— ¡Austin! ¿Tienes un rotulador? No encuentro el mío y quiero que los chicos autografíen mi camiseta.
—Ni lo sueñes, Rachel. Lo más cerca que tus chicos podrán estar de tu camiseta será tu sudadera —le advirtió Austin en tono frío.
—Más te vale no echarme a perder la fiesta, hermanito. Les diré a papá y mamá.
—Puedes llamarlos ahora mismo si deseas. Te presto mi teléfono.
Rachel intentó asesinarlo con la mirada, pero lo único que consiguió fue un rostro de niña tierna haciendo pucheros. A Austin le pareció demasiado divertido.
—Yo que tú obedecería a mi hermano, pequeña —dijo de repente un hombre alto y delgado en traje sastre color gris sin corbata y corte estilo 4am fade[1]. —Soy Walter, representante de Temp-est. Ustedes deben ser los invitados de Meryl, ¿cierto? Creí que serían dos chicas.
—Soy Austin —se presentó este, respondiéndole el saludo de mano a Walter. —Y ella es Rachel, mi hermana menor. Me disculpo por la confusión. La amiga de mi hermana se enfermó y por eso la estoy acompañando.
Los tres continuaron el resto del camino a los camerinos, que era como seis pasos más.
—No hay problema. Cualquier amigo de Meryl es amigo nuestro.
—Bueno, en realidad…
—¡Chicos, tocaron asombroso está noche! —exclamó Walter en cuanto abrió la puerta del camerino de la banda, impidiéndole a Austin decir que en realidad a quien conocían era a Ariana.
—¿Escucharon a todas esas nenas gritar mi nombre? —diciendo esto, se pavoneaba por toda la habitación un chico con estilo de patinador gótico.
—Por si no te enteraste, gritaban el nombre de todos, Axel —le corrigió en tono serio el chico de cabello oscuro que secundaba a Meryl en el concierto.
Al escuchar el nombre de Axel, a Austin se le endurecieron los nudillos de las manos inexplicablemente.
—¡Vamos, Tavo! Yo sé bien lo que te digo. Mi nombre era el que más se escuchaba entre la multitud.
—Olvídalo Axel. ¿Acaso no viste las enormes luces de colores al fondo que formaban perfectamente “ERIC”? Creo que está noche te opaqué, hermano.
¿Eric?
A Austin se le activó su tic nervioso de la ceja por la tensión causada por esos dos tipos. Lamentablemente para su sistema nervioso, no podía recordar que Ariana le había dicho que esos dos no tenían ninguna relación con la “aventura” que ella estaba tratando de ocular. O quizás en el fondo, imaginaba que Ariana había intentado despistarlo.
—Cierto. Ya lo había olvidado —respondió Axel cruzándose de brazos y haciendo un puchero.
¿Acaso los berrinches estaban de moda hoy?, pensó Austin.
Walter tosió a propósito para que los ocupantes de la habitación se enteraran por fin de su presencia. —Chicos, un poco de compostura por favor. Tenemos visitas.
Tavo frunció el ceño. —Creí que serían dos chicas.
—Son…son… ¡Esto es genial! ¡Temp-est! —La expresión y casi gritos de emoción de Rachel no dejaban ninguna duda de que era la presidenta del club de fans de la banda en la ciudad. —¡Este es el día más feliz de toda mi vida! Por cierto, soy Rachel.
Axel rio. —Pues hola, Rachel. Deduzco que ya sabes nuestros nombres.
—¡Seguro que sí! —respondió Rachel a toda prisa y sin omitir su tono de emoción. —¡En verdad que amo a Ariana! ¿Podría tomar fotos? ¿Autografiarían mi camiseta?
Austin tosió, imitando a así a Walter para hacerle un pequeño recordatorio a Rachel.
—De acuerdo —Rachel volvió a ver a su hermano un segundo, con reproche. —¿Autografiarían mi sudadera?
Todos los chicos rieron, a excepción de Tavo.
—¡Vamos, Austin! Relájate un poco. Aunque no lo creas, nosotros no mordemos —le dijo Axel.
Austin enarcó una ceja, confundido. —Aún no había dicho mi nombre. ¿Cómo…?
—Eres fácil de reconocer. Aunque cambies el peinado y uses esas gafas oscuras no te escondes de nadie —le respondió Eric, adivinando la pregunta completa de Austin.
—Pero, aunque no tengas habilidades en el arte del disfraz, debemos darte crédito por estar aún de pie después de lidiar con Ariana las últimas semanas —dijo Axel.
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Editado: 20.10.2019