro era verdad. Alguna que otra vez había tenido la oportunidad de leer el diario pero nunca había creído en las cosas que contenía, hasta ese día.

—Tengan mucho cuidado —indicó Clarisol.

Junto con la ayuda de ella y mi magia logramos revertir el hechizo hacia Gretta para encaminarnos al lago del olvido.

—Una última cosa —señaló escobas.

Gretta parecía muy entusiasmada, yo estaba aterrada. Intenté volar, me indicaron que empujará mis pies contra el suelo e impulsara hacia arriba pero mantenerme en el aire era difícil. Clarisol indicó que no moviera la mano y la tuviera firme, mi cuerpo lo debía inclinar hacia abajo y agachar un poco el torso. Corrigiendo mis errores logré mantenerme en el aire <<no era tan difícil después de todo>>, pensé.

Perdí el equilibro y caí en el bosque, en el camino nos encontramos con un Speculo; un monstruo con forma de humano, ojos rojos, cuerpo verde. Con cada pisada retumbaba el piso, su mirada era tan penetrante que nos quedamos congeladas en el lugar, salió un sonido fuerte de su boca, su lengua parecía a la de una serpiente pero un poco más gruesa. Junto con Gretta corrimos detrás de un árbol.

—Los Speculos tienen una debilidad pero no recuerdo cuál es —dijo Gretta.

El Speculo cada vez se acercaba más a nosotras y recordé haber leído el diario de mamá donde hablaba sobre los Speculo, en su momento había creído que eran mitos. Su debilidad era la luz, en vos alta dije <<lux>>, mis manos hacían una chispa cada vez más grande que destruyó al Speculo en trozos de hielo.

—Eso estuvo cerca —temblando de miedo— lo siento me puse nerviosa.

—Tranquila, ya pasó —abrazándola.

Faltaban solo unos pasos para llegar al lago del olvido, el lago estaba congelado <<¿cómo se supone que veva de él?>> cuestioné.

—Solo tenemos que pasar, no creo que suceda nada.

—¡Gretta!, ¡no!, ¡no lo hagas!

—¿Quién es Gretta? —cuestionó.

Se había olvidado de todo, como loca busqué en el diario de mamá alguna respuesta pero sólo encontré un encantamiento para comunicarme con Clarisol. Cerré mis ojos, buscando concentración, repitiendo <<communicare Clarisol, communicare Clarisol>>.

—¿Qué ocurrió? —cuestionó ella. La escuchaba como si estuviera al lado mio.

—Gretta ha olvidado todo en el lago del olvido.

—Tranquila solo tienes que buscar un muérdago y hacer que lo coma.

Busqué por todos lados un muérdago hasta encontrar una planta, me acerqué hacia Gretta e hice que comiera el muérdago.

—¿Qué pasó?

—Quisiste cruzar el lago.

—Gracias por salvarme ¿y ahora como hacemos para beber de él?

—Con magia —susurré. Tomé entre mis manos el poder, señalé hacia el cielo y muy fuerte, con todo poder grité —¡Lux!

Por arte de magia salió una bola de fuego en la oscuridad que derritió todo el lago, pudimos beber de él, sin ninguna preocupación. Luego volamos por arriba de él, desde lejos se podía ver el castillo, pero había una bruja en cada esquina vigilando todo el castillo en sus escobas.

—No vamos a poder pasar al castillo.

—Nada es imposible.

Escuchamos un ruido que hizo mover todas las ramas de los árboles, logramos ver al dragón pasar por encima de nuestras cabezas, era un dragón celeste, nunca había visto uno, era muy grande. Comenzó a atacarnos, tirándonos hielo, como pudimos corrimos bajo unas piedras.



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Editado: 20.12.2019

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